La iglesia católica de Australia se moviliza ante la posibilidad de que se apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo
Una vez más se reproduce el mismo patrón: allá donde se plantea un posible avance hacia la igualdad jurídica de gays y lesbianas, allá que aparece la iglesia católica y su formidable maquinaria de lobby para intentar impedirlo. Ahora es el turno de Australia, un país en el que la discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo se ha abierto camino en las últimas semanas.
La iglesia católica australiana ha hecho un llamamiento a sus fieles a hacer presión sobre sus representantes políticos para que, en nombre del “orden natural”, se opongan al matrimonio entre personas del mismo sexo. Fiel a su costumbre de adaptar su mensaje homófobo en función de las circunstancias, y dado el escaso peso de la religión en la sociedad australiana, la estrategia adoptada en este caso deja al margen las consideraciones de índole religiosa para poner el acento en la capacidad reproductiva. “El matrimonio entre un hombre y una mujer no es una construcción religiosa, sino una institución natural que sobrepasa culturas y religiones. El matrimonio es una forma única de unión sexualmente complementaria con una orientación natural hacia la vida“, expresa un texto elaborado en ese sentido por la archidiócesis de Sydney junto a Liga de Mujeres Católicas y los Caballeros de la Cruz del Sur (Knights of the Southern Cross) dos organizaciones católicas australianas.
“Permitir casarse a dos hombres o a dos mujeres supone un cambio fundamental en nuestra forma de entender el matrimonio, desde una unión sexualmente complementaria diseñada para dar vida a una relación romántica y personal sin comunión ni conexión con la procreación“, añade la carta. Anticipándose a posibles críticas, la iglesia católica australiana ha querido dejar claro que las parejas heterosexuales casadas aunque infértiles tienen un derecho mayor que el de los homosexuales al matrimonio dado que pese a todo “su amor está diseñado para dar vida“.
La Cámara de Representantes de Australia aprobó recientemente una moción propuesta por Los Verdes que insta a los legisladores a explorar la opinión de sus electores con vistas a una votación sobre el tema (para una información más detallada, ver la entrada que le dedicamos en su momento). Una moción que se entiende en el contexto surgido de las últimas elecciones australianas, que no dieron mayoría absoluta a ninguna de las dos fuerzas mayoritarias y que ha otorgado un amplio margen de maniobra a Los Verdes a la hora de presentar iniativas legislativas. Ellos han puesto sobre la mesa el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, una cuestión sobre la cual la división en el seno del gobernante Partido Laborista es cada vez más clara (entre unas bases cada vez más favorables y una primera ministra, Julia Gillard, hostil a la idea). Las encuestas de opinión, por otra parte, muestran de forma sistemática que la mayoría de los australianos son favorables al matrimonio igualitario.
Según datos de 2006, una cuarta parte de los australianos se identifican como católicos. El catolicismo es, de hecho, la primera confesión cristiana del país.