¿Puede ser divertido ser LGTB?
Días atrás, en el post en el que celebrábamos la vuelta de Dos Manzanas tras el parón de diciembre, algunos comentaristas y yo mismo – firmando con mi nick, nosololopienso– hablábamos de lo mucho que, incluso sin saberlo, compartíamos todos los LGTB. Otro comentarista lamentaba que sólo se nos ocurrieran malas experiencias para explicar aquello que nos une, motivo por el cual auguraba un corto futuro al colectivo. Su experiencia, nos contaba, como miembro de una pandilla en la que la mayoría, salvo él mismo y un chico bisexual, son heteros, es diferente, ya que sus amigos, incluso los heteros, son los primeros en reírse de las caras que ponen los homófobos cuando les ven a él y a su pareja en actitud cariñosa.
Estoy de acuerdo en que la vida de todas y todos los que formamos el colectivo LGTB, da para mucho, también para la risa. Entiendo que hace 30 años fuera vital defender una visión más esperanzadora. Pero hoy en día ya hay miles de libros, películas, páginas web, etc., que retratan el hecho LGTB en clave de humor y creo que ha quedado sobradamente claro que sabemos reírnos de los homófobos y de nosotros mismos. Lo que este chico nos contaba que hace con su pandilla es algo que los LGTB llevamos haciendo mucho tiempo. Que ahora los heteros también lo hagan es una buena noticia, pero presentar eso como un gran avance es pasarse de optimista. Con toda humildad, pienso que reírse de la homofobia puede ayudarnos a exorcizar muchos demonios, pero es sólo una de las formas de combatirla. Quedarse ahí es quedarse corto.
Todos, en muchos momentos, nos hemos reído de la LGTBfobia y de los ‘argumentos’ –por llamarles de alguna manera- que utiliza. El matiz es que hay que hacerlo sabiendo, y haciendo saber a los demás –a los heteros y a algún que otro LGTB-, que sus efectos pueden ser devastadores para muchas personas, aunque sea fuera de nuestro entorno más inmediato. Visto así, supongo que ser LGTB no es divertido.
No es divertido estar siempre con la protesta a flor de piel. Es mucho más fácil dejar pasar esa frase, ese comportamiento, de alguna amiga o amigo heterosexual, de algún familiar, que evidencia lo mucho que ignoran cómo es nuestra realidad –no voy a poner ningún ejemplo, os lo dejo a vosotr@s para los comentarios si os apetece compartirlos-. Pero no debemos hacerlo. Al principio cuesta, porque te arriesgas a dejar de ser divertido, y a que te reprochen que estés todo el día ‘ejerciendo’ de gay. Al final, si realmente les importas, te agradecerán tu machaconería, por abrirles los ojos a nuestra realidad, aunque sea a costa de mostrarles su cara menos divertida.
Para muchos, ser LGTB no es divertido, al menos no en el sentido más común de ‘ir al cine o a fiestas’, ‘bailar’… Pero nosotros, los que hemos sido algo más afortunados, podemos adoptar un nuevo sentido para la palabra ‘divertirse’. No en vano el verbo ‘divertir’ significa etimológicamente ‘girar en dirección opuesta’. Además, somos un colectivo que hemos hecho bandera de nuestra diversidad, así que ¿Por qué no va a ser divertido mostrar a nuestros amigos heteros que existen caminos diferentes a los que nos vienen impuestos? ¿Y que muchos de esos caminos están abiertos también a ellos y a ellas si lo desean? ¿No creéis que así la diversión sería mayor?
