El Gobierno de Brasil reconoce, mediante un decreto, el derecho a pensión de viudedad para las uniones estables del mismo sexo
Una buena noticia que nos llega desde Brasil. El Gobierno de ese país reconoce explícitamente que las uniones estables del mismo sexo tienen derecho a pensión tras la muerte de uno de sus miembros, según un decreto del Ministerio de Previsión Social brasileño publicado el viernes 10 de diciembre en el Diario Oficial de la Unión (puedes consultarlo pinchando aquí).
El Instituto Nacional del Seguro Social de Brasil ya paga desde el año 2000 pensiones a las personas que demuestran haber tenido una relación estable con una pareja de su mismo sexo ya fallecida, pero lo hace merced a una decisión judicial, no a la voluntad del Ejecutivo. El decreto ahora aprobado garantiza que las «uniones estables del mismo sexo» deben ser incluidas en el Régimen General de Previsión Social del país, aunque queda pendiente el desarrollo reglamentario que haga efectivo su cumplimiento. El decreto cita entre sus justificantes el parecer divulgado por la Abogacía General de la Unión (principal órgano de asesoría jurídica de la Presidencia brasileña) según el cual la Constitución no veta la unión estable de personas del mismo sexo.
Desde un punto de vista político, el decreto podría considerarse como la última herencia del presidente brasileño Lula da Silva, que abandona en pocos días su cargo, en materia de derechos LGTB. Sea como sea, la decisión supone sin duda una buena noticia para las parejas del mismo sexo en Brasil, especialmente cuando la que será nueva presidenta, Dilma Rouseff, pese a pertenecer al Partido de los Trabajadores y considerarse la heredera política de Lula, ya dejó claro en pleno proceso electoral que no tenía intención alguna de modificar «leyes que afectaran a la familia», incluyendo bajo ese concepto una eventual aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Lo cierto es que la mayoría de los derechos de los que gozan las parejas del mismo sexo en Brasil (que no son precisamente despreciables) han sido conquistados, básicamente, a través de los tribunales. Aún resuena, por ejemplo, el eco de la histórica decisión de su Tribunal Supremo, que en mayo de este año abrió la puerta a la adopción conjunta por parejas del mismo sexo.