Adolfo Prego, magistrado del Supremo, en 2007: «la esencia del matrimonio es la heterosexualidad»
Hace pocos días nos hacíamos eco de la sentencia del Tribunal Supremo que absolvía a cuatro personas que editaban y vendían libros de ideología neonazi al considerar, haciendo una interpretación generosa del Código Penal, que la mera difusión de ideas de odio (antisemitas, racistas, homófobas o de otra índole) no es delito salvo que suponga la creación de un clima de opinión o de sentimientos que den lugar a un peligro cierto de comisión de «actos concretos». Se da la circunstancia de que uno de los magistrados que firmó la sentencia, Adolfo Prego, es un juez de conocidas simpatías ultraconservadoras que ha expresado en público su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo. Antecedente que, aunque fechado hace cuatro años, consideramos de interés.
En 2007, la Revista de la Hermandad del Valle de los Caídos publicaba una entrevista a Prego (tomada de Hispanitas) en la que directamente se le preguntaba por la cuestión. «Estoy totalmente en contra de dicha reforma del Código Civil. Como Presidente de la Comisión de Estudios e Informes del Consejo General del Poder Judicial, en ella hicimos un informe muy amplio sobre la incorrección de esa modificación desde el punto de vista constitucional y jurídico. Aparte de otras cuestiones de carácter moral, ético o sociológico, debemos decir que no cabe en el sistema jurídico español, afortunadamente. La Constitución Española proclama, de un modo ambiguo, como tantas cosas, que el matrimonio es la unión entre hombre y mujer porque es la única manera de que el matrimonio como concepto sea identificable. La esencia del matrimonio, lo que le hace separable de otras instituciones parecidas es precisamente la heterosexualidad. Si se elimina ese elemento identificador se hace susceptible de ser confundido con lo demás, por lo tanto en un error. Un matrimonio es algo distinto de otras cosas que podrán ser consorcios, asociaciones, uniones estables con puesta en común de bienes materiales, podrán ser otra cosa, pero ualitativamente y ontológicamente nada tienen que ver con el matrimonio. El matrimonio no es un producto del Derecho positivo, es una institución creada por la experiencia histórica, sedimentada, y que ha funcionado y se ha mantenido precisamente por su utilidad, luego si se elimina aquello que justifica su existencia, se desdibuja la auténtica naturaleza del matrimonio como relación entre personas de distinto sexo», declaraba.
Adolfo Prego (hermano de la conocida periodista Victoria Prego, subdirectora del diario El Mundo) es magistrado del Supremo desde los años noventa y formó parte del Consejo General del Poder Judicial entre 2001 y 2008, a propuesta del PP. Forma parte del Patronato de Honor de la Fundación para la Defensa de la Nación Española y colabora con la Hermandad del Valle de los Caídos. Muy significado por su oposición a la Ley de Memoria Histórica (no tuvo problema alguno en firmar un manifiesto contrario a la misma junto a personajes como César Vidal o Pío Moa), firmó como ponente la admisión a trámite de la querella por prevaricación contra el juez Baltasar Garzón por querer investigar los crímenes del franquismo. Adolfo Prego también fue ponente de la sentencia que rebajó en julio de 2010 de 13 a 5 años la condena de cárcel impuesta a Javier Rodrigo de Santos, exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Palma conocido en su momento por su militancia católica y su negativa a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo, que fue declarado culpable de abuso de menores.
Israel acusa al Supremo de apoyar la violencia racista
La embajada de Israel en España, por cierto, ha emitido un duro comunicado en relación a la polémica sentencia del Supremo. El comunicado considera que la decisión «apoya la violencia racista y demuestra falta de conocimiento histórico. El derecho a la libertad de expresión no puede amparar acciones o ideologías que incitan a la violencia y al genocidio».
Uno de los aspectos más peligrosos de los gobiernos del PP es los candidatos que proponen para formar parte de los tribunales y órganos de control. Las cosas serán muy diferentes según quien sea presidente. Rubalcaba o Rajoy, no es lo mismo.
Suscribo palabra por palabra la frase que ha dicho la embajadora de Israel.
tendríamos que plantarnos delante del Reina Sofía y exigir que saquen el Guernica a la calle, como prueba de lo que les acaba ocurriendo a los pueblos que se van deslizando sin remedio hacia el fascismo
¿no sería precioso?
Tengo la sensación de haberme perdido algo.
¿Qué narices está pasando?
– El Tribunal Supremo absuelve neonazis.
– La Audiencia Nacional se posiciona a favor de fascistas que hacen campañas mediáticas homófobas (entre otras cosas).
– Un Juez del Supremo, con trayectoria plagada de irregularidades, manifiesta ideas homófobas como si tal cosa y ahí sigue.
Y en menos de una semana.
Esto es el mundo al revés y el avance de lo que nos espera si no les plantamos cara como sea.
Y luego que nos vengan las maryfachas aneuronales ladrando las gilipolleces de siempre: que si «yo viendo los militantes GLTB me avergüenzo y vuelvo homófobo (¡como si no lo fueras de antes, reina!)» que si «yo nunca he tenido que ocultar mi condición sexual pero a nadie le importa con quien me acuesto» (¿mandeeee??? ¡vamos no me fastidies!) que si «hasta los neonazis homófobos y delincuentes tenemos derecho a expresarnos como queramos…pero sólo nosotros, por supuesto».
Más cortinas de humo, por si alguno cae y vota, de las marionetas de los que nos quieren devolver a las catacumbas.
Marionetas de la homofobia fascista que aparecen y trabajan en páginas como esta con un fin muy muy concreto.
¿Y vamos a permitirlo?..
Suscribiría lo que ha dicho Israel, pero me parece un caso demasiado evidente de «Consejos vendo que para mí no tengo».
Vamos, que se miren un poquito lo que hacen ellos también antes de criticar a los demás (aun teniendo razón en las criticas).
En cuanto a la judicatura, pues nada sorprendente. Está hasta arriba de «tardofranquistas».
Y todavía no están en el poder y miren las cortes valencianas, el que va a ser el presidente ya dió la orden de colocar un crucifijo sobre el escritorio, bueno las decisiones serán de una obejitividad bestial…La de cosas que nos quedan por ver …
Pues yo me solidarizo completamente con el embajador de Israel.
La sentencia del TS es un horror y el embajador de Israel tiene derecho a protestar, aunque en otras ocasiones ha mostrado muy poco aprecio por los derechos humanos. A diferencia de él nosotros condenamos la violencia venga de donde venga.
Me temo que la que se nos viene encima va a se de aupa. Y encima, todavía tengo que oír semana sí y semana también de parte de gays armariados y/u homófobos que ya está todo conseguido y ahora los LGTB tenemos que relajarnos, «volver a la normalidad» y pasar desapercibidos.
Como nos relajemos un poco más, dentro de poco nos volverán a mandar a la cárcel por escándalo público, y si no, al tiempo.
Saludos
Pienso que evocando cuestiones de racismo el gobierno de Israël no es de los más indicados para elevarse contra esta sentencia. La simple mención de un dicho «pais judeo» es una clara discriminación hacia los ciudadanos israelis no judeos. La ideología sionista ya fue condenada como «racista» por la ONU. Por otra parte, la confusión entre revisionismo (también apodado de negacionismo por los exterminacionistas) y antisemitismo es una falacia más para vedar a los ciudadanos el derecho de libre información sobre un asunto que está muy lejos de ser estudiado con el rigor que demanda la investigación en materia histórica. Los curiosos en el asunto sabrán de lo que hablo.