‘Put your love to the test’, decía Madonna en su imprescindible ‘Express Yourself’. Pues bien, yo creo que esto es algo que debemos hacer con nuestros amigos heteros. Merece la pena explorar en busca de prejuicios heterocentristas, ya que suele ser habitual encontrarlos, incluso en personas LGTB-friendly, y ver hasta dónde es capaz de llegar su aceptación. ¿Y si en lugar de vestir conforme a lo establecido para mi sexo, me gusta llevar falda o pintarme los ojos? ¿Y si descubro que sería más feliz teniendo pechos y/o vagina? ¿Y si en lugar de tener pareja estable he descubierto que me hace más feliz el sexo casual sin compromiso –algo que, por otra parte, fue durante siglos nuestra única y muchas veces peligrosa opción- y quiero hablar de ello sin tapujos, con la misma sinceridad con la que mis amigos hablan de su relación de pareja? Si a mi pareja y a mi nos van los tríos, y de vez en cuando presentamos a los otros ‘colegas’ a un tercero o una tercera, ¿sabrán entender que eso es lo que queremos?
Ojalá algún día todos las grupos de amigos sean diversos en cuanto a orientación sexual e identidad de género se refiere, pero hasta que llegue ese momento, yo al menos sometería a todas estas pandillas de ahora, tan inclusivas, a este test. Si me convenzo de que lo que puedo encontrar en ese grupo es igualdad en la diversidad, y no uniformidad basada en modelos heterocentristas, me quedaré. Si no es así, si percibo que no me entienden, me iré –me divertiré- por otro camino, tal vez de baldosas amarillas, a reunirme con gente que sí entienda.
Raúl Madrid
Decíamos ayer…, jeje. Bueno, me vais a permitir que sea yo el que deje el primer comentario. Quería aprovechar para saludaros a tod@s y deciros que… ¡Os he echado de menos! (no a todos, que a algunos os tengo en el féisbuk, ¿verdad?) Procuraré volver de vez en cuando por aquí, aunque no pueda todas las semanas, y poder celebrar con vosotros alguna buena noticia, aunque lamentablemente no pueda ser hoy. Abrazos para tod@s.
Me quedo con la noción de «estar todo el día en plan activista». Pues sí, ¿y qué? No se trata de hacerlo de mala manera, pero en el mismo tenor que haya en el grupo en un momento dado, no creo que debamos dejar pasar esos microheterocentrismos (tela la palabrota). Cuando un hombre hetero en esas circunstancias exclama (medio en broma, medio de veras): «Eh, que a mí me gustan las mujeres», ¿cuánt@s a su alrededor le echan en cara que está en plan activista hetero? Los heteros no necesitan ser activistas, los LGTB aún sí.
Un texto brillante, Raúl.
Tienes razón debería haber mucha más diversidad y convertirse en algo normal en nuestras vidas esa diversidad, y no ser una sociedad tan uniforme, pues tras esa uniformidad, es muy fácil esconderse y pasar desapercibido, tanto para los que intentan hacer daño, como para los que intentan esconderse para que no se lo hagan.
fantástico retorno!
Yo quiero ver una película en la tele, o en el cine, en el que el protagonista sea gay, haga de héroe, y tenga un romance tórrido y explícito con un chico guapo, con un final feliz. Que sea una película de alto presupuesto y que se anuncie su estreno y se hable de ella por todas partes, a todas horas.
Aparte de eso, tengo que decir que no me gusta el anuncio de la cerveza Amstel. Vamos, que no me gustaba verlo… ¿ya ha dejado de emitirse?
Y, como algo positivo, felicitar a Raúl por su esfuerzo en escribir, así como a Flick, Xavi, etc., por su constancia.
Javier V. Tienes «Brokeback Mountain» y cine no tan comercial pero importante como la última película nominada al goya a la mejor película hispanoamericana llamada «Contracorriente» otra cosa es que en el cutrerío de cines que tenemos en Albacete (ahora sólo las multisalas del centro comercial Imaginalia) sólo pongan americanadas en 3D para los garrulos de turno. Qué pena que cerrasen el Candilejas anda que no he visto cine LGTB yo allí, es lo que tiene ser una ciudad pequeña, y que algunos se empeñen en que siga igual de pequeña y no crezca.
