Los países europeos siguen poniendo trabas a las solicitudes de asilo de gays y lesbianas
Mientras en muchos países africanos se endurecen las leyes contra la homosexualidad, encontrar asilo en Europa sigue siendo una dura carrera de obstáculos para muchos gays y lesbianas que huyen del odio y las agresiones. Buen ejemplo de ello son dos noticias que hemos conocido esta semana; en uno de ellos la deportación se ha cancelado en el último momento, mientras que en el otro la suerte del joven sigue en el aire.
El primer caso del que nos hacemos eco es el de John Abraham, de 25 años, quien estaba a punto de regresar forzosamente a su país de origen después de que jueces y funcionarios del Reino Unido le negaran su petición de asilo por no encontrar sufientes pruebas de su homosexualidad. Abraham iba a ser deportado el pasado jueves, pero la difusión de su historia por la página Gay Star News ha llevado a las autoridades a reconsiderar su posición y permitirle por ahora permanecer en el país.
Según la activista nigeriana de la organización LGTB Kaleidoscope Bisi Alimi, el próximo objetivo es liberar a Abraham del centro de internamiento en el que se encuentra. Según Alimi, es muy difícil probar la propia homosexualidad ante las autoridades, a no ser que se tenga pareja o que se muestre externamente de forma evidente. Alimi también subrayó el peligro al que se enfrentaba Abraham en el caso de tener que volver a Nigeria, donde su entorno está al corriente de su orientación sexual. «Hay un odio muy fuerte y agresivo«, declaró. A su organización llegan frecuentemente testimonios de brutalidad policial y acoso social.
En el caso de Kalanzi Marvin Richard, sin embargo, la situación está todavía sin resolver. Este joven ugandés buscó hace un año refugio en Holanda, después de ser encarcelado, golpeado y torturado en su país por ser gay. Las autoridades de inmigración holandesas, aun reconociendo su homosexualidad y los riesgos de su deportación, se niegan por el momento a otorgarle asilo por las dudas sobre la forma en que entró al país. Richard, que desde junio se encuentra también en un centro de internamiento, podría ser expulsado a su país de origen en cualquier momento.
Recordamos que la escalada de homofobia de Estado y social en Uganda (como en otros países africanos) lo convierte en un país de alto riesgo para gays y lesbianas. Hace solo un mes que informábamos de la posible aprobación del proyecto de ley para endurecer las penas por homosexualidad, que no se terminó de tramitar durante el anterior periodo de sesiones. Si bien parece que se eliminará la pena de muerte como castigo para conseguir un mayor consenso, la legislación conllevaría penas de hasta siete años de prisión por mantener relaciones homosexuales y cadena perpetua por «reincidencia».