El candidato verde a la Presidencia de Finlandia, abiertamente gay, obtiene finalmente el 37’4% de los votos

El candidato verde Pekka Haavisto, abiertamente gay, no ha logrado alzarse con la victoria en las elecciones presidenciales de Finlandia, como por otra parte ya se esperaba. Haavisto ha conseguido, sin embargo, un nada desdeñable 37’4% de los votos frente al candidato conservador, Sauli Niinistö, que ha conseguido el 62’6%. Su candidatura marcará, sin duda, un antes y un después en la percepción social de la homosexualidad por parte de la sociedad finlandesa.

Pekka Haavisto, de 53 años, ha sido diputado, ministro de Medio Ambiente y diplomático, y no solo no oculta su homosexualidad sino que su pareja, el peluquero ecuatoriano Antonio Flores, de 33 años, al que está unido civilmente, ha participado de forma activa en su campaña. En la primera vuelta, celebrada hace dos semanas, Haavisto se alzó con el 18’8% de los votos, frente al 37% que obtuvo entonces Niinistö, candidato de la conservadora Coalición Nacional y próximo Presidente.

Se trata de la primera vez en 30 años que un candidato no socialdemócrata accede a la Presidencia del país. De hecho, el candidato socialdemócrata quedó relegado en la primera vuelta a la quinta posición, con un 6’7% de los votos, pese a que la Presidenta saliente, Tarja Halonen (una gran aliada de los derechos LGTB) goza de gran popularidad entre sus conciudadanos.

Cabe esperar al menos que el éxito de Haavisto al pasar a la segunda vuelta y sus más que respetables resultados supongan, dejando aparte otras consideraciones, un cierto espaldarazo al avance de los derechos LGTB en un país que lleva un par de años discutiendo la posibilidad de aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, en la estela de sus vecinos Suecia y Noruega. Es cierto que las expectativas quedaron enfriadas tras el importante ascenso de la extrema derecha en las elecciones legislativas de abril del año pasado (extrema derecha que hace dos semanas sufrió una importante pérdida de votos en la primera vuelta de las presidenciales, pero que aún así colocó a su candidato en cuarto lugar, con un 9’4% de los votos). La discusión, de todas formas, sigue sobre la mesa.

Sigue sin haber, por tanto, un jefe de estado abiertamente homosexual ((los primeros ministros de Islandia y Bélgica, Jóhanna Sigurðardóttir y Elio Di Rupo, son abiertamente homosexuales y jefes de Gobierno, pero no ostentan la máxima representación de sus respectivos estados). Hace pocos meses lo intentó en Irlanda el independiente David Norris, pero pese a sus buenas expectativas iniciales finalmente quedó en quinta posición con un 6’2% de los votos.