La Corte Constitucional de Colombia debate la adopción homoparental
La Corte Constitucional de Colombia discute en estos momentos una acción de tutela interpuesta por una pareja de lesbianas para que una de las mujeres pueda figurar como madre de la hija biológica de su pareja. Una demanda de la que ya informamos en noviembre de 2009, cuando un juzgado de Antioquía conminó al ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) a proceder con los trámites de la adopción tras su negativa inicial.
Ahora será la Corte Constitucional la que deberá confirmar o no la decisión de dicho juzgado, en un fallo que puede hacerse público en breve y marcar además un importante precedente. En entrevista publicada el 20 de febrero en el diario El Tiempo, el Presidente del alto tribunal, magistrado Juan Carlos Henao, confirmó que, ante los recursos que se encuentran en estudio, la Corte Constitucional se pronunciará a fondo sobre la adopción homoparental y el matrimonio igualitario. «¿Sobre el matrimonio y la adopción gay habrá decisión de fondo esta vez?», le preguntan. «Todo indica que sí. Es un tema complejo, exigimos muchos argumentos para abordar el debate de fondo y no nos los han dado todavía, pero no significa que no lo vamos a hacer», responde Henao.
Colombia ha amparado los derechos de la comunidad LGTB gracias, precisamente, a los diversos fallos de la Corte Constitucional emitidos a lo largo de los últimos años. Ello ha permitido a Colombia situarse entre los más países más avanzados en la materia, siempre hablando en términos jurídicos. En 2009, por ejemplo, homologó los derechos de las parejas del mismo sexo a las heterosexuales en lo que respecta a 42 artículos de los Códigos Civil, Penal y Disciplinario, y en la última y más reciente sentencia, en enero de 2011, igualó los requisitos para acceder a pensión entre las parejas homosexuales y las heterosexuales.
Además de sobre la adopción, la Corte Constitucional de Colombia tiene previsto pronunciarse próximamente sobre el derecho al matrimonio civil de gays y lesbianas, como también hemos venido informando.
Declaraciones conservadoras y prejuiciosas
Como era de esperar, la cercanía del fallo sobre la adopción y la posibilidad de que sea favorable ha levantado ampollas entre sectores conservadores.
El procurador general de la nación, Alejandro Ordoñez, se ha pronunciado en contra, afirmando que las parejas del mismo sexo no pueden adoptar porque «es contrario al ordenamiento jurídico y al marco constitucional». «Eso lo he afirmado ante la Corte Constitucional con fundamento en la Constitución, en el marco legal y en los mismos precedentes de la Corte«, ha señalado.
Como es usual entre los homófobos, Ordoñez -de conocidas convicciones católicas- recalcó que su posición es «en defensa de la familia«, pero quiso aclarar que su posición no se basa en la Biblia. «Quieren poner en boca de mí lo que yo nunca he dicho (…) Tengo convicciones y nunca las niego pero sólo tengo en cuenta argumentos jurídicos«, enfatizó.
Ya con anterioridad nos hemos referido en dosmanzanas a la homofobia de Ordoñez, que en 2004 escribía Hacía el libre desarrollo de nuestra animalidad, un libro en el que califica la homosexualidad como antinatural, irracional y contraria al designio de Dios. «Solo la refundación del orden del derecho en la Divinidad y en el orden natural que de ella dimana podrá conferirle a la ciudad terrena un rostro humano, el carácter de morada habitable para el hombre en su peregrinaje temporal hacia la ciudad de Dios”, puede leerse en dicho libro.
También el presidente del Partido Conservador, senador José Darío Salazar, se opone a la adopción por gays y lesbianas. “Es una tutela en la que la pareja del mismo sexo aspira a que la hija de su pareja pueda ser adoptada por ella y la verdad es que esa niña tiene patria potestad, la patria potestad la tiene la mamá”, ha afirmado el líder conservador respecto al caso. «Nos parece que eso realmente va contra la naturaleza y va a quebrar los valores de nuestra sociedad”, ha añadido.
El ministro del Interior y Justicia, Germán Vargas Lleras, también ha expresado su disconformidad con una posible aprobación de la adopción homoparental, aunque ha recalcado que se trata de su posición personal. “No comparto que se deba avanzar en facilitar la adopción pues tengo la impresión que en muchos casos estas parejas no tienen la estabilidad necesaria para adquirir ese tipo de obligaciones”, ha afirmado. Vargas Lleras recordó que, aunque no partidario de la adopción, cuando fue senador votó en el Congreso para que les fueran reconocidos a las parejas del mismo sexo los derechos patrimoniales y de seguridad social.
Encontré una excelente columna en una revista colombiana (Semana)
Autora: Luz María Duque
Un fragmento dice:
Todos los argumentos éticos en contra del matrimonio y la adopción gay demuestran que el problema no está en los homosexuales, sino en los prejuicios en su contra y en la incapacidad de pensar la vida desde la diversidad. Por un lado, la mayoría de los argumentos de oposición son solo un velo que transparenta el llano rechazo a la homosexualidad.
Alegan, por ejemplo, que los niños criados por parejas gay se convertirán en homosexuales, argumento que solo funciona si se supone que la homosexualidad debe ser evitada. Esgrimen débiles argumentos naturalistas como que la única familia digna de reconocimiento es la conformada por hombre y mujer, en tanto solo ellos tienen la capacidad natural de procrear; argumento que no resiste la obvia objeción de que las parejas heterosexuales que no pueden o no quieren procrear no dejan por eso de ser reconocidas como familias. Prefieren no escuchar cuando se les advierte que la mayoría de los estudios científicos indican que no hay evidencia de que la crianza por una pareja homosexual afecte negativamente el desarrollo de los niños.
Dicen que al oponerse al reconocimiento de la adopción únicamente están preocupados por los intereses de los menores, pero ni siquiera por prudencia dejan de pregonar ante aquellos que tienen dos mamás o dos papás que sus familias no son familias, que la relación de quienes cuidan de ellos es anormal, y que la mayoría de las personas en este país rechazan su estilo de vida. Tampoco se preguntan qué tan bueno es para los menores cerrar opciones de adopción en un país en el que, según las cifras del ICBF, existen cerca de 4500 niños que por razones de edad, etnia, situación de discapacidad o por tener hermanos en la misma condición son de difícil adopción.
Por otro lado, algunos expresan su temor ante los efectos que puede tener para un menor el ser criado por dos mamás o dos papás en un contexto con altos niveles de discriminación social frente a los homosexuales. Tal vez se burlarían de él, o lo rechazarían. Pero, ¿quiénes lo harían? Con esto volvemos al mismo punto: el problema no son los homosexuales, sino los homófobos. Y el único modo de romper el círculo vicioso de la discriminación es eliminando desde ya los factores que lo reproducen.