El activista LGTB ugandés Wamala Dennis visita España
Wamala Dennis ha visitado España para participar en unas jornadas sobre los retos para el acceso a los tratamientos organizadas por la Fundación Salud por Derecho, en el Caixaforum de Madrid. Dennis, de 26 años, es uno de los responsables de la ONG Icebreakers (rompehielos), «una metáfora que representa que queremos romper el aislamiento de los gais, lesbianas y transexuales». También mantiene dos blogs sobre cuestiones LGTB en Uganda y África. Y todo ello, en un país donde no es nada fácil ser homosexual, y mucho menos dedicarse al activismo.
Sin ir más lejos, David Kato, otro importante luchador por la igualdad LGTB en Uganda, fue asesinado en febrero. Y la ONG de Dennis, sacada adelante entre un puñado de voluntarios, ha de trasladar su sede cada poco tiempo huyendo de ataques violentos. Dennis es perfectamente consciente del riesgo a que se exponen él y sus compañeros, y se muestra convencido de que «[…] la propuesta de pedir la pena de muerte para las relaciones homosexuales volverá a discutirse en el Parlamento». Hace un mes «la presión internacional consiguió detenerla«, sumándose a los esfuerzos de los activistas locales. «Para el presidente [Yoveri Museveni] el apoyo internacional es muy importante, él es nuestra esperanza, porque si el Congreso aprueba la ley, él tiene que ratificarla, y confiamos en que no lo haga», afirma.
Poco apoyo espera sin embargo de los grupos religiosos, ya que «los motivos de Bahati [el palamentario detrás de la propuesta de ley homofóbica] son religiosos. Él es evangelista y ellos están impulsando el odio», dice. Otras confesiones, como la católica, no han azuzado el odio, pero tampoco han defendido a la minoría LGTB: «se han quedado al margen, […] tienen otra estructura, son más jerárquicos, no nos apoyan, pero no han activado la persecución», cuenta.
La homofobia generalizada y el miedo a la visibilidad dificultan una de las tareas principales de su ONG, la prevención del VIH. «La homofobia hace que sea muy difícil llegar a la población de hombres que tienen sexo con hombres. Están muy ocultos, nadie lo admite, y tienen miedo de ir a los servicios sanitarios porque les da vergüenza». En Uganda todos los enfermos tienen derecho a recibir tratamiento gratis, al menos teóricamente, pero Dennis explica que «primero tienen que atreverse a acercarse a un centro sanitario y luego hay problemas de suministro». Por ejemplo, de cosas tan básicas como preservativos y lubricante. «Cuando viajamos, intentamos hacer acopio para poder repartirlos en nuestra sede», dice. Y por ello Dennis ha aprovechado la ocasión para llevarse un par de cajas que le facilita la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales. «Es el mejor recuerdo de mi vista a España».