Reino Unido paraliza en el último minuto la deportación a Uganda de una joven lesbiana
Una buena noticia, al menos de momento. La deportación de Brenda Namigadde, una joven lesbiana de nacionalidad ugandesa, ha sido paralizada cautelarmente por las autoridades británicas, que revisarán el caso en los próximos días. La orden de paralización se hizo efectiva cuando la joven se encontraba ya embarcada en el avión que debía llevarla de regreso a su país de origen.
Como informábamos esta misma semana, las autoridades del Reino Unido habían denegado a la joven la petición de asilo y tenían previsto deportarla este viernes. Poco parecía importarles la integridad física de Namigadde, que durante su estancia en Reino Unido había participado activamente en una manifestación contra el intento de endurecer todavía más las leyes que persiguen la homosexualidad en Uganda. El caso había llegado a oídos del propio David Bahati, el diputado homófobo que ha promovido el polémico proyecto de ley que en caso de ser aprobado castigaría las relaciones homosexuales con cadena perpetua y en algunos casos con la muerte. Un proyecto que permanece por el momento en vía muerta, pero que puede ser reactivado en cualquier momento. Bahati había manifestado que Namigadde será bienvenida en Uganda… si “renuncia a su homosexualidad y se arrepiente”.
No resulta descabellado pensar que en la decisión de paralizar la deportación de Namigadde haya pesado el reciente asesinato de David Kato, activista de la organización Sexual Minorities Uganda y uno de los 100 ciudadanos homosexuales cuyo nombre y fotografía habían sido publicados por una publicación local ugandesa acompañados de la leyenda “Hang Them” (“a la Horca”). Una historia que en dosmanzanas hemos seguido con cierto detalle.
Antes de la paralización, el laborista Andy Slaughter, «ministro de justicia en la sombra» (es decir, la persona que la oposición británica designa para actuar como contrapeso político al Ministro de Justicia) había dirigido una carta al conservador Damian Green, secretario de estado de Inmigración, para que interviniera en el asunto. Se da la circunstancia de que la coalición de conservadores y liberales que gobierna Reino Unido prometió en su momento poner fin a las deportaciones de personas que teman ser perseguidas en sus países de origen por razón de orientación o identidad sexual, en cumplimiento de una sentencia de la Corte Suprema británica.
Los homófobos no respeta ni el funeral de David Kato
En Uganda, mientras tanto, ha sido enterrado ya David Kato, el activista gay asesinado. Ni siquiera su funeral se vio libre del odio homófobo. Thomas Musoke, el pastor anglicano que comenzó oficiando la ceremonia, quiso aprovechar el momento para hacer una condena expresa de la homosexualidad. «Debéis arrepentiros. Hasta los animales conocen la diferencia entre macho y hembra», espetó el religioso, antes de recordar el destino de las bíblicas Sodoma y Gomorra…
La comprensible reacción de rabia e indignación de los amigos y familiares de Kato allí congregados, muchos de ellos activistas LGTB que vestían camisetas con la leyenda «La lucha continúa», forzó a que Musoke se viera obligado a abandonar el funeral y marcharse escoltado por fuerzas policiales. Se encargó de concluir la ceremonia otro pastor que se encontraba presente y que en su momento fue precisamente excomulgado por mostrar su apoyo a los derechos de las personas homosexuales.