Bolivia celebrará en junio PUKAPANTI, Festival Internacional de Arte y Cultura Gay, Lésbico, Bisexual y Trans
En la ciudad de Sucre, Capital del Estado Plurinacional de Bolivia, tendrá lugar durante el mes de junio de 2011 el Festival Internacional de Arte y Cultura Gay, Lésbico, Bisexual y Trans PUKAPANTI. Esta última palabra es quechua, en relación al color rosado, que el festival adquiere para cuestionar de manera provocativa las connotaciones de estereotipo sobre ciertos colores presentes en nuestras culturas y que en el caso del rosado siempre se ha identificado con lo femenino y por ende con lo homosexual.
El evento es organizado por Fundación Diversencia, una organización LGTB boliviana, afiliada a la Coalición Boliviana de Organizaciones LGBT, que cuenta con el apoyo de instituciones estatales públicas y privadas, así como embajadas, empresas y medios de comunicación escritos, orales y virtuales, como dosmanzanas.
Se prevee que el festival reúna a artistas y expositores internacionales y nacionales, en una expresión de arte y cultura en clave de diversidad. Dentro del festival se podrá disfrutar de diferentes expresiones artísticas, como danza, música, pintura, teatro, fotografía, literatura, cortometrajes, cine y performance.
Este evento reivindica de manera expresa los derechos culturales de las personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y transexuales y quiere además educar sobre la homofobia y transfobia a través del arte y la cultura, desestructurando así las prejuicios y estereotipos asociados a las mismas.
Por otro lado y además, el festival convoca a artistas heterosexuales a que desarrollen arte gay, lésbico, bisexual y trans, desde una propuesta inclusiva e intercultural. Este festival no es para un gueto, sino para generar un diálogo en la diversidad entre homosexuales, bisexuales, heterosexuales, transgéneros y transexuales, puesto que todos y todas vivimos, nos movemos y existimos en único mundo. En palabras de los organizadores, “el derecho a la cultura no puede pasar por ser un tipo de franquicia “heterosexista” puesto que incluso este exceso político de poder socio cultural afecta a las mismas personas heterosexuales en su proceso creador y artístico porque se cuadriculan y reprimen para ahondar por otras formas también válidas de arte y desde ellas también transgredir el paradigma impuesto que los castra para una verdadera vivencia sexual liberadora”.