El sucesor de Berlusconi al frente de la derecha italiana se posiciona contra los derechos LGTB

El nuevo secretario político del Pueblo de la Libertad (PdL, el principal partido italiano) y sucesor designado por Silvio Berlusconi al frente de la derecha italiana, Angelino Alfano, ha reiterado la hostilidad de su partido al reconocimiento los derechos LGTB en Italia.

El primer ministro Silvio Berlusconi ha descartado presentarse a las próximas elecciones generales, previstas en 2013, en una entrevista publicada hace unos días por el diario La Repubblica, señalando al actual titular de Justicia, Angelino Alfano (un abogado católico sicilliano de 40 años) como su sucesor. En su primer discurso ante el consejo nacional del PdL tras ser designado «por aclamación» nuevo secretario político, Alfano se refirió brevemente al debate, que sigue abierto en Italia, sobre el reconocimiento jurídico de los derechos LGTB para dejar clara su oposición. Alfano dijo que en su partido hay hombres de todo tipo, algunos casados y otros separados, pero que todos están unidos en considerar que «la familia es aquella formada por un hombre y una mujer que tienen hijos». Una afirmación que fue recibida con fuertes aplausos por la numerosa concurrencia al acto.

Desgraciadamente, la posición del nuevo líder del PdL no supone ninguna sorpresa. En los últimos años la derecha italiana se ha opuesto sistemáticamente a la aprobación de leyes contra la discriminación y al reconocimiento jurídico de las parejas homosexuales. En marzo nos hacíamos eco, por ejemplo, de unas declaraciones de Silvio Berlusconi en las que afirmaba que mientras su partido estuviera en el Gobierno las parejas del mismo sexo no se equipararían con las familias tradicionales y que “no será nunca posible la adopción de niños por parte de parejas homosexuales“.

Entre las leyes más importantes rechazadas por el Parlamento italiano durante la actual legislatura está la conocida como «ley Concia» contra la homofobia, cuyo último intento de aprobación, tras sucesivos vaivenes, parece definitivamente abocado al fracaso. El apodo hace referencia a la diputada abiertamente lesbiana del Partido Demócratico (PD), Paola Concia, que ya había tratado de impulsarla en 2008/09. Pese a renunciar a muchos de sus planteamientos iniciales y de aceptar numerosas modificaciones al texto original, Concia no ha logrado sumar apoyos suficientes para superar la oposición de los conservadores e incluso las reticencias de un sector importante del PD, su propio partido, al reconocimiento de los derechos civiles de las personas homosexuales.

Italia sigue siendo, de esta forma, uno de los pocos estados europeos que no tiene una legislación específica contra la violencia homófoba, y que no contempla reconocimiento jurídico alguno, ni siquiera en forma de unión civil, para las parejas del mismo sexo. Una situación contra la que el mes pasado se manifestaron por las calles de Roma cientos de miles de personas con motivo de la celebración del Europride 2011.