Una recepción del presidente del Parlamento israelí a la comunidad LGTB desata la ira de los ultraortodoxos
El encuentro que Reuven Rivlin -presidente del Parlamento israelí- ha mantenido este lunes con representantes de la comunidad LGTB con motivo de la celebración del mes del Orgullo LGTB en Israel ha desatado las iras de los diputados ultraortodoxos, que la consideran un ultraje a la institución.
«Es un insulto al honor de la Knesset (el Parlamento israelí), un insulto a los musulmanes y un insulto a los judíos tradicionales que obedecen los mandamientos», ha declarado Nissim Ze’ev, diputado del partido ultraortodoxo Shas. Ze’ev considera además que honrar a la comunidad LGTB «promueve la destrucción de la familia» y «destapa el lado oscuro de la sociedad«. Según este diputado, lo que la Knesset debería hacer es «dirigir estas personas a crear familias (tradicionales, se entiende) y continuar las tradiciones del judaísmo y de la humanidad» en lugar de animarlas a ir «en direcciones negativas«. «¿Cómo podemos expresar el judaísmo si no es construyendo familias?«, ha insistido.
Otro diputado que ha puesto el grito en el cielo ha sido Menahem Eliezer Moses, del partido Yahadut Hatorah. «La Torah dice que eso es una abominación», ha manifestado, en referencia a la homosexualidad. «El presidente de la Knesset nos representa a todos, le votamos. No se puede permitir que participe en este evento. Estoy conmocionado«, ha declarado.
Portavoces de Rivlin han afirmado no entender la polémica, ya que este acto se celebra desde hace tres años. «El presidente de la Knesset acepta a todos los grupos y a todas los opiniones. Rivlin simplemente dirigirá unas pocas palabras al grupo, eso es todo«, han afirmado.
La recepción, de hecho, ha sido un éxito. Representantes de grupos LGTB, algún personaje conocido (como el cantante abiertamente gay Ivri Lider), parejas del mismo sexo con niños y un grupo de adolescentes LGTB se encontraban presentes en un evento en el que han querido estar presentes hasta 18 diputados de diversos grupos, récord hasta la fecha en este acto.
La religion es incompatible con la democracia y la homosexualidad. Es como hablar de un fascismo democratico.
En Tel Aviv hay una estupenda zona de ambiente, en Israel asociaciones LGTB y reconocimiento para matrimonios gay. Pero los ortodoxos no viven en este siglo. La religión sigue siendo una lacra, sea donde sea.