En la filmoteca de vez en cuando ponen alguna película de temática LGTB. No hace mucho pusieron «Las ciervas» de todas formas hay un buzón de sugerencias donde, como hago yo, puedes dejar sugerencias, valga la redundancia, para que emitan más películas de temática LGTB, un ciclo de Bergman o de Almodóvar.
Un saludo
Bueno fui yo el que dejó el comentario, y me a sorprendido gratamente que de ahí se sacase toda una reflexión.
Sería complicado estar buscando constantemente esos microheterocentrismos y esas microhomofobias. Primero porque son los mismos LGTB los que tenemos muchas de ellas. Y segundo porque sería estresante estar constantemente analizándolo todo. (Me estoy refiriendo en todo momento a un ambiente informal y cercano).
Mis colegas saben de la homofobia lo que se yo, porque para eso han vivido ellos, a través de mi, la experiencia de esas miradas homófobas. Y no me parece factible hablar de heterocentrismo, que me suena un poco a secta, cuando estando con ellos es cuando más relajado estoy con mi pareja. Porque también salimos al cine o al parque solos, pero te mentiría si dijese que no voy más atento a quien nos encontramos por la calle. Vamos, teorizando esto, se podría decir que si nos comportamos tal cual somos nuestro entorno se va a dar perfectamente cuenta de nuestra situación.
Y para terminar una cuestión que planteas y que me parece curiosa, hablas como si los heterosexuales tuvieran que comprender que podemos ser promiscuos, o alocados. Dando por sentado que ellos no lo serían, o no lo serían tanto. Y dando por hecho que esto es una cuestión mayormente homosexual con la cual los heteros han de familiarizarse. No creo que sea yo el único que tiene amigos heteros salidos, o amigos heteros con cuernos como catedrales.
Muy buena reflexión Raul. Saludos.
La promiscuidad la hay tanto a nivel homosexual como heterosexual, otra cosa es que la primera se estigmatize y la segunda se tolere como algo común.
Bueno Ozores, eso será subjetivo. Y aquí le doy toda la razón a Raul. Si no estás seguro de lo que piensan tus amigos heteros sobre este asunto pregúntaselo directamente, a ver que te contestan.
Quizás te lleves una sorpresa, porque es que muchas veces hablamos prejuiciosamente. Nos creemos que los homófobos son una gran mayoría y al final son cuatro que hacen mucho ruido. Por lo menos esa es mi experiencia.
Nos creemos que por ir agarrados de nuestra pareja nos va a llover la homofobia. Y es justo al contrario, cuando eres gay las 24 horas del día es cuando menos posibilidades tienes de escuchar un comentario homófobo. Simplemente porque la mayoría de las personas respetan, y si saben que eres gay se ahorran ese comentario de mal gusto.
Llanito, mis amistades saben que soy gay. De hecho he hablado con ellas/os de este tema, he de reconocer que cuando me han salido con argumentos de no estoy de acuerdo con que os consideréis matrimonio, la bisexualidad me parece vicio etc las he ido apartanto por higiene mental o lo mañidos tópicos de los gays sois como chicas por lo que vente de compras conmigo, me desnudo delante de ti…… Pero estos casos han sido minoritarios y ya tenien que llegar a un límite de prejuicios homófobos para que yo me sienta incómodo y los aparte. Por otra parte, salvo un caso de un gay al que admiro y aunque veo poco lo considero buen amigo, no tengo amigos gays, no me siento cómodo con ellos. Tengo amigas lesbianas y me llevo mejor con ellas, ya ves.
Bueno, gracias a todos por vuestras aportaciones, sobre todo a ti, Llanito, por responder y aportar un poco de contexto para poder comprender mejor a qué te referías.
De lo que dices deduzco que tus amigos han estado siempre contigo y han vivido tu salida del armario, si es que llegaste a tenerla, porque ahora afortunadamente hay muchas chicas y chicos que nunca llegan a estar metidos en él. Sólo puedo decirte que me encanta que puedas estar relajado en su compañía, pero aún así sigo animándote a que lo hables con ellos si algún día hacen o dicen algo que te pueda chirriar.
