Reclaman al rector de la Universidad de Sevilla que no ceda espacios a una organización religiosa que promociona un libro homófobo
Medio centenar de personas, convocadas por la sección sindical del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) en la Universidad de Sevilla, se concentraron el pasado miércoles para solicitar al rector, Joaquín Luque, que la Universidad no ceda más espacios al Movimiento Cultural Cristiano (MCC) hasta que esta organización no retire de su catálogo de libros Comprender y sanar la homosexualidad, de Richard Cohen.
Con lemas como «Soy lesbiana, no tengo ninguna enfermedad» o «Fuera homofobia de la Universidad», los participantes mostraron su malestar porque el libro de Cohen se haya podido llegar a publicitar en las sedes de la Universidad.
En noviembre recogimos la noticia de que Antonio Aguilera Jiménez, decano de la facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla, pertenece al parecer al MCC y permite la organización en su facultad de actos relacionados con sus creencias religiosas. Uno de ellos habría tenido lugar el 19 de noviembre, y a él acudieron estudiantes y miembros del Bloque Alternativo LGTB de Sevilla para criticar la distribución de Comprender y sanar la homosexualidad por parte de dicha organización. El MCC es una organización católica «de base» que sin embargo no duda en apoyar las posiciones de la jerarquía católica respecto a su concepción tradicionalista de la familia.
«La Universidad de Sevilla debe entender que este tipo de opiniones lesionan gravemente a miembros de su comunidad universitaria que son homosexuales, más cuando provienen de un movimiento que se autodenomina cultural», expresó el sindicato SAT en un escrito que le fue entregado al rector, al que se le recuerda que, como poder público, la universidad «no puede amparar ideas homófobas contrarias de forma general al ordenamiento jurídico y de forma concreta a sus estatutos».
Fuentes de la Universidad de Sevilla han explicado que cuando la institución tuvo conocimiento de la venta de este libro y se acercó a los centros para comprobar que realmente había tenderetes donde era posible comprarlo, «ya no había nada». Antonio Aguilera, por su parte, ha vuelto a insistir en que los contenidos de la conferencia que se impartió en noviembre «nada tenían que ver con la homosexualidad». Sobre el libro, Aguilera ha afirmado que la Facultad que dirige «no ha tenido constancia de su difusión en sus dependencias ni tiene responsabilidad alguna en sus contenidos».
En dosmanzanas ya hamos hablado con anterioridad de este libro que, según la web de la propia editorial, ofrece las pautas para dejar de ser homosexual y recoge testimonios de personas que ya lo han “conseguido”. Su autor, Richard Cohen, es un “terapeuta” totalmente desacreditado, fundador y miembro de diversas organizaciones de “ex-gays” y uno de los promotores de la creciente ola de homofobia en África.
El rector afirma que «no prohibirá ningún libro»
Hoy mismo se ha conocido la peculiar respuesta de Joaquín Luque, que tras repetir que «el libro no estaba expuesto en la Universidad» ha añadido que «no voy a prohibir ningún libro». «Las polémicas sobre la homosexualidad no están sólo en este libro, sino en más y explican la homosexualidad en un sentido o en otro», ha subrayado…
Imagino entonces que el rector de la Universidad de Sevilla tampoco estará por la labor de censurar libros de contenido nazi o favorables al racismo. ¿O sí sr. rector?
Joer Virgilio te me has adelantado y leído el pensamiento.
no deberian haber cedido espacio a ningun movimiento cristiano, ya que de entrada ,no estan de acuerdo con los valores que se deberian defender en una universidad, y asi, el libro no se hubiera promocionadao,el error de base es pensar que una organizacion religiosa ,puede estar en un lugar donde se supone que deberia de prevalecer la razon y la ciencia, ..otra cosa , es censurar o no un libro, a mi censurar las ideas no me gusta, aunque esten equivocadas,siempre que no pasen a la accion
Las únicas «polémicas» sobre la homosexualidad transcurren mayormente por parte de fanáticos religiosos, más en el ámbito académico y de la ciencia nada hay de «polémico», promocionar libros de pseudociencias resta seriedad a una institución presumiblemente formativa. Solo que, para empezar, no sé que hace un grupo religioso en una Universidad presumiblemente pública.
