La Policía sueca deja sin sancionar el comentario homófobo de un agente referido a una compañera lesbiana

Según reconocen todas las encuestas, la sociedad sueca es una de las más respetuosas del mundo hacia la realidad LGTB. Pero incluso en ese país queda mucho camino por recorrer. Buen ejemplo es lo sucedido en la provincia de Escania, en el extremo sur del país, cuya Policía ha anunciado que no sancionará a uno de sus agentes que haciendo referencia a una compañera lesbiana había afirmado que los homosexuales ‘son un cáncer‘.

‘Homosexuella är en cancersvulst på samhället‘ (‘los homosexuales son un cáncer para la sociedad’). Esta es la frase que la inspectora abiertamente lesbiana Jeanette Larsson (en la foto) escuchó decir a otro agente el pasado mes de julio en el comedor de una comisaría de Malmö. La inspectora Larsson oyó además como su compañero, que conversaba con una joven recluta, mencionaba su nombre y hacía referencia a la Biblia.

La inspectora Larsson, muy afectada por lo ocurrido, es una de las 15 agentes abiertamente lesbianas con las que cuenta la policía de Escania. En este momento trabaja como educadora, formando precisamente a otros agentes en los casos de crímenes de odio. Este verano, en declaraciones a la televisión pública sueca (SVT) reclamó de sus altos mandos que mostrasen su rechazo ante este tipo de conductas sancionando ejemplarmente lo ocurrido. Desgraciadamente no ha sido así. La policía de Escania, que en 2009 estuvo en el centro de un escándalo por racismo policial, no ha adoptado medida alguna contra el agente en cuestión y ha informado que, tras realizar una investigación interna, no se ha podido establecer con exactitud lo sucedido. Se ha comprometido, eso sí, a que un oficial superior ‘hable’ del asunto con el agente presuntamente homófobo.

A pesar de las iniciativas del Gobierno sueco, que este verano ha puesto en marcha un nuevo plan para combatir el extremismo político y los crímenes de odio, lo cierto es que resta mucho por hacer en este sentido en Suecia. Este mismo verano se ha sabido que el propio Gobierno sueco (una coalición de centro-derecha líderada por Fredrik Reinfeldt) sigue financiando las actividades de diversos grupos religiosos que sostienen posturas homófobas, pese a que la ley sueca prohíbe la discriminación por razones de orientación sexual o identidad de género. Y hace unos días la justicia sueca ha retirado los cargos contra un grupo de estudiantes de la Universidad de Lund, también en Escania, que había organizado una ‘subasta de esclavos negros’ durante una fiesta. Un incidente que había sido denunciado por una asociación de ciudadanos suecos de origen africano y que había levantado considerable polémica.