80 egunean
“Sabes que ya no habrá primavera si tú no estás aquí violetera”
No había tenido la oportunidad hasta hace poco de ver 80 egunean (España, de momento, 2010), pese a las buenísimas referencias que tenía de ella. Obviamente, estaba esperando a ver la versión en euskera, que es como hay que verla (ésta y todas, no nos cansaremos de insistir). La película trata de dos temas invisibles y llenos de prejuicios y estereotipos, el lesbianismo y la vejez (la madurez, que es una palabra que cada vez me gusta más). Dos mujeres de ámbitos muy distintos coinciden de manera casual en una habitación de hospital: una vive en un caserío, casada con un hombre bruto de campo, de esos que pasan por ser buenas personas pero de los que tantas cosas se callan, un hombre normal, exactamente como los que un día les pegan a sus mujeres lo normal (esa casita de madera destrozada a martillazos es una imagen inolvidable). La otra, una profesora de piano abiertamente lesbiana, vive en la ciudad (Donosti, tan bella siempre).
Pronto descubren que fueron amigas en la infancia y comparten un recuerdo, de esos que unos nos obligamos a recordar y otros (“los otros”) se esfuerzan en olvidar, esos recuerdos incómodos que siempre salen a últimas horas de la madrugada, tras mucho beber y mucho reír.
Son innumerables los detalles que convierten a 80 egunean en una película de culto: una de las dos mujeres borda, la otra hace pendientes, se intercambian los regalos (una forma de compartir esa ancestral sabiduría femenina tan denostada por la “alta cultura”: si los hombres nos hubiéramos dedicado a coser el Museo del Prado parecería Zara), la visita a la isla de Santa Clara (creo), tan romántica, tan divertida, tan dolorosa a la vez, tan inolvidable, la canción de Luis Mariano, los pasodobles, …
José Mari Goenaga y Jon Garaño han dirigido una película exquisita, delicada sin resultar empalagosa, poética, de ese modo en el que solo los vascos saben ser poéticos, con su puntito de frialdad zen lleno de aristas, una poesía que duele y araña. A ello contribuyen las dos actrices, absolutamente bellísimas y fascinantes las dos (Itziar Aizpuru y Mariasun Pagoaga: ¡esa escena del “ay ama”!), cada una en su estilo, que convierten sin duda a 80 egunean en una de las mejores películas de tema lésbico vistas recientemente por el que suscribe y que no puede evitar enlazar con otras joyas de amores difíciles o desencontrados, del miedo y el vacío ante ese relámpago inexplicable y absurdo que es el amor, de las que, como sabéis, uno es fanático, como Brobeback Mountain, Los Puentes de Madison o Breve encuentro.
La banda sonora del siempre exquisito Pascal Gaigne es, sencillamente, para dar saltos de gozo.
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elputojacktwist@gmail.com
Pues sí, Puto: es una película redonda, totalmente irreprochable. En una palabra: exquisita.
Ay amaaaaaaaaaa que ya tardabas en reseñarla. Que esta película ni siquiera recibiera una nominación a los premios goya (ni una) dice mucho de la clase de país que somos y queremos ser.
Por cierto que me parece un poco injusto el retrato que haces del personaje de Juan Mari. La escena de la casita lo que muestra es precisamente esa violencia contenida que se expresa hacia uno mismo. La commarcación con la figura del maltratado es injusta. Por cierto: bollo película firmada por dos hombre que no produce sonrojo ni induce a cortarse las venas sino todo lo contrario.
es verdad que he sido injusto con él, pero lo he hecho a conciencia
🙂
destrozar la casita es metafórico, pero otros lo llevan a la realidad
¿Por qué España, de momento? Yo soy vasco y esta película es española. Y muy bonita, por cierto.
bueno, todo es de momento siempre, menos la muerte
«España, de momento»Jejeje qué bueno. Esperemos que este «momento» no dure mucho, igual que con Catalunya.
Banekien oso ona irudituko zitzaizula, nik ere atsegin handiz ikusi nuen.
(Ya sabía que te parecería muy buena, yo también la vi encantado)
Efectivamente, la borrachera se la cogen en la isla de Santa Clara, no les hizo falta llegar hasta las últimas horas de la madrugada.
De momento seguimos en el imperio
Os queremos explicar una cosa que nos paso ayer, que queremos compartir con vosotros. Aunque vivimos en Blanes, ayer por la noche una amiga nuestra, diseñadora del grupo Inditex, nos invitó, ya que estábamos celebrando un cumpleaños, a pasar ¡ una noche en Granollers , a un local llamado Sans, del cual ella es cliente habitual. Nosotros que somos bastante presumidos, nos colocamos nuestras mejores galas, no es queramos presumir de nada, pero creo que es necesario describir nuestro atuendo, para que al final podáis entender lo que os queremos explicar. Yo iba vestido con unos zapatos negros de diseño italiano de piel de cocodrilo, pantalones denim negros de Zara, un Cardigan en negro con puños jaspeados en gris, que mi amiga me regalo y trajo de Londres, camisa blanca y corbata en negro y grises, ambas de Dolçe&Gabanna y un abrigo en tweed gris de Zara, y mi compañero llevaba unos zapatos italianos de piel de pitón rosa, tejanos de Versace, camisa blanca de Roberto Cavalli, y una cazadora de piel negra, con adornos en azul y rojo, de inspiración motorista de Dolçe&Gabanna. Llegamos al local de una forma ordenada, no habíamos consumido alcohol, ni drogas, eran las 12:30. No íbamos sucios, no llevábamos armas, ni incumplíamos ninguna norma por la que los dueños pudieran utilizar el derecho reservado de admisión, ni el aforo de ese pub, estaba completo, ya que mientras a nosotros se nos prohibía la entrada, no ceso de entra gente, algunos por cierto con evidentes muestras de embriaguez, algunos disfrazados ya que estamos en carnaval, algunos con ropas deportivas. Se nos dió todo tipo de excusas para prohibirnos la entrada, incluso se nos pidió el pago de 60 euros para entrar, pero exclusivamente a nosotros, ya que el resto de la clientela entraba sin pedirles esa cantidad. Mi amiga tras intentar que nos dieran de una forma educada una explicación. Se puso en contacto con personal que trabajaba en ese local y la explicación que le dieron es que yo y mi compañero no les gustábamos. Y yo me pregunto, si no incumplíamos ninguna norma, por la que se nos pudiera prohibir la entrada, ¿Por qué ese trato?… Luego tristemente lo entendimos. Es que mi compañero y yo somos Gays, Maricones, Bujaras, Moñas… Y claro ese si es un motivo, para que no se nos deje entrar en ese local.
Yo pensaba que esto era una crítica cinematográfica, no una excusa para pedir la independencia del país vasco.
Parece ser que me equivocaba. ¡Qué le voy a hacer!
Al pobre Joxe Mari lo que le pasa es que no tiene fuerzas para abrir el bote de garbanzos y, además, sospecha que su esposa lo engaña. Creo que es normal que suelte la rabia por algún lado, además, intenta seguir con el trabajo de marquetería y no puede. Frustrado, rompe su maqueta. Hay alguna pequeña diferencia entre lo que hablan y los subtítulos, pero no está nada mal. Preciosa peli.