4. La cruzada que anunció Ratzinger y en la que ha puesto tanto empeño que no para de visitarnos. Éso es lo que hace.
Aunque se intenten acallar, hay muchos libros y autores que tienen opiniones diversas sobre la homosexualidad, y en mi opinión todas las voces deben tener cabida. Es más, ¿cuántos de quienes aquí opináis habéis al menos hojeado el libro? Nada de homófobo. Porque, de hecho, el mismo autor dice haber salido de la homosexualidad, con lo que se muestra comprensivo siempre y, además, da como vía principal de curación el amor, el sanar heridas muy profundas de la infancia. ¿Las cosas son como él las dice? Yo no digo eso; ni siquiera digo que los homosexuales deban seguir sus consejos, pero sí digo que todas las voces deben escucharse, también las de quienes están en las antípodas de este autor. Si un homosexual decide seguir sus consejos, ¿qué? Y si otro homosexual decide no seguirlos, ¿qué? La Universidad debe ser un foro en el que todos hablemos; ofrecer una ayuda a quien se siente angustiado (porque la homosexualidad origina angustia a quien la vive, por presión social, sí, pero no solo por ello… ¡es que cada persona es un mundo!) no puede compararse con el racismo o el nazismo, como alguien ha dicho antes. Para terminar: la religión forma parte de la sociedad igual que el ateísmo, el materialismo o cualquier otro -ismo, por tanto también tiene que estar en la Universidad como cualquier otro tipo de asociación siempre que no atente contra el bien común. ¿Acaso todos los universitarios son ateos, agnósticos o deístas?
Quiero repetir: ¿habéis leído el libro? Lo de que el libro lesiona a miembros homosexuales de la Universidad es injusto. No hay nada de insultante en lo que he leído (reconozco que solo una parte, pero entiendo que es el tono general del texto). Ofrece una opinión de la que se puede discrepar, pero insiste en que quienes no se sienten agusto con la homosexualidad pueden superarla. No hay ningún insulto, ninguna alusión provocadora, salvo que las que el propio autor a veces hace de sí mismo en su antiguo pasado de angustia y promiscuidad. Por otra parte, no dice que la homosexualidad sea una enfermedad, sino un conjunto de síntomas de heridas muy profundas de la psique, por su relación con los padres, los amigos… El mejor remedio: el amor, la catarsis de malas experiencias y el deseo ardiente de salir de la homosexualidad. ¿Estar en desacuerdo?, todo lo que queráis.
a #6, Opinión?, la homosexualidad se retiró del catálogo de enfermedades en 1976. Yo tambien puedo opinar que la tierra es plana, o que las mujeres son inferiores, o….etc, etc. Esta opinión no tiene base cientifica.
Verás, David: yo no pretendo decir que es una enfermedad o no. Desde luego, el autor no lo dice; lo que él dice es que es un conjunto de síntomas de desórdenes hondamente arraigados. De verdad, creo que más allá de que se esté de acuerdo con él, merece la pena leer el libro al menos un poco. En primer lugar para saber de qué estamos hablando, y no ser un eco irreflexivo de opiniones ajenas. Y en segundo lugar por la humanidad de las historias que aparecen en el texto. No solo no es homófobo sino que está lleno de comprensión hacia la homosexualidad, y aun de agradecimiento por haber conocido a personas que, según el autor, muestran gran talla humana. El respeto es la nota dominante. Sobre la desaparición de la homosexualidad del catálogo de enfermedades mentales solo te diré que los criterios científicos brillaron por su ausencia en esa decisión. La presión de grupos pro gays cada vez más influyentes obligó a ello. Por eso la literatura sobre homosexualidad, al parecer, está, aparte de tan centrada en el caso de los hombres, escrita con tanta corrección política que resulta muy difícil obtener una información que se salga de la línea oficial, como el texto actual. Todo esto no impide que algunos homosexuales, sin embargo, tengan que acudir a psicólogos o diferentes especialistas en busca de ayuda, a pesar de que a veces en su formación prácticamente la homosexualidad ni se ha abordado (ni como enfermedad ni como condición sana y normal). Finalmente estos especialistas los ayudan como pueden, algunos diciéndoles que es algo perfeactamente normal y otros tratando que superen la homosexualidad. Profesionales como el autor del libro sigue habiendo; es inevitable.
Antonio, lo dice en la portada.Copio y pego:
sanar.
(Del lat. sanāre).
1. tr. Restituir a alguien la salud que había perdido.
2. intr. Dicho de un enfermo: Recobrar la salud.