También te aclaro mi postura respecto al tema de la promiscuidad. En nuestra sociedad, el sexo furtivo y casual se asoció durante siglos con sectores marginales de la población. La ‘gente decente’ tenía que casarse. Nosotros no podíamos practicar el sexo dentro del matrimonio, ni dentro de ningún marco permisible. Quizá por ello en el mundo LGTB hay una imagen menos negativa, más natural del sexo sin compromiso. Hoy día, muchos LGTB han elegido esta forma de vivir la sexualidad como primera opción. Esa visión mucho menos distorsionada es lo que creo que podemos aportar a muchos de nuestros amigos o conocidos heterosexuales, que por el hecho de serlo, igual no se plantean esta posibilidad. No es que tengan que comprender que somos más promiscuos, es que a través de nosotros pueden comprender más fácilmente que tener sexo (seguro, añadiría)casual y sin compromiso puede ser una opción de vida tan válida y satisfactoria como tener pareja estable, que es a lo que te empuja la sociedad.
Bueno, no sé si me estoy haciendo ‘la picha un lío’, pero espero haberte aclarado mi punto de vista.
Un saludo.
Raúl. Ya que mencionas el tema de la promiscuidad, he conocido personalmente homosexuales sobre todo en mi etapa universitaria cuando vivía en Murcia que dicha conducta que se imponía, más por el entorno que por lo que ellos deseaban, les ha acabado haciendo polvo. En realidad pensándolo bien no he conocido en persona ni un sólo homosexual al que le haya gustado o se haya sentido realizado con una conducta promiscua al menos que haya salido el tema y me lo hayan reconocido, quizá me falta conocer a más gente, en cuanto a los heteros, curiosamente he encontrado más remordimiento y arrepentimiento entre las mujeres que entre los varones, los varones heterosexuales, no todos, encuentran normal, sano y divertido haber sido promiscuos durante una temporada o serlo todo el tiempo. Puede que analizando de cerca estas situaciones que he conocido de cerca se llegue a la conclusión de que el machismo tiene mucho que ver.
Personalmente, aunque sé que es mejor no comentar estas cosas por los elementos que pululan por aquí, tuve una etapa promiscua allá en 2º de carrera y fueron mis mismas «amigas» las que desaprovaban mi conducta, mietras que mis amigos varones no, cuando luego ellas estaban un fin de semana sí y otro también con un tío diferente.
Un saludo
Ozores, gracias a ti también por añadir tu punto de vista. Respecto lo que dices en #12, yo sí que conozco gente dentro del mundo LGTB que se sienten muy a gusto practicando el sexo sin compromiso, y ni se les pasa por la cabeza tener pareja.
No te tomes a mal esta objeción breve, pero creo que debo decirla: la sobreexposición a un estímulo genera indiferencia al mismo. Si machacamos a todo momento con ese tema, muchos (si no todos, lo cierto), acabarán diciendo, «ya está con lo de siempre». Y la lgtbfobia acabará siendo «lo de siempre».
Lo digo por experiencia propia con otros temas, que a veces digo, «vale ya, estoy hasta el moño de que me saques «el tema»!!»
Por lo demás, si a mí me hacen un «test», automáticamente me pongo a la defensiva. No es tan positivo. Es más positivo, creo yo, decir «sé que no lo dices con mala intención, pero…»
Como en todo, el término medio. Dejar claro nuestro punto de vista pero no pasarse. Por nuestro propio interés
Una vez más, no entiendas esto como una «enmienda a la totalidad», sino una observación concreta a tu reflexión. Saludos
En absoluto me lo tomo mal, Ben Gabirol. Creo que no se trata de estar todo el rato ‘erre que erre’. Si estamos hablando de que son tus amigos, se supone que no es necesario corregirles todo el tiempo, porque si fuera así, no serían tus amigos directamente, al menos yo lo veo así.
