El congresista gay Barney Frank rebaja el optimismo de Carter y afirma que EE UU no está listo para tener un presidente homosexual
Barney Frank, uno de los pocos miembros abiertamente homosexuales de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, está en desacuerdo con el ex-presidente Carter, que hace pocos días expresaba en una entrevista su opinión de que el país está preparado para tener un presidente gay.
“¿Podría un candidato presidencial gay celebrar con un beso con su pareja una victoria en las primarias de New Hampshire?”, ha ironizado Frank. “Una cosa es hablar de una persona gay en abstracto, otra muy distinta verlo como parte de una pareja que vive y respira”, ha declarado.
Frank ha recordado, además, que el cónyuge de un hipotético presidente gay o lesbiana ni siquiera sería reconocido como tal por la administración federal, debido a la vigencia de la Defense of Marriage Act (DOMA), una ley que entre otras cosas prohíbe a ésta reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo, incluyendo los celebrados en territorios de Estados Unidos que sí lo permiten a nivel estatal (una ley, por cierto, cuya constitucionalidad se debate en estos momentos en los tribunales). “No está claro que un presidente gay pudiera usar fondos federales para pagar la manutención de su marido. ¿Debería pagar alquiler para vivir en la Casa Blanca? Tampoco puede haber protección del servicio secreto para el amante” (Frank, con refinada ironía, usa aquí el término inglés “paramour”, un término algo arcaico utilizado para designar a un amante en una relación adúltera o que vive con su pareja bajo el mismo techo pero sin estar casados).
El veterano congresita demócrata ha aprovechado la ocasión para criticar la postura de los republicanos, afirmando que aunque saben que la orientación sexual no es una elección, no pueden soportar la idea de ver a sus políticos salir del armario. “Hay repubicamos gays”, afirma, “y mientras no lo reconozcan está bien. Los republicanos toleran que seas gay siempre que no parezcas orgulloso. Es algo por lo que tienes que disculparte”, afirma.
Barney Frank, congresista por Massachusetts, es uno de los tres miembros abiertamente homosexuales de la Cámara de Representantes. Los otros dos son Jared Polis (Colorado) y la lesbiana Tammy Baldwin (Wisconsin). A ellos tres (que renovaron sus escaños en las pasadas elecciones de noviembre) se unirá en enero David Cicilline (Rhode Island), que se estrena como congresista. Otros cargos públicos relevantes y abiertamente homosexuales en Estados Unidos son la alcaldesa de Houston (Annise Parker), el alcalde de Portland (Sam Adams) o el speaker de la Asamblea Estatal de California, John Pérez, todos ellos demócratas.
No existe, sin embargo, ningún Gobernador ni senador abiertamente homosexual.
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Flick
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