Sí, es cierto David que dice «sanar» en la portada. Es cierto que el enfoque que se hace en todo momento es terapéutico, y que recurre a citas de profesionales que pretenden restaurar una supuesta heterosexualidad. Pero la tesis que maneja es que lo que se sana no es una «enfermedad en sí llamada homosexualidad», sino un conjunto de síntomas, de malestares mayoritariamente psicológicos y en un deseo homosexual. Las acepciones que has escrito de la palabra «sanar» son correctas y las principales, pero no las únicas. De alguna manera podemos «sanar» de muchas cosas que nos han herido en algún momento del pasado. El rencor, por ejemplo, nos puede estar haciendo sufrir, sentir mal, ¡y lógicamente no se nos ocurre decir que es una enfermedad! En este caso el perdón suele liberar mucho y decimos que una herida ha cicatrizado, ha sanado. Este es el hilo conductor del libro. Leí, entre otras cosas, una cita que ahora no recuerdo de quién era, pero en la que se argüía que la homosexualidad era causada por factores tan hondos y delicados que la historia de un homosexual era, de algún modo, la historia de todo hombre y toda mujer. Pero vuelvo a decir: yo no estoy diciendo que la homosexualida sea o no una enfermedad. Para mí es algo muy delicado que trato de expresar con el mayor respeto, y querría que nadie se sintiera ofendido por mis palabras. Y desde luego tampoco estoy diciendo que esté de acuerdo con todo lo que dice el libro.
Antonio, ¿sabes porqué gente se quiere «curar» o «sanar» su homosexualidad? Porque les han inculcado que está mal o es una conducta errónea. Así que, en vez de dejar a la gente que viva su sexualidad en paz se les manipula, se les carga con una culpa de aúpa (pudiendo causar graves desórdenes mentales) y luego se les da «terapias reparadoras». Puajjjjjjjjjjjjjjjjjjj.
«El trabajo os hará libres» que ponían los campos de concentración nazis. Ni pintado sigue siendo vigente el slogan.
Despotorramiento feroz: estoy de acuerdo contigo en que esa es una razón muy importante; tal vez la más importante. Pero no estoy muy seguro de que sea la única. La naturaleza, según dicen los entendidos y no hablando precisamente de la homosexualidad, ha dispuesto una serie de condiciones para la estabilidad de la pareja (heterosexual, en este caso), en gran medida encaminadas a asegurar la buena salud y el crecimiento de la prole; es por ello que se liberan hormonas que contribuyen a la monogamia en la especie humana, que se dan los factores sexoafectivos necesarios para que se constituya una familia que perdure en el tiempo. Muchos homosexuales al parecer no parecen sentir que viven con plenitud su vida de pareja a menos que se casen, pues esto conlleva una serie de ventajas sociales que todos conocemos. Entre otros beneficios, pueden adoptar niños, pueden tener hijos de uno de los componentes de la pareja, pero lo que no pueden de ninguna manera es tener un hijo biológico propio, de ambos miembros del tándem. Creo que, en algunos casos, puede subyacer una frustración mayor, más honda, que toda la presión que ejerce la sociedad. En la actualidad hay personas que llevan un estilo de vida homosexual, que son testigos de los logros conseguidos pero que, sin embargo, muchas veces decide «cambiar».
No os preocupéis, los católicos de verdad que aparecen por aquí para decirnos que el verdadero mensaje de Cristo apoya a los homosexuales aparecerán también en la Universidad de Sevilla para darles la brasa con su verdad como nos la dan también a los que nos oponemos a los métodos de la Iglesia Católica y también les soltarán su habitual argumento de «nos sentimos muy ofendidos con vuestras críticas». ¿O no?
Antonio, así que el autor «ha abandonado la homosexualidad», jajajaaja, si algún día lo veo en alguna sauna (como a otros católicos casados que «abandonaron la homosexualidad») le daré recuerdos de tu parte. Es muy gracioso que alguien de una iglesia que tenía hasta hace pocos años (no sé si aún la conserva) una lista de libros prohibidos hable de libertad de expresión.
Juo juo juo, Antonio, el doble lenguaje y el cinismo de la Iglesia Católica ya lo tenemos muy calado, anda vete a predicar a quien te lo pida. Y eso de que el no tener niños provoca una fustración más honda que la presión de la sociedad cuéntaselo a los familiares de lesbianas o gays asesinados. En cuanto a lo de las endorfinas, no hagas más el ridículo, vuestro campo es el del pecado y el miedo al infierno, no el de la ciencia.
