33º aniversario de la despenalización de la homosexualidad en España

El Boletín Oficial del Estado número 10 del 11 de enero de 1976, págs. 658 y 659 recogía la modificación de la Ley 77/ 1978, de 28 de diciembre, de modificación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y de su reglamento, quedando de esta manera despenalizada la homosexualidad en el estado español.

A pesar de los cambios sociales y legislativos que en nuestro país han culminado con la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, la homofobia continúa estando presente en numerosos sectores de nuestra sociedad, como en el trabajo, centros educativos y en instituciones públicas, como acabamos de comprobar con el caso del juez del Registro Civil de Murcia, Antonio Martín Ferradal, el cual ha sido sancionado con una multa de 3.000 euros por proferir insultos a homosexuales, madres solteras e inmigrantes.

Por ello, desde la Asociación de Ex­-­Presos Sociales de España, queremos una vez mas instar a todas las organizaciones LGTB del estado a continuar trabajando por la igualdad real, la lucha contra la homofobia y el bullying entre los adolescentes.

Especial atención merece este último colectivo. Muchos jóvenes pierden su vida debido al constante acoso que sufren en su entorno escolar, entre sus iguales. En muchas ocasiones también por parte del personal docente, que muchas veces prefiere ponerse una venda en los ojos y no mirar y hacer frente a una realidad que está ahí. En este sentido, debemos exigir a los poderes públicos; y en especial al Gobierno, líneas de trabajo para la prevención del suicidio entre los jóvenes LGTB y la inclusión en el Código Penal español la figura del acoso en el ámbito escolar de los jóvenes LGTB.

Tampoco queremos olvidar a todas las personas que tuvieron la desdicha de vivir su homosexualidad durante la dictadura franquista. De aquí que solicitamos a los colectivos una especial atención hacia el colectivo LGTB de la tercera edad. Porque aunque parezca mentira, los gays también nos hacemos mayores, y con la llegada de la plena madurez, nuestras necesidades cambian. En este sentido, debemos conseguir un trato igualitario en el sistema sanitario, del cual podamos disfrutar sin ningún tipo de discriminación de los mismos derechos que el resto de nuestros conciudadanos.