Una mujer transexual forma parte por primera vez del equipo de Gobierno de Bogotá
Tatiana Piñeros Laverde es la nueva directora de Gestión Corporativa de la Secretaría de Integración Social de Bogotá. El nombramiento de Piñeros, una mujer abiertamente transexual, es una buena muestra del compromiso de Gustavo Petro, recientemente elegido alcalde, de incluir a la comunidad LGTB en su equipo.
Según Tatiana Piñeros, su nombramiento supone un “respaldo que se la da a la inclusión y a la no discriminación, cuando se nombra una persona por sus capacidades profesionales, su experiencia profesional o por su hoja de vida, sin importar su orientación sexual o su identidad de género”. En palabras de Piñeros, su nombramiento forma parte de una política “transversal» en toda la administración de la capital colombiana.
La nueva funcionaria, profesional en Contaduría Pública, tiene ante sí la dífícil labor de recuperar la confianza de los bogotanos en una contratación transparente y un uso adecuado de los recursos después de que la anterior administración haya sido fuertemente cuestionada por la corrupción en contratación de obras civiles en toda Bogotá.
Por otra parte, los docentes públicos de Bogotá han recibido una agenda de las políticas públicas que planea desarrollar la nueva administración. Entre ellas, la política pública para la comunidad LGBTI, en la que se busca, además de respetar sus derechos, favorecer su organización comunitaria.
Concejales opuestos
Este impulso a las políticas inclusivas hacia la comunidad LGTB no cuenta, sin embargo, con el apoyo de todos los concejales de Bogotá. «Si ya empezaron, pero nosotros también”, ha respondido en Facebook el pastor evangélico Marco Fidel Ramírez tras conocer el nombramiento de Piñeros. Ramírez fue elegido tras hacer de la oposición al reconocimiento de los derechos LGTB uno de los ejes de su campaña.
Por su parte, la concejal Clara Lucía Sandoval, del Partido de la U, se ha mostrado en contra de un proyecto piloto que busca fomentar el respeto por las minorías sexuales en algunos colegios distritales de la ciudad. “Lo complejo es que los jóvenes están expuestos a un proceso de exploración y se les está brindando a ellos la posibilidad de una tercera opción, cuando realmente esa tarea de conocer otras influencias es de los estudiantes en su libre desarrollo social, más no se debería implementar dentro de los colegios estos proyectos porque podría sesgar el criterio de los alumnos a través de quienes dirigen estos talleres”, ha opinado.
Se da la circunstancia de que en noviembre un fallo de la Corte Constitucional exhortó al Ministerio del Interior a que, junto a la Defensoria del Pueblo y la Procuraduría General, crearan una política pública “integral” nacional, constante y unificada con el fin de lograr la no discriminación de la comunidad LGTB.