Antonio, te informo que dosmanzanas no permite la difusión de comentarios que defienden las «terapias reparadoras» de la homsoexualidad, de la misma forma que no permite los comentarios negacionistas sobre la existencia del VIH, el holocausto o la defensa de la segregación racial como una opción aceptable de organización social, por ponerte solo tres ejemplos.
Te invito a dejar de participar con este tipo de comentarios en nuestra página o procederemos a bloquearte como usuario.
Gracias de antemano por tu comprensión.
Un saludo
Agradezco que me hayáis dado la oportunidad de expresarme aquí. Pero lo único que he pretendido es decir que el libro no me parece insultante para los homosexuales, y que todas las opiniones respetuosas sobre la homosexualidad tienen cabida. Un saludo.
Tener que leer a día de hoy ciertas cosas demuestra que nos queda mucho camino por delante.
¿Todavía relacionas homosexualidad con palabras como síntoma, sanación, cura, malestar, perdón?
Y para rematarlo, añades «la homosexualidad es algo delicado»… ¿DELICADO? Es delicado una tela suave, un postre difícil de hacer o un cierto estado de salud e incluso de ánimo. ¿Qué leches tiene de delicado ser gay o lesbiana? NA-DA.
¡Menudos ropajes más exclusivos y elitistas usa ahora la homofobia! No te preocupes por nosotros, que aguantamos mucho más de lo que algunos pensáis, quizás para vuestra propia incredulidad e incluso desesperación.
Saludos
Y yo me pregunto, este libro no se podria reclamar por su publicación al ministerio de sanidad?
Pues vaya, yo sí me he leído el librito de marras (lo he hojeado con cierto detenimiento). Sobre todo porque siempre he pensado que hay que conocer bien al enemigo. El resumen: Lobos con piel de cordero.
Aparentando una aproximación de compasión (no tengo nada por lo que el tipo que lo escribió deba compadecerme, gracias) se presenta lleno de trampas que en su raíz, en efecto, son insultantes y humillantes para las personas lgtb, se vista como se vista.
En esencia, toma como partida que los homosexuales en su mayoría sufrimos. Eso sí, no entona «mea culpa» alguno, ni valora que el problema no esté en el homosexual que sufre por el rechazo sino en la sociedad que lo criminaliza y lo excluye, esa sociedad a la que tal vez sí sería bueno «sanar y curar». En ningún momento se habla de respeto o de diversidad, sino que trata de camuflar su aversión por las personas lgtb tratando de pedir comprensión para quienes sí quieren curarse de su mal.
Es divertido su discurso de feria de barrio al hablar de las grietas y heridas profundas que debemos superar. Momento que aprovecha no sólo para seguir defendiendo que, en suma, la homosexualidad es un desequilibrio mental procedente de traumas del pasado y en consecuencia una enfermedad mental que se debe tratar y que como toda enfermedad es per se negativa, sino que de paso se aprovecha para insultar también a nuestras familias. ¿O de dónde pensáis que sacó el patético Polaino todo aquello de las madres borrachas y los padres ausentes y violentos como causas de la homosexualidad?
Para dar imagen al proceso que plantea, seguro que muchos visteis en Queer As Folk la secta que trató de curar a Emmet. Pues esos son los seguidores de este libro, tenebrosos, tremendos, aniquiladores.
¿Censura? Si la Universidad fuera de verdad lo que debería, un templo de la sabiduría, de la razón, de la ciencia, mixtificaciones abusivas como esta no deberían tener espacio allí. No por censuras o faltas de respeto a otras ideas, sino porque la brujería siempre se ha sentido más a gusto entre las pestilencias de los pantanos.
Antonio, eres un despreciable homófobo. Además se nota que vienes del catolicismo más racalcitrante por tu forma de escribir y expresarte, ésa que os enseñan en las iglesias y por la cual habláis todos igual. Deberías hacer terapia para sanar tu homofobia.
No tengo nada más que decirte, personas como tú con sus «buenas y amables?¿?¿?» maneras, hacen mucho daño y contribuyen a la exaltación de la homofobia y a inocular el odio y el desprecio a los LGTB.
Antonio, creo que confundes «comprensión» con «compasión». La comprensión hacia la homosexualidad implica no desear cambiarla, porque significa comprender que está al mismo nivel que la heterosexualidad, con causas y consecuencias al mismo nivel. La compasión es lo opuesto. Cuando compadeces a alguien es porque consideras (entre otras cosas) que está sufriendo. La homosexualidad no debe ser compadecida (ni los y las homosexuales deben ser compadecidos) porque no implica en sí misma sufrimiento. El sufrimiento ligado a la homosexualidad se debe única y exclusivamente a la homofobia, sea externa (homofobia social), como interna (no aceptarse a uno mismo).