Y respecto a la palabra ‘test’, que no te ha gustado, no se trata de hacerles un examen, se trata de observar, de sopesar críticamente cómo te hace sentir un determinado grupo de personas, y actuar en consecuencia.
De todas formas yo, como homosexual, sí me he sentido muchas veces ‘examinado’. No está mal hacerles sentir así a los heteros de vez en cuando. Gracias y saludos.
No sé, no está mal el texto y hay algo de razón en él, pero vamos, como ha dicho Ben Gabirol, en todo tiene que haber un término medio, la radicalidad al final no te lleva a nada en ningún ámbito. Y sí, lo que plantea el autor me parece lo ideal, pero también creo que es absolutamente utópico porque no podemos pretender que todos nuestros amigos sean tan cool, friendly, accepting o como lo quieras llamar. Está bien que sean respetuosos para contigo y que se interesen e impliquen hasta cierto punto con el tema, yo me conformo si todos mis amigos son así; si hay alguno con el que se llega a un nivel más alto de «entendimiento» o llámese como se quiera, pues perfecto. Pero eso no implica que si con el resto de mis amigos no ocurre lo mismo los vaya a dar de lado, para mí la amistad no consiste en una convergencia total de opiniones y puntos de vista sobre la vida, sino que también se nutre de discusiones, perspectivas diferentes y puntos en los que nunca se llegará a un acuerdo. No sé si en el texto se llega a decir que si tus colegas no son «super guays, super tolerantes, superalternativos» tienes que dejar de estar con ellos, yo así lo he entendido. Si así es, creo que ya he mostrado no estar de acuerdo; sino, pido perdón por haber malentendido y haber escrito una chapa innecesaria.
Un saludo
Raul, lo de la promiscuidad ha quedado aclarado. Y coincido contigo. En general tenemos menos presión para casarnos, y el camino que debemos seguir está menos marcado por la sociedad. De hecho alguna vez he pensado que ese era el secreto de las relaciones heteros. Es increible lo que pueden unir unos suegros, unos cuñados y las expectativas que ponen en nosotros.
De entrada dos cosas:
1- Felicidades.
2- Gracias por compartir esta excelente reflexión.
Me voy a volverla a leer con calma y mañana, menos cansado, intento aportar algo.
Muy buen retorno, sí señor. Se te echaba de menos.
Lamentablemente a veces ser homosexual puede ser un poco triste, sobre todo si te toca escuchar a tipas como ésta:
http://www.youtube.com/watch?v=dz4lQMgtdGU
#16. Gren. Lo habías entendido bien. Creo que si mis amigos (hablo de amigos, no conocidos o compañeros del trabajo) no son capaces de comprender, después de explicárselo, la diversidad del mundo LGTB, si me aceptan a mi porque estoy casado y soy monógamo y no tengo demasiada pluma, pero rechazan otras realidades menos socialmente aceptables dentro del mundo LGTB, entonces difícilmente pueden ser mis amigos. ESte tipo de gente son lo que suelen preguntarnos por qué es necesario el Orgullo, o que no terminan de ver claro el tema de la adopción. Y yo por ahí no entro. Con mis amigos podré tener diferencias de opinión en otros temas (por ejemplo, cómo salir de la crisis, o si es necesario o no traernos a las tropas de Afganistán, o si es urgente la reforma del mercado laboral), pero sobre mis derechos fundamentales, sobre la esencia de mi ser, no se discute ni se opina.
#17. Llanito, gracias de nuevo.
#18. Lobo, yo también me alegro, gracias.
#19. Charlie, qué asco de tipeja. Con la cantidad de familia que tiene, seguro que alguien cercano es LGTB. Qué pena.
