Comienza a discutirse la apelación a la sentencia que reintroduce el matrimonio entre personas del mismo sexo en California
La Corte de Apelaciones de San Francisco estudia por fin el recurso a la sentencia del juez federal Vaughn Walker, que hace unos meses declaró contraria a la Constitución de los Estados Unidos la Proposición 8 (la enmienda a la Constitución de California que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo). Si la Corte ratifica la sentencia, gays y lesbianas podrían comenzar de nuevo a casarse en ese estado.
El panel de jueces escogido al azar para tratar el asunto está formado por Michael Hawkins, un moderado propuesto en su día por los demócratas, Norman Randy Smith, de ideología conservadora, y Stephen Reinhardt, abiertamente liberal (en Estados Unidos, el término «liberal» es equivalente a lo que en Europa suele calificarse como «progresista»). Estos tres jueces deberán decidir, en primer lugar, si los grupos homófobos favorables a la Proposición 8 tienen derecho a recurrir la sentencia del juez Walker, y en caso de que sea así, pronunciarse sobre el fondo del asunto.
Respecto al primer punto, se da la circunstancia de que el estado de California, el inicialmente demandado, renunció a su derecho a recurrir la sentencia del juez Walker: ni el Gobernador Arnold Schwarzenegger ni el fiscal general Jerry Brown, partidarios ambos del matrimonio entre personas del mismo sexo, quisieron hacerlo. Una situación que además no va a cambiar después de las elecciones de noviembre: Jerry Brown será, precisamente, el nuevo Gobernador, y la que ha sido elegida como su sustituta al frente de la fiscalía general, la también demócrata Kamala Harris, ya ha confirmado que no tiene intención de defender la Proposición 8 ante los tribunales. «Es simplemente inconstitucional», ha llegado a declarar. Los recurrentes, por tanto, han sido los grupos defensores de la Proposición 8, cuya capacidad legal para hacerlo es como poco dudosa.
Por lo que se refiere al tema de fondo, los pronósticos apuntan a que la Corte de Apelaciones confirmaría en cualquier caso la validez de la sentencia del juez Walker. Existirían, al menos, dos posibles argumentaciones para hacerlo. La Corte podría reafirmar que efectivamente la Proposición 8 viola el derecho fundamental de gays y lesbianas a contraer matrimonio. Sería un pronunciamiento más ambicioso en el fondo, pero al mismo tiempo sería más fácilmente anulable por el Tribunal Supremo de Estados Unidos, instancia ante la que es previsible el asunto llegue a plantearse.
Sin embargo, y a tenor de lo visto y oído durante la primera jornada de audiencias, la Corte podría inclinarse por una solución menos ambiciosa de fondo, pero más segura: considerar que la Proposición 8 es inconstitucional simplemente por haber retirado a una minoría un derecho que tenía previamente (recordemos que durante varios meses gays y lesbianas pudieron casarse en California, y de hecho a día de hoy hay 18.000 parejas casadas cuyo matrimonio sigue siendo válido). Una argumentación que restringiría los efectos de la sentencia al estado de California, y que a priori resultaría más fácil de aceptar para el Tribunal Supremo.
Estaremos atentos a la evolución de los acontecimientos.