A algunas personas les cuesta especialmente aceptarse y ello les lleva a pensar que al resto de gays, lesbianas y bisexuales les pasa lo mismo. Como dice el refrán, «cree el ladrón que todos son de su condición». Es algo muy humano dar por supuesto que los demás se sienten igual que nosotros. Por eso es necesario ver a nivel global lo que sucede. Hay muchos más homosexuales que son felices después de haberse aceptado completamente, que no «ex-gays» (personas que dicen haber dejado de ser homosexuales) que sean felices. Y esto último es lo que cuenta a día de hoy para considerar que la homosexualidad NO es una enfermedad, ni un mal que deba ser curado o sanado (llamalo como quieras), y en cambio la homofobia SÍ lo es.
Para mis argumentos me baso tanto en lecturas diversas como en charlas y debates a los que he asistido y testimonios a los que he escuchado.
La homofobia interiorizada causa muchísimo sufrimiento, tanto, que no me extraña nada que algunos confundan la causa de su malestar. Pero precisamente por eso es tan importante no confundir a la gente. Difundir la idea de que los homosexuales no pueden ser felices siéndolo es tan peligroso como difundir ideas misóginas o de supremacía blanca (o negra o de cualquier raza).
No sé si lo leerás, pero creo que es imporante que las cosas que has escrito tengan respuesta, no tanto por ti como por todas las personas con dudas que puedan llegar hasta esta página.
Hay algo que jamás dejará de sorprenderme de la retórica católica: esa asombrosa capacidad que tienen para repartir «veneno dulce», para venderte una serpitente venenosa haciendote creer (con mucho cocowash) que en realidad es un conejito indefenso.
Muy «bonito» esos cuentos psicoanalíticos que van destinados a producir lástima y llanto, que heridas profundas, que el amor, que la compasión y no sé cuantas cosas más (en la misma página del tal Cohen ese, Courage, leí algo como que «ese príncipe azul montado en su fiel corcel nunca llegará a rescatarte», refiriendose a nuestra pareja gay… !que ternura!). Solo hay un pequeño detalle: todo eso ya se ha refutado, y si leyeras los numerosos test que llevaron a descatalogar la homosexualidad como una enfermedad (y no solo el libro o las webs de Cohen) entonces no te creías las conpiranoias religiosas de suuestos poderosos «lobbys gays» influyentes. Por cierto ¿Sabes de donde viene esa conspiranoia? De un pastor bautista de Kansas llamado Fred Phelps, quién por ese tiempo al saber de la despatologización de la homosexualidad repartió panfletos cristianos donde hablaba de esa conspiranoia. Si leyeras más allá de Cohen lo sabrías, como también sabrías de numerosos «ex gay» que al final manifestaron no haber cambiado en lo absoluto, pero en cambio si arruinaron sus vidas y las de otros con esa mentira.
También te darías cuenta que quienes en realidad siguen promocionando esas «terapias reparadoras» son profesionistas religiosos: Cohen, Nicolosi, la NARTH, Courage, Love Won Out, Polaino y todos los «terapeutas» que se conocen que dice «curar homosexuales» están fuertemente asociados a la religión, ya sea al vaticano, al opus dei o alguna otra religión cristiana. No pueden evitar esconder que todo lo hacen, primero, en base a sus creencias religiosas, y luego retuercen todo para que emparenten con las mismas. Si, ciertamente hay manipulaciones de la ciencia… pero por parte de la religión y sus supuestos «profesionistas». Por eso ciencia y religión jamás serán compatibles, porque además de todo la religión quiere que la ciencia le «sirva» a sus intereses, y bueno, eso ya no es ciencia.
Y por supuesto que sí, la religión debe salir de las escuelas y universidades públicas, la razón es simple: Estado Laico. Quién quiera mitos varios para eso están las iglesias.
«Alguien que tú conoces necesita este libro»
¿Rajoy?
Perdóname padre, o psicólogo, o doctor, o quien quiera que seas. Perdóname porque me gusten ciertas cosas que tu estrecha, pero supuestamente ilustrada mente, gracias a su dureza y cerrazón, no entiende que me puedan gustar.
