El acoso a locales de ambiente marca el verano turístico LGTB en Italia
Ha llegado el otoño y con ello el momento de hacer el balance turístico del verano 2011. Para el sector del turismo LGTB y LGTB-friendly en Italia este ha sido un verano difícil: algunos locales de ambiente han cerrado y muchos han sufrido un acoso creciente por parte de las autoridades locales, en medio de un clima de indiferencia por parte de muchos activistas LGTB.
Especialmente simbólico ha sido lo sucedido con los locales de ambiente de la costa toscana, la Versilia, que vienen sufriendo un acoso creciente por parte de las autoridades. Se trata de locales que forman parte del consorcio Friendly Versilia, una iniciativa lanzada a finales de los años 90, con el apoyo de la región Toscana, para atraer el turismo LGTB. Una iniciativa que ha resultado exitosa y ha contribuido a relanzar el turismo en una zona cuya industria de ocio estaba en crisis. De hecho, hoy la Versilia es conocida en Italia por ser la zona con la más alta presencia de locales de ambiente.
En los últimos años, sin embargo, el consorcio ha denunciado un clima de intolerancia cada vez más irrespirable. Las autoridades han elaborado ordenanzas poniendo trabas al funcionamiento de los locales, obligando por ejemplo a cerrar a medianoche discotecas que se sitúan lejos de zonas habitadas y clausurando algunas de ellas. El consorcio afirma además que el Ayuntamiento de Viareggio (principal localidad de la Versilia) y las fuerzas de seguridad han permitido que la zona se degrade poco a poco y quede a merced de grupos criminales, responsabilizando luego a la presencia LGTB en la zona y alentando de esta forma la homofobia.
Según el consorcio, la derecha local, que gobierna Viareggio desde 2008, se ha mostrado desde siempre en contra de esta iniciativa e intenta que Friendly Versilia acabe echando el cierre. Este año uno de los eventos más conocidos de la costa, el llamado ‘Mardi Gras‘, ha intentado de hecho congraciarse la derecha, premiando como personaje del año a un sacerdote católico e invitando al subsecretario de estado de Familia, Carlo Giovanardi, conocido por sus declaraciones homófobas. Por su parte, algunas asociaciones LGTB y partidos, como IdV (Italia de los Valores), han condenado la actitud del Ayuntamento de Viareggio. La presidenta del consorcio, la empresaria trans Regina Satariano, exasperada por las continuas vejaciones, llegó a empezar una huelga de hambre en protesta. Aunque ha logrado ganar un primer pulso al Ayuntamiento, la cuestión está lejos de haber sido resuelta.
Los locales de ambiente de la costa toscana no han sido los únicos en vivir una situación similar. Uno de los locales gay más conocidos del Véneto, ‘The Block’, ha tenido problemas similares, habiendo sido clausurado varias veces por las autoridades, que no parecían ver con buenos ojos su existencia. Poco meses después del último y definitivo cierre, el propietario del local, el empresario abiertamente gay Andrea Cabrele, se ha quitado la vida recientemente (por razones personales, según afirman los medios italianos). Afortunadamente, el Gay Village de Roma, otro importante evento del verano LGTB italiano, no ha tenido problemas con las autoridades, pero muchos han denunciado la inseguridad que impera en sus alrededores. Además, según algunos críticos el Gay Village sería cada vez «menos gay«, ya que los organizadores habrían apostado por atraer una clientela más heterosexual, entre la cual no faltarían elementos homófobos.
Quizás lo más sorprendente es que no haya habido una protesta más activa del colectivo LGTB en favor de los locales. De hecho, al mismo tiempo que ocurría todo lo anterior, algunas webs gay italianas publicaban artículos que criticaban la existencia de locales de ambiente, tachándolos de ‘ghetto’…