Noruega deniega asilo a homosexual iraquí y le emplaza a volver a su país y «ser discreto»
Un tribunal noruego ha denegado asilo en dicho país a Azad Hassan Rasol, refugiado iraquí homosexual. La corte reconoce la homosexualidad de Azad, así como el peligro que ello conlleva en Irak, pero aún así le aconsejan “volver a casa y ser discreto”, ya que Azad “debe obedecer las normas socio-culturales de Irak.”
Las autoridades de inmigración noruegas argumentaron en su momento que Azad es kurdo, y que los riesgos para la población homosexual son “muy diferentes” (según ellos) a los del resto de Irak, y que podía buscar protección en las autoridades de la región autónoma kurda. Según su abogado, Jon Ole Martinsen, «en la práctica esto supone ocultar tu orientación sexual, ya que si la descubren corres peligro de ser perseguido.»
Azad declaró a la Norwegian Broadcasting Corporation (NRK) que «mi clan va a matarme. Los gays y las lesbianas no pueden vivir abiertamente en Irak.» Y de hecho los ‘asesinatos de honor’ serían un grave problema en la región kurda de Iraq (como también se producen en el Kurdistán turco). Su novio desde 2006, Odd Arne Henriksen, declaró que si Azad era finalmente deportado él lo acompañaría. «En nuestra familia no nos rendimos tan fácilmente. Luchamos hasta el final», dijo a la NRK. Azad llegó a Noruega hace diez años, habla un buen noruego -según el periódico Aftenposten-, tiene un trabajo estable y muchos amigos.
En los últimos dos años, 40 de 52 personas homosexuales que solicitaron asilo en Noruega fueron rechazadas, y el Ministerio de Justicia ha declarado estar estudiando cambiar la forma en que las solicitudes de asilo por motivos de orientación o identidad sexual son tratadas, tal vez siguiendo los pasos de países como el Reino Unido.
Según la Federación Internación de Refugiados Iraquíes entre 5000 y 6000 refugiados de dicho país habrían sido deportados de Europa desde 2005, la mayoría de ellos kurdos. La semana pasada Dindar Najman, ministro iraquí de Inmigración, declaró que el aeropuerto de Bagdad no aceptaría más ciudadanos iraquíes deportados desde Europa por la fuerza. Ningún país europeo ha intentado deportar a algún ciudadano iraquí desde entonces, por lo que aún no se sabe si las autoridades iraquíes mantendrán su palabra.
En septiembre el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Misión de Ayuda a Irak de la misma organización publicaron un informe sosteniendo que los ataques contra la población LGTB iraquí habían continuado en 2010, como en más de una ocasión hemos publicado en dosmanzanas.
Ole, un estado favoreciendo encerrarse en el armario y tragar con la injusticia del palo «ajo y agua», que manera mas vil y ruin de limpiarse las manos y evitar conflictos.
Claro, en la Alemania nazi también habían muchas leyes (muchas no escritas obvio), que debían respetar sus miembros, no? eso hace que sean correctas, buenas, o no condenables? vamos hombre.
Con esa deducción, absolutamente nadie podría pedir asilo: «lo sentimos, vuelve a tu país y acata lo que te digan o hagan»
Y «arreglao»
A esto se le llama un jarro de agua fría, ¡y yo que creía que Escandinavia era el último refugio del la sociedad del Bienestar! Y ahora le sueltan: Vuélvase a sus montañas donde rige la ley de clanes (no lo digo yo, lo dice él) y quédese en casita y matrimonie, para que no venga su primo, hermano, cuñado o suegro y le degolle como cordero al final del Ramadán.
Anda, los educados y cívicos noruegos no lo son tanto. Si a eso añadimos la forma en que los suecos nos han tratado (léase Boliden), agárrate con los escandinavos, colega.
¿»Debe obedecer las normas socio-culturales de su país»? ¿Le dirían lo mismo a Liu Xiaobo, premio Nobel de la paz, galardonado en la capital noruega? «Señor Liu, obedezca al régimen comunista chino y no venga por aquí a darnos el coñazo, que para eso hemos cumplido otorgándole el Nobel».
Hubo un tal Quisling en Noruega durante la II Guerra Mundial que, por lo visto, ha dejado seguidores todavía hoy…
Una vergüenza para un país como Noruega tan defensor de los derechos humanos.