Organización de lesbianas consigue la retirada de crucifijos y símbolos religiosos de los tribunales en un estado de Brasil
La justicia del estado de Río Grande del Sur (Brasil) ha dado la razón a una organización de lesbianas de ese país y ha ordenado la retirada de crucifijos y demás símbolos religiosos de sus espacios públicos. La reacción de los sectores religiosos no se ha hecho esperar. El diputado federal y pastor evangélico Marco Feliciano ha calificado al movimiento LGTB de «fascista».
En febrero de este año, la organización Liga Brasileira de Lésbicas presentó un pedido de retiro de los símbolos religiosos en los edificios y espacios públicos de la administración de justicia del estado, al considerar que la presencia de un crucifijo liga a la justicia estatal a una religión particular, algo incompatible con la naturaleza de un estado laico y plural. El día 7 de marzo, el Consejo de la Magistratura del Tribunal de Justicia de Rio Grande del Sur daba la razón -por unanimidad- a la organización demandante y decidía la retirada de los crucifijos y demás símbolos religiosos.
Una decisión que ha molestado a católicos y evangélicos. Especialmente virulenta ha sido la reacción del diputado federal y pastor evangélico Marco Feliciano, miembro de la pujante bancada evangélica, que publicó en su blog una entrada titulada «Fascistas quieren expulsar a Dios de Brasil» en la que calificaba al movimiento LGTB de «una militancia que crece en nuestro país, a la que me refiero aquí sin miedo, la dictadura gay, que tiene sin lugar a dudas el apoyo de la izquierda del PT (Partido de los Trabajadores) que traduce sus pensamientos en acciones en la forma de una palabra que aman verbalizar, ‘progresista'».
Uno de los temores que expresa este político y pastor evangélico es que el matrimonio igualitario, ya reconocido en Brasil por varios tribunales, se extienda a nivel federal. Curiosamente, a pesar de negar derechos a las parejas del mismo sexo, Feliciano afirma que en Brasil no existe la homofobia. «La militancia gay en Brasil está siendo apoyado por fondos públicos. Mucho dinero se ha invertido en este tema, y todo en nombre de una homofobia colectiva nacional, que no existe», afirma. «¿Qué vendrá ahora? ¡Dios nos ayude! Y que nos ayude pronto, antes de que estos fascistas, echen a a Dios de la nación brasileña!», termina su mensaje.
Gran noticia para iniciar una posible separación entre Estado e Iglesia.
Y mientras en España, no solo se mantienen los crucifijos; sino que aquellos que no quieren jurar su cargo ante símbolos religiosos son abucheados.
Como le ocurrió a una concejala de IU de Almoradí en junio del año pasado:
http://www.youtube.com/watch?v=CTjPttft0tI&
(min 1:00)
Qué debil, que ridículo y que intrascendente es el diosecillo cristiano ese, si por retirar un simbolito suyo de un edificio público, y por tanto perteneciente a todos, consideran sus sectarios que se está «expulsando a la deidad del país».
¿Tan inseguros están los creyentes que necesitan ver sus simbolitos por todas partes.
Pues fijate, yo creo que en vez de pedir que retiren los símbolos católicos, habría que pedir que se pusieran todos los demás, la bandera gay, la luna, la estrella de david, etc. Sería una forma mejor de hacer que se dieran cuenta y lo quitaran.
Y todavía dice «fascