Dos autores manchegos
Escrito en el agua (Pedro Menchén)
Odisea Editorial
Resulta difícil no ver en la mirada de Pedro Menchén (Argamasilla de Alba, 1952), que nos interpela desde la portada de este libro vestido de soldado, cierta duda, cierta desconfianza, cierto resquemor: la del que lo ha pasado mal algunas veces en la vida, por la maledicencia de algunos, por los que no soportan enfrentarse a sus propios miedos reflejados en los que sí se aceptan con naturalidad. Uno lee la autobiografía de Menchén con la absoluta seguridad de que está leyendo la autobiografía de un buen hombre: un muchacho manchego en los cincuenta a través de unas exquisitas páginas con olor a mosto y a vendimia, un joven emigrante en el Madrid de los sesenta, que descubre con deleite los milagros y los misterios del sexo y el amor oscuro (¡ese cine Carretas, esa Puerta del Sol, llena de chulos buscándose la vida, a la sombra en Espoz y Mina, en el Pasaje Matheu!), la mili, la vuelta a Madrid, el descubrimiento gozoso de Benidorm…
Y sin embargo queda la indudable certeza de que Menchén podría haber sido más feliz si no hubiera sido tan honesto, que este mundo de hipócritas no está hecho para gente como él, para los que hablan claro y para los que dicen la verdad. Porque Menchén tiene el valor de narrar esas cosas que nunca se dicen por educación, por miedo, por vanidad. Prueba de ello es el capítulo dedicado al grandísimo pintor manchego Gregorio Prieto, del que ya os hemos hablado en dosmanzanas. ¿Cotilleos de marica mala y resentida o la desagradable sensación de encontrarnos ante la verdad desnuda?
Mucha verdad en las páginas de Escrito en el agua, y las verdades duelen
La vida oculta (Emilio Vivar)
Mandala & Lápizcero
Y ha querido la casualidad (o el destino) que haya leído a la vez una novela de otro autor manchego del que desconozco casi todo, Emilio Vivar (Cózar, 1943) y que tiene muchísimo en común con el libro de Menchén. Esta vez sin embargo no es una autobiografía, pero como si lo fuera: se trata del diario de un hombre homosexual en la Mancha durante los últimos años del franquismo y los inicios de la Democracia. Un pueblo imaginario, Los Palacios de Montiel, y una vida imaginaria, la de Antonio, la vida que el propio Antonio se ha tenido que inventar para no dar a conocer a sus paisanos sus más íntimos deseos: un Antonio mujeriego y juerguista, el más machote del pueblo. El diario es examinado por otros personajes, que lo descifran porque está escrito en una clave basada en la fecha de cada uno de los textos, que vienen introducidos por acontecimientos locales, nacionales o internacionales que sirven para situar la historia en un día concreto: Franco y Naser se entrevistaron ayer en Barajas, Consejo de Guerra en Burgos: seis penas de muerte, Salvador Allende vencedor en las elecciones de Chile. A través de una chiquillada, un engaño de sainete por el que Antonio pudo gozar de los cuerpos de sus mejores amigos, se investiga la posterior (y tremendamente teatral también) muerte del mujeriego Antonio, y las maneras de esconder, pero de disfrutar también, la homosexualidad en aquellos años oscuros.
Gracias a el joven amaril por el descubrimiento de La vida oculta, y espero que no sea difícil de encontrar.
No conocía a estos escritores, el de «La vida oculta» tiene buena pinta, me lo apunto.
Un saludo
Colegas advierte de que en centros de donación sanguínea de Jaén y Granada se discrimina a hombres homosexuales
http://www.20minutos.es/noticia/1196271/0/
No se si será verdad, viendo el historial de los coleguillas y gonzalo serrano, con sanidad y el tema del sida, pero yo lo dejo aquí.
Lei el primer libro en Mayo y me gusto bastante, lo recomiendo. Comparto lo que se dice aqui del mismo. Deja ese sabor agridulce de lo que es verdad, de la vida como la vamos descubriendo los que ya la conocemos. La sinceridad del escritor es apabullante pero se agradece. El final, que es un poco ajuste de cuentas deja un reflujo ambigüo, pero esta bien conocer las verdades de todo.