Mayores con VIH: una realidad invisible
Interesante artículo el que el diario Público dedicó este lunes a las personas mayores que viven con el VIH. Una realidad a menudo olvidada, como tantas que tienen que ver con nuestros mayores. Mayores que conviven con la infección desde hace años… o que la adquieren al no adoptar medidas de protección en sus relaciones.
En el año 2009, último año del que existen datos completos, 150 mayores de 50 años engrosaron las listas de nuevos diagnósticos de infección (un 10’9%). En este grupo de edad, además, los diagnósticos tardíos se disparan: por encima de 55 años, constituyen el 70% de los casos, frente al 33% en los menores de 25 años. «Creen que el VIH no va con ellos, que es cosa de jóvenes, y suelen enterarse cuando ya tienen alguna patología añadida», explica Javier Barbero, psicólogo del Hospital La Paz de Madrid. A veces se trata de personas que mantienen relaciones no protegidas por falta de conciencia del riesgo. Otras veces «tienen la idea de que, como son mayores y morirán pronto, no importa que se contagien», explica Barbero. «El ser humano es tan absurdo que a muchos les gusta jugar a la ruleta rusa», se lamenta por su parte Antonio Moraleda, economista jubilado de 78 años que vive con el VIH. «Otros no se dan cuenta de que esto es como un accidente de tráfico: no hace falta que conduzcas muchas veces para estrellarte, con una basta», añade.
Los mayores con VIH sufren además de una manera especial prejuicios muy arraigados entre las personas de su generación, ligados en muchos casos a la religiosidad, explica Udiárraga García, presidenta de CESIDA. «Yo tuve suerte porque mi familia me apoyó», cuenta Moraleda, diagnosticado en 2001, y que hoy día hace una vida normal. «Convivo con mi hermana y sigo besando a mis sobrinos con toda naturalidad», explica. Cuando se enteró de la infección, de hecho, sacó fuerzas para recuperarse y dar charlas. También asiste a reuniones con otros afectados.
El problema de las residencias
Un problema añadido es el hecho de que para ingresar en una residencia de mayores se exija no padecer enfermedades infecto-contagiosas. «El VIH tiene unas vías de infección muy definidas que se pueden prevenir fácilmente. El problema es que esa cláusula se ha convertido en la excusa perfecta para evitar la reacción de otros residentes«, explica Javier Barbero.
Y aunque consigan plaza, el trato que reciben los afectados en algunos centros es deplorable. «Algunos prefieren la muerte a convivir con gente que no los quiere», asegura Federico Armenteros, presidente de la Fundación 26 de Diciembre, un colectivo de mayores LGTB que promueve la construcción de una residencia libre de discriminaciones. Un proyecto del que ya hemos hablado en dosmanzanas, pero que aún necesita socios.
«Hacen falta campañas de sensibilización, para que la sociedad nos reconozca la dignidad que nos merecemos como personas», solicita Jimmy (nombre ficticio), artista de 59 años también afectado, pero que todavía no se ha atrevido a contarlo. Barbero va más allá. «La información por sí sola no cambia conductas. Los poderes públicos deben exigir que se cumplan los derechos de todos», exige el psicólogo, que propone no financiar con fondos públicos a aquellos centros que discriminen.
En cuanto a las campañas preventivas, todos están de acuerdo en que olvidan a los mayores. «Se piensa que a los 50 no se practica sexo y, cuando aparece un mayor con VIH, sorprende más», confirma Jimmy. «Parece que el sexo es solo para la juventud y cuando se trata de dar recursos, ellos tienen preferencia», opina Moraleda.
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Acerca del Author
Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
Si muchas veces hemos hablado aquí mismo que ser mayores y ser mayores GLTB es la mayor condena que puede existir ser mayor con VIH es como el último escalafón de marginalidad.
Quedan tantas luchas para los que vienen detrás que no van a tener tiempo de aburrirse nada.