El embajador de Sudáfrica en Uganda, condenado por homofobia
La Comisión Sudafricana de Derechos Humanos ha condenado a Jon Qwelane, embajador de Sudáfrica en Uganda, a pedir disculpas y a donar 100.000 rands sudafricanos (algo más de 10.000 euros) a una organización LGTB como compensación por publicar en el tabloide Sunday Sun, en el que era columnista, un artículo abiertamente homófobo. Sucedió en 2008, antes de su nombramiento como embajador.
La Comisión ha determinado que el lenguaje empleado en el artículo titulado “Call me names, but gay is NOT OK” (“Llamadme lo que queráis, pero ser gay NO está bien”), del que nos hicimos eco en febrero del 2010, incitaba al odio homófobo. En el artículo, Qwelane pedía a los políticos sudafricanos que modificaran la Constitución del país para hacer imposible el matrimonio entre personas del mismo sexo (legal en Sudáfrica). En su opinión, si se reconoce el matrimonio homosexual no hay razones para que algunos no pidan el reconocimiento del matrimonio entre hombres y animales. De hecho, el artículo estaba ilustrado con una ofensiva viñeta en la que un juez declaraba casados a un hombre y una cabra.
Pese a que las opiniones homófobas del columnista eran bien conocidas, el Gobierno sudafricano no dudó en nombrarlo embajador en Uganda. Grupos LGTB sudafricanos mostraron entonces su indignación porque la representación sudafricana en el exterior pudiera recaer en un personaje así, y muy especialmente en Uganda, cuyo Parlamento discutía la aprobación de una ley que en caso de haber sido aprobada hubiera endurecido aún más el trato penal a las personas homosexuales, condenándolas a muerte o a cadena perpetua, según los casos.
La condena a Qwelane llega además en un momento especialmente sensible para la comunidad LGTB sudafricana, debido a la indignación desatada por la ola de «violaciones correctivas» a mujeres lesbianas en ese país.
Gobierno de Sudáfrica: una opinión «personal»
La reacción del Gobierno sudafricano tras conocer la noticia ha sido la de echar balones fuera y considerar que el artículo de Qwelane fue escrito a título personal antes de su nombramiento, cuando no tenía responsabilidad política, por lo que no tiene intención de promover su cese.
Conviene recordar en este punto que el Presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, es bien conocido por su populismo, su homofobia y su profunda ignorancia sobre el VIH en un país especialmente castigado por la pandemia.
Que yo sepa el matrimonio es la unión entre dos personas, los animales no tienen nada que ver ahí. Que los homófobos lleguen a estas conclusiones me hace pensar si no es a ellos a los que en verdad les va la zoofilia, de lo contrario no soltarían estas burradas.
que verguenza, sabiendo cuanto la fin del apartheid se debe a los gays, precisamente a un gay… the man who drove Mandela.