Raúl, excelente artículo. Estoy bastante de acuerdo en lo que comentas. Yo personalmente me lo tomo como una enseñanza constante ya que los cambios a veces cuestan y has de insistir. Y suscribo enterito tu último comentario. Un saludo.
Cuando voy por esas carreteras de nuestra España no paro de ver unos lugares anunciados con neones que dicen «club» y luego un nombre exótico. Deben ser clubes de jugadores de parchis porque los heteros no son nada promiscuos. 😛
Pues a mí me preocupan más los prejuicios de los propios homosexuales. Uno me dijo que el ambiente era frívolo, yo le recordé que el ambiente son las asociaciones, las amistades que haces, presentaciones de libros, poesía de ciertos autores, esta página… Al final me reconoció que para él el ambiente eran los bares y discotecas los fines de semana. Le respondí que por supuesto que una discoteca, un sábado por la noche es frívola, ¡está para eso! Pero si no sabes ver más allá no es culpa de los demás.
Gren… ¿»que se interesen e impliquen hasta cierto punto con el tema»? Yo no me conformo con que mis AMIG@S me quieran, me respeten o me comprendan «hasta cierto punto». A es@s no los llamo amig@s y, desde luego, me faltaría tiempo para alejarme de ell@s. Ya tengo bastante con que mucha gente me «tolere», a quienes yo considero amigos no les permito que simplemente me «toleren».
«Pues a mí me preocupan más los prejuicios de los propios homosexuales. Uno me dijo que el ambiente era frívolo, yo le recordé que el ambiente son las asociaciones, las amistades que haces, presentaciones de libros, poesía de ciertos autores, esta página… Al final me reconoció que para él el ambiente eran los bares y discotecas los fines de semana. Le respondí que por supuesto que una discoteca, un sábado por la noche es frívola, ¡está para eso! Pero si no sabes ver más allá no es culpa de los demás.»
Dr.Turbio, no sabes la razón que llevas, estoy totalmente de acuerdo con este párrafo de tu comentario. Por mi parte sólo añadir que también es frívolo cuando los heteros salen a las discotecas los findes a beber y filtrear y hablar de cosas insignificantes, pero no por ello todos los heteros son frívolos. La frivolidad no es patrimonio de una orientación o de un sexo, es una actitud humana como tantas otras.
Siento dejar otro comentario seguido, pero al no poder editar el anterior me veo en esta tesitura.
Dr. Turbio, también decirte que estoy totalmente de acuerdo con la primera parte de tu comentario 22. Socialmente la existencia de burdeles en las carreteras, a cual más hortera dicho sea de paso, es algo socialmente aceptado aunque la existencia de burdeles de varones para mujeres es criticada y vista de modo morboso y ellas tratadas como depravadas. Pero la apertura de una sauna gay en cualquier ciudad es tomada como una provocación y automáticamente todos los gais vamos allí porque la promiscuidad constante, según muchos, es intrínseca a nuestra naturaleza.
Yo tambien estoy de acuerdo con el articulo, pero tambien entiendo que hay que tener algo de paciencia con los demas, sobretodo si se trata de tus amigos. A mi personalmente me costó muchos años aceptarme y salir del armario, por eso mismo con mis amigos y familia creo que debo tener paciencia para que vayan entendiendo ciertas cosas.
Ahora, si tienen una homofobia radical, por ahí si que no.
Despotorramiento, Turbio, David. Gracias a vosotros también.
Yo poco tengo que añadir, salvo quizá completar el comentario #25 de Ozores. Se te olvidó decir que las saunas están llenas de supuestos heteros con doble vida, que luego son los primeros en ir en nuestra contra, desde la comodidad de su vivienda unifamiliar o desde su púlpito.
Raúl, si es cierto, se me pasó comentar el doble rasero y la hipocresía de tanta gente. Es ese tema el que más rabia me da, sé de buena tinta que a un alto cargo eclesiástico católico en la provincia de Albacete le gustan más los hombres que a un gato un cascabel, pero luego es un fundamentalista que se manifiesta en contra de los homosexuales junto al PP aunque los fines de semana se lo pase chachi con su amante masculino en la intimidad. Esa gente me enferma.
