El Parlamento de Uganda podría votar esta semana el proyecto de ley que endurece el trato penal a las personas homosexuales
El terrible proyecto de ley que persigue endurecer aún más el trato penal a la homosexualidad en Uganda, promovido por el diputado David Bahati, podría ser votado esta misma semana. Se trata de la última oportunidad antes de que el nuevo Parlamento ugandés tome posesión. Para conseguirlo, y como ya anticipábamos hace unos días, Bahati está dispuesto a renunciar, si es necesario, al punto más polémico: la pena de muerte.
Bahati, diputado ugandés vinculado a la derecha religiosa estadounidense, llevaba semanas presionando para conseguir que el Parlamento retomara la discusión del proyecto, después de que quedara congelado debido -en buena parte- a la presión internacional. Su objetivo era conseguir la aprobación antes de que el nuevo Parlamento tome posesión, es decir, durante el periodo legislativo “de rescate” que finaliza esta semana.
Finalmente Bahati ha conseguido que el proyecto haya sido discutido estos últimos días en un comité parlamentario, que debe decidir si darle vía libre o no. Sus miembros han escuchado testimonios a favor del proyecto, como los del pastor homófobo Martin Ssempa, que se ha mostrado favorable a retirar la pena de muerte, que el proyecto original contempla en algunos casos (como el de los homosexuales infectados por VIH que mantengan relaciones, o cuando se establezca que ha habido “violación”) y sustituirla por penas de cárcel. También han escuchado testimonios en contra, como el del obispo anglicano retirado Christopher Senyonjo. En cualquier caso, si el comité decide finalmente dar vía libre al proyecto y presentarlo al pleno antes de que finalice la semana, pocos dudan de que será aprobado.
El proyecto, recordamos, también propone perseguir penalmente a personas u organizaciones que den cobertura a las personas homosexuales, lo que haría virtualmente imposible, por ejemplo, el trabajo de organizaciones de defensa de los derechos LGTB.
Se da la circunstancia de que el propio Gobierno de Uganda se mostraba hace pocas semanas reacio a discutir la ley. La ministra de Información, Kabakumba Masiko, daba a entender que no hay razones para aprobar una nueva ley destinada a criminalizar la homosexualidad, dado que la actual legislación ugandesa considera ya que las relaciones homosexuales son ilegales. Las amenazas de retirada de la ayuda económica estadounidense a Uganda en el caso de que el proyecto se apruebe no parecían ajenos a dicho posicionamiento.
Estaremos muy atentos a lo que sucede finalmente…