Varios episodios de discriminación lesbófoba en Estados Unidos y Australia
Si hasta hace no demasiado tiempo la mayoría de los casos de discriminación homófoba que saltaban a la opinión pública eran referidos a gays, es un hecho que la cada vez mayor visibilidad lésbica está disparando los episodios de discriminación específicamente lesbófoba. Varios casos se han conocido estos días, en Estados Unidos y en Australia…
Discriminadas por su instituto en Oklahoma
En Del City (Oklahoma), dos jóvenes estudiantes lesbianas, Melissa McKenzie y Kelsey Hicks, estarían teniendo dificultades para graduarse en su instituto. La historia de cada una de ellas es ligeramente distinta, pero el transfondo lesbófobo parece claro en ambos casos. Según ha contado McKenzie, de 18 años, la dirección la expulsó al inicio del semestre al enterarse de que ella y Hicks eran pareja y estaban viviendo juntas. Al parecer, el director le habría dicho que no sería admitida de nuevo hasta que no volviera al domicilio de sus padres. Por lo que se refiere a Hicks, había abandonado el instituto con anterioridad, pero ahora desea incorporarse de nuevo para poder terminar sus estudios y convertirse en bombera. Según ha contado, cuando solicitó su readmisión el propio director del centro la desanimó de forma despectiva, argumentando que no perdiera el tiempo porque nunca conseguiría hacer nada de provecho con su vida, entre otras cosas por ser lesbiana…
Los administradores de la escuela niegan la versión de la pareja, afirmando que el instituto no discrimina a ninguno de sus estudiantes y que hasta ahora no habían recibido queja formal alguna de las jóvenes.
Despedida de una Universidad católica por casarse con otra mujer
También en Estados Unidos, en este caso en Illinois, Laine Tadlock, empleada de la Universidad Benedictina de Springfield (un centro de ideario católico) habría sido despedida tras conocer la dirección del centro su boda con otra mujer. Tadlock, de 60 años, contrajo matrimonio con Kae Helstrom, profesora de la misma institución, en Iowa, uno de los estados que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo en Estados Unidos.
Tadlock, hasta entonces directora de programas educativos, ha afirmado que el centro conocía con anterioridad su condición de lesbiana, pero que ha sido el hecho de contraer matrimonio lo que ha motivado el despido.
El centro niega la versión de Tadlock y argumenta que fue ella misma la que dimitió al no aceptar la nueva posición que la institución le ofreció como directora de acreditación, valoración y eficacia institucional, un cargo más burocrático y menos académico. Según un comunicado del centro, permitir su continuidad como directora de programas educativos «no sería consistente con la misión de la Universidad como institución católica» dado que «algunos aspectos de su estilo de vida son incompatibles con creencias fundamentales del catolicismo».
No le permiten acudir a un baile escolar con su novia
En Australia, una adolescente de 16 años, Hannah Williams, ha visto como su instituto (Ivanhoe Girls’ Grammar, una selecta escuela para chicas en Melbourne) le prohibía acudir a un baile escolar con su novia, Savannah Supski, también de 16, y le pedía que acudiera con un chico. Finalmente la joven decidió no acudir al baile. Afortunadamente, en este caso Hannah Williams cuenta con el apoyo de sus familia. Peter Williams, su padre, ha planteado una queja ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades, un organismo dependiente del Gobierno del estado de Victoria encargado de velar por la no discriminación.
La dirección de la escuela niega que se trate de un episodio de discriminación por orientación sexual y argumenta que el baile era una actividad «co-educacional» cuyo objetivo era la interacción entre chicas y chicos (se trata de una escuela femenina). «Si permitiéramos que las alumnas pudieran invitar a otras chicas, todas traerían chicas», ha afirmado la directora…
Que repulsivo, en los tres casos tratan de la mierda y en los tres casos dicen cobardemente que «no fue así». Uno vilmente negando todo; otro con encubrimientos estúpidos que solo un tonto se tragaría; y el tercero con una excusa que no sé si es ruín o propia de tarados, creo que ambas cosas.
Pues nada, a denunciarles!