Raul, yo fuí un hetero con doble vida, pero nunca se me ocurrió ir en contra de nadie. Tenia suficiente con mi autoengaño, para despues darme cuenta que lo que me parecia el infierno (salir del armario y aceptarme) fue el cielo. Aquí como en todas las cosas hay de todo, gente que para esconderse utiliza la acusación del otro e ir en contra del activismo gay, y gente que respeta y lleva «lo suyo» como puede.
David, nuestro proceso de aceptación no es igual de largo para todos nosotros. Para algunos este periodo es más largo, como me cuentas que es tu caso. Durante este periodo todos hemos mentido, hemos tenido pareja del sexo opuesto para disimular, incluso nos hemos casado… Pero estábamos ‘en proceso’. Había una lucha interior, de alguna manera sabíamos que eso no era bueno para nadie, y al final decidimos salir. No tengo nada de decir. No soy quien para juzgar a quien, por los motivos que sea, tarda más en aceptarse.
Las personas de quienes yo hablo en mi comentario están cómodamente instaladas en su doble vida y en su doble moral. No sólo no viven conforme a lo que son, sino que encima desprecian a quienes sí hemos sido capaces de hacerlo.
Raul, en ese caso, totalmente de acuerdo. Solo era una apreciación motivada por lo que comentabas de que eran los primeros en ir en contra de nosotros.
Estoy contigo en que es el proceso lo que nos distingue de ellos fundamentalmente, de ahí que parece que sólo nos unan las malas experiencias. Cuando dices que hay jóvenes que no salen del armario porque nunca han estado en él, me pregunto si no será verdad eso que dices de que la sensación/conciencia de colectivo pueda llegar a perderse.
Sí que lo creo, Zarevitz, y por el motivo que dices. Por eso es bueno hablar de estas cosas, así sosegadamente como estamos hablando aquí. Un saludo, por cierto.
Raúl, aunque ya lo sabes, te lo digo públicamente: me alegro un montón de tu retorno. Espero que te prodigues más…
Sobre tu columna: estoy básicamente de acuerdo. Es verdad que nos guste o no estamos obligados a hacer un plus de pedagogía: el formateado de cerebro que nos han hecho (a todos)es muy poderoso. Pero hay un límite en el que hay que soltar amarras con quien se niega a comprendernos (salvo que no nos quede más remedio: véase familia…).
Y quizá también en ese caso…
#23, no me refería a que me conformo con que me toleren a medias, me quieran a medias, o me apoyen a medias; quería decir que yo no pienso convertir a mis amigos en militantes LGTB, que sí les intentaré concienciar sobre los aspectos básicos pero tampoco pretendo convertirlos a la causa. Lo siento mucho, pero soy una persona práctica y realista, y siempre he creído que entre el blanco y el negro está el gris. El ser humano no es ni puede ser perfecto, ni física ni mentalmente, ni en sus relaciones con el medio ni con el resto de individuos. Habrá cosas que sea capaz de comprender y cosas que no. Pero yo tengo muy claro que una AMISTAD, y no me refiero a conocidos ni compañeros de trabajo, no tiene por qué ser como pintáis para ser igual de digna, bonita y real. Tengo amigos, sé lo que es la amistad. Me alegro muchísimo si vuestros amigos son todos como vosotros queréis que sean, y esto lo digo sin ironía. Pero para mí el concepto de amistad no es algo tan simple ni sencillo, es algo que está formado por muchos sentimientos entre los cuales algunos se podrían considerar «negativos» pero que mirad por dónde, a mí se me hacen necesarios para sentir que mi amistad está viva y es sólida.
Saludos
Gren, estoy de acuerdo contigo en que nuestros conceptos de amistad son diferentes.