Profesor de un colegio religioso concertado de Cartagena, despedido tras revelar que es gay
El profesor José Albes se separó hace tres años de su exmujer y decidió vivir abiertamente su homosexualidad. Este mismo año, además, lo hizo público en el centro en el que trabajaba, el Colegio del Patronato del Sagrado Corazón de Jesús de Cartagena. El mismo colegio que este mes de agosto le ha comunicado su despido, en lo que parece un caso evidente de discriminación homófoba.
El centro le acusa de no haber seguido las instrucciones de la dirección y de haber tomado decisiones sin consultar, causando «perjuicios graves a los alumnos y a la imagen del centro». Albes reconoce que ha tenido choques con la dirección debido a su preocupación por el maltrato infantil, que le llevaba a comunicar cualquier situación de riesgo que detectaba. «Los profesores estamos obligados a denunciar cuando advertimos que hay algún riesgo de maltrato infantil y lo único que yo hice fue escribir un protocolo, tal y como establece la normativa, y tramitarlo a la consejería de Educación. Mi protocolo era perfecto, según me notificaron en la propia consejería, pero parece que a la dirección del centro no le gusta que se hagan estas cosas, porque puede dañar la imagen del colegio», afirma en el diario La Opinión. Unas declaraciones, por cierto, que cuentan con el aval de la evidencia: José Albes es el promotor de Icues, una ONG contra el maltrato infantil creada hace pocos meses.
Pero Albes tiene claro que su despido se relaciona, en realidad, con la revelación de su homosexualidad. «Qué casualidad que justo este año, que hablo con normalidad de mi homosexualidad en el centro, deciden echarme», alega. También le hace sospechar el hecho de que le hayan ofrecido una indemnización superior a la que según él le correspondería. «En la carta me dicen que la causa del despido es justificada pero que aún así la empresa lo reconoce como improcedente y me ofrece esa cantidad de dinero. Si la causa es justificada y el colegio nunca tiene dinero, ¿cómo me ofrecen esta indemnización?», se pregunta.
Los padres le apoyan
El Colegio del Patronato del Sagrado Corazón de Jesús es un centro religioso concertado, es decir, que recibe financiación pública, al que el propio Albes lleva vinculado toda su vida. «Llevo en el colegio desde tercero de EGB. Cuando crecí me involucré en las Juventudes Marianas Vicencianas y fui catequista. Llevo toda mi vida en este colegio», cuenta.
José Albes asegura que cuenta con el apoyo de numerosos profesores y padres, y de hecho el presidente de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos del colegio, José Ángel Agulló, lo confirma. «Yo no sabía que lo era (gay) y, sinceramente, no me importa. Aquí lo importante es que las monjas han actuado con gran prepotencia. Es un profesor muy querido por los padres y por los alumnos y le vamos a apoyar», ha expresado.
Lo que ha indignado especialmente a Alves es que se la acuse de causar perjuicios graves a los estudiantes. «¿Por qué tengo que aguantar yo eso cuando es falso? Me podían despedir sin decir motivos y me habría callado, pero esto no tengo por qué tolerarlo», precisa. «Quiero que el despido se declare nulo y que me vuelvan a admitir», asegura.
De nuevo tengo que agradecer a Zapatitos su afán en preservar las religiones homófobas.
¿Será esa la caridad cristiana que predican?
Espero que le quiten el concierto al centro por despedir a un trabajador, por su condicion sexual, lo que es una vergüenza es que les sigamos pagando impuestos a estos centros, que ni siquiera cumplen la constitucion española, pero asi nos va la puta de la aguirre diciendo que los profesores son unos unos flojos, gracias por apuntalar el sistema educativo si ya estaba mal esta frase lo ha arreglado y la iglesia aplicando sus «recortes».
Que les quiten el concierto y que vivan de su trabajo del cuento,y punto si yo no cumplo ley meten en la carcel si la iglesia no la cumple, no pasa nadam, una vergüenza, por cierto a ver si alguien publica los ingresos de las saunas madrileñas durante la Jornada Mundial de Juventud seria un estudio interesante….
Lógico.
Estoy contigo, Timoshenko. Una cosa es que tengan sus normas, como organización privada que son. Pero una entidad que hace este tipo de cosas no debería contar ni con un céntimo del erario público. Que paguen ellos/ellas el sueldo a sus maestros… a ver cuánto duraban.
Saludos
Creo que antes de insultar (para no variar) deberíais buscar otras fuentes de lo que realmente ha sucedido. Este tipo no es precisamente un santo y lo han despedido por otras cuestiones y con el consenso del Consejo Escolar, donde están representados todos los sectores del Centro (incluida la Asociación de Madres y Padres). Ahora está intentando que lo readmitan con la excusa de que lo echaron por homosexual, y en vez de ir al juzgado se va a la prensa. Como siempre digo, no os creais la mitad de lo que os cuentan, y de la otra mitad debeis dudar.
Osea, la presunción de inocencia a la puta mierda, ¿no? Alucinante.
Bueno, «Fran», pues cuando vayan a los tribunales, que expliquen lo «poco santo» que es, y que los tribunales decidan.
Así de simple.
#6 Fran, no tergiverses TÚ, si hasta el AMPA está sacando notas de prensa diciendo que era un buenísimo profesor y que lo readmitan ya. Se han dado hasta entrevistas a periódicos…
PUES MIRA QUE BIEN QUE LE DIGA A LAS MONJAS CUANTAS LESBIANAS HAY ENTRE ELLA SE LLEVARIA UNA SORPRESA Y CUANTA NIÑAS SE HAN LLEVADO AL HUERTO Y NO PRECISAMENTE A RECOJER FLORES QUE VERGUENZA YO ME CRIE CON MONJAS Y NO TODAS SON IGUALES PERO COMO TIENEN LA OBEDIENCIA MARCADA A FUEGO NO HABREN NINGUNA LA BOCA QUE ASCO DE HIPOCRESIA QUE CUENTEN TAMBIEN LOS EMBARAZOS Y LOS ABORTOS Y LOS REVOLCONES QUE SE PEGAN MUCHAS DE ELLAS LO SIENTO POR EL PERO YA VE PARA QUE LUEGO VAYAN A RECIBIR AL PAPA TODAS ELLAS JUNTAS COMO CORISTAS DE UN CABARET
Vaya pisoteo tan hiperguays de derechos constitucionales básicos (derecho a la intimidad personal, derecho a la no discriminación por cualquier otra condición o circunstancia personal o social)en el ámbito de la enseñanza concertada en este desdichado país nuestro, a la par que dichas instituciones siguen chupando del bolsillo de aquellas personas cuyo ostracismo propugnan estos centros.