Vanessa Selbst rompe con los estereotipos del poker
El caso de Vanessa Selbst no es habitual en el mundo del poker. Este conocido juego ha sido, durante muchos años, un coto cerrado para las mujeres. Sin embargo, parece que los tiempos también están cambiando en el mundo de las cartas.
Muchas personas juegan ahora al poker a través de la red. Entre ellas a buen seguro habrá hombres y mujeres de diferente orientación sexual. No obstante, lo que sí es llamativo es encontrar a una mujer que se haya consolidado en el circuito mundial de poker, y más difícil aún que haya sido aceptada sin problemas perteneciendo abiertamente a la comunidad LGBT.
Afortunadamente, el mundo cambia poco a poco y el del poker no va a ser menos. Hace tres décadas nadie podía pensar en una mujer sentada a la mesa de poker rodeada de hombres. Es más, las que lo intentaban eran tratadas de malas maneras y obligadas a marcharse y abandonar la partida. Vanessa Selbst ha pasado por encima de todas las críticas y se ha convertido en una de las mejores jugadoras de cartas de la historia, después de reconocer, en varias ocasiones, su condición de lesbiana.
Vanessa Selbst nació en Brooklyn (Nueva York) y se licenció en Derecho en la Universidad de Yale (algo también bastante poco habitual entre los jugadores de poker). Comenzó a jugar poker a través de la red, ganando como aficionada cientos de torneos de poker gratis. Sus años como universitaria los pasó entre libros de leyes y salas virtuales de poker, en las que se fue poco a poco haciendo un hueco. Cuando finalizó sus estudios entró de lleno en el circuito en el que se ha hecho un nombre a base de éxitos. En el año 2007 consiguió llegar a una mesa final de la competición para mujeres de la WSOP (Campeonato mundial de poker). Un año después, en 2008, alcanzó dos mesas definitivas, también en la WSOP.
No obstante, el mejor año para Selbst fue 2010. En esta temporada alcanzó la mejor puntuación de toda su historia cuando se alzó con el triunfo en el Tour de Poker Partouche francés. Con esta victoria la cifra de ganancias de la jugadora ascendía a la nada desdeñable cantidad de 3,76 millones de dólares. Actualmente es la tercera en la clasificación histórica de jugadoras de poker, por delante sólo están Annie Duke y Kathy Liebert.
Que la jugadora, siendo mujer, alcance las ingentes cifras de ganancias comentadas, ya era sorprendente, que lo consiga siendo lesbiana sorprende más aún, teniendo en cuenta que hablamos de un deporte en el que tristemente los jugadores que abiertamente reconocen su condición homosexual nunca han estado bien vistos.