La FELGTB alerta de la falta de medidas preventivas contra el suicidio de adolescentes LGTB
Este sábado 10 de septiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una problemática que se da con especial crudeza entre jóvenes y adolescentes lesbianas, gais, transexuales y bisexuales. Para la FELGTB la mejor manera de prevenir el suicidio es que las administraciones educativas implementen políticas de inclusión y así superar los elevados índices de acoso a jóvenes por su orientación sexual o identidad de género.
Diversos estudios llevados a cabo en Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, por citar algunos, muestran que lesbianas, gais, transexuales y bisexuales son entre 3 y 10 veces más propensos a intentar quitarse la vida en su juventud que las personas heterosexuales, a causa de la presión social.
En España, el suicidio es la segunda causa de muerte de jóvenes entre 15 y 24 años. No es difícil suponer que un gran porcentaje de estos sean LGTB, pues entre éstos el 49% reconoce haber sufrido algún tipo de violencia física y/o psicológica en el contexto escolar, e incluso el 21% en el interior de su familia.
Ana Bueno, coordinadora del Área Joven de la FELGTB, ha destacado que “sabemos, por las investigaciones, que hablar con normalidad de la diversidad afectivo-sexual disminuye la discriminación. Si el sistema educativo cumpliera con el mandato de la LOE de trabajar este tema, se evitaría mucho sufrimiento y hasta se salvarían vidas”. “La situación de vulnerabilidad que vive nuestra juventud genera muchos problemas de salud, depresiones, dependencias, que además llevan a prácticas sexuales de riesgo, o a situación de exclusión insostenibles. La educación podría llevar a mejorar la salud de las personas LGTB, prevenir el VIH/sida y el suicidio”, ha señalado Rubén Sancho, coordinador de Salud.
Ante la pasividad de las administraciones, la FELGTB ha decidido tomar cartas en el asunto y ha iniciado un estudio sobre el riesgo de suicidio entre jóvenes LGTB, con la intención de poner sobre la mesa un problema gravísimo y completamente silenciado. “Se trata de una realidad sepultada por una ley de silencio que obliga a ocultar el drama de adolescentes y jóvenes LGTB que experimentan, sin salida demasiadas veces, una espiral de acoso, sufrimiento y desesperanza. Por eso, es absolutamente imprescindible estudiar este problema para poder poner las medidas necesarias para paliarlo. La sociedad debe acompañar a estos jóvenes en su proceso de aceptación”, dice Jesús Generelo, coordinador del Área de Educación.
Ya sabemos quien es el responsable.