Primera manifestación LGTB autorizada en la historia de Bielorrusia
Una noticia que nos llega desde Bielorrusia, y que para variar esta vez es positiva. El pasado lunes tuvo lugar, sin incidentes, la primera manifestación LGTB autorizada en la historia del país. Una docena de valientes activistas se concentraron en un parque de Minsk, cercano al Ministerio de Justicia, protestaron contra la homofobia y solicitaron la igualdad jurídica de gays y lesbianas.
El acto había sido autorizado el viernes, y a pesar de la corta asistencia (no especialmente sorprendente en un país como Bielorrusia, en el que la homofobia social es muy intensa y las concentraciones LGTB acaban ilegalizadas y reprimidas) tuvo un gran simbolismo y despertó una significativa expectación: el número de periodistas presentes doblaba al de los concentrados.
«Por primera vez lo único a lo que hemos temido ha sido no a la Policía ni a los hooligans homófobos, sino al frío», declaró Sergey Praded, miembro de IDAHO Bielorrusia y organizador del evento. «Es un muy buen primer paso para todos, y espero que ayude a que en futuras acciones tengamos más participación», añadió.
La organización del evento ha merecido las felicitaciones del líder LGTB ruso, Nikolai Alekseev, que considera que abre las puertas a la organización de una marcha del Orgullo en Minsk, la capital bielorrusa.
Una sociedad profundamente homófoba
No lo tienen fácil las personas LGTB en Bielorrusia. Hace unos meses recogíamos los datos de una encuesta según la cual el 63% de los bielorrusos se muestran a favor de recuperar la vieja legislación soviética que criminalizaba la homosexualidad, derogada en 1994. En concreto, el 43’2% se mostraba “totalmente de acuerdo” y el 19’5% “bastante de acuerdo” con la propuesta. El 16’8% de los bielorrusos creían que deben respetarse los derechos de las personas homosexuales, aunque solo un escaso 6’2% se mostraba “totalmente de acuerdo” (un 10’6% adicional se mostraba “bastante de acuerdo”).
Precisamente en mayo de 2010 fue convocada en Minsk la marcha del Orgullo Eslavo con el apoyo de los colectivos LGTB de la vecina Rusia, nación con la que Bielorrusia mantiene muy estrechos vínculos culturales y políticos. La marcha fue prohibida finalmente, aunque un grupo de activistas desafió la prohibición y marchó por las calles de Minsk durante algunos minutos, hasta que la Policía cargó contra ellos y realizó varias detenciones. Los detenidos no fueron liberados hasta dos días después.