Es cierto que algunas veces, muchas veces, quizá no tanto como me hubiera gustado, he cometido el error, el pecado o el síntoma, de tener relaciones sexuales con seres humanos de mi mismo sexo.
Probablemente el trauma que yo tenga, aunque recuerdo una infancia feliz, pero seguro que lo tengo, me obligué a practicas aberrantes y a darle un uso a mi ano, que no es el apropiado.
Es más le prometo leerme y aplicar en mi demoníaca e irregular vida todos y cada uno de los pasos que usted explica en su libro, aunque ello signifique negar lo que soy, cercenar una parte muy importante de mi personalidad; condenarme a mi mismo a un futuro incierto, que sinceramente se me antoja duro y negro, aunque hay cosas negras y duras que me gustaría tener en mi futuro.
Es más me casaré, así de paso no sólo me amargaré la vida a mi mismo, si no que se lo haré a otra persona, quizá opte por la bebida, seré un digno y NORMAL borracho, así las vencidonas, o la sociedad como usted dice, no me dirá aquello de «maricón de mierda», tendrán pena de mí, y seré un borracho amargado,pero NORMAL.
El rector dice que nunca prohibirá ningún libro… ¡Qué bien! La asociación LGTB debería aprovechar. Yo montaría un tenderete en su feudo lleno de libros de activismo LGTB, sin que falte «con tango somos tres» y otros libros dirigidos a niños. A ver si es coherente. Me parece la mejor respuesta posible.
«Éste es el templo de la inteligencia y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto».
Estas son las palabras que el rector no ha pronunciado, para oprobio suyo y de la Universidad de Sevilla.
pues yo estoy a favor de que se prohiba la biblia, porque ese libro junto con otros libros «sagrados» es de lo mas homofobo y machista que uno se pueda imaginar. Desgraciadamente nadie se atrevera con ese libro. Pero andando se hace camino, asi que, ¿quien sabe?
Una duda me surge… ¿La futura Ley de Igualdad y No Discriminación, transversal y genérica, «protegerá» a esta gente, a sus obras y acciones? ¿Ninguna opinión ni creencia podrá ser «discriminada»…?
¿Habremos de desterrar el término «homofobia» de nuestras conciencias y todo lo que significa?
Acabo de aterrizar por aquí. Es curioso que sólo las opiniones de «Antonio» no se muestran directamente en la página web, sino que están «escondidas». Muy curioso
29. Los comentarios se puntúan, por todos los lectores, si alcanzan un número determinado de negativos el comentario se esconde pincha en él y se despliega y lo lees, por otro lado si un comentario recibe muchos positivos resalta. Antes de lanzar indirectas, infórmate, no es la página la que evalúa los comentarios, sino quien entra aquí a leerlos como tú y como yo. Lo mismo pasa en los comentarios del ABC.
Si yo fuese alumno de esta universidad haría jornadas racistas y machistas con libros de dicha temática, a ver qué dice el imbécil del rector.
Ojo con estos del Mov cultural cristiano, se ocultan tambien en las siglas de SAIN (solidaridad y autogestión internacionalista) y tienen una web solidaridad.net.
Son un grupo fanático y una secta catolica ultraderechista que dicen ser de izquierdas: gente muy desequilibrada.
Señor Richard Cohen ¿se sometería usted y sus pacientes, a un estudio científico, para confirmar que ya no son homosexuales, para ver si están mintiendo o autoengañandoce? En el caso de los pacientes nuevos, se les harían estudios antes de someterse a su tratamiento cuando todavía son homosexuales y reconocer si también hay bisexuales, para luego compararlos con otros que se le harina después del tratamiento, cuando ya son heterosexuales.
Sepa usted señor Cohen, que serán sometidos a un exhaustivo análisis sicológico, para luego ser sometido a aparatos modernos que detecten cambios (oscilaciones) en el pulso cardiaco, hormonales y químicos, sudoración, en el grosor de su pene, resonancias magnéticas funcionales, etcétera. Se someterán a esto mientras escucha las voces y son tocados (no sexualmente) por hombres y mujeres. También mientras vean fotografías y videos de desnudos eróticos de hombres y mujeres
NOTA: no abra imágenes de pareja heterosexuales, porque es obvio que un hombre gay se puede excitar con el hombre y mentir o autoengañarse diciendo que fue con la mujer.
En qué quedamos señor Richard, acepta el reto y comprobar que un 100% homosexual se puede volver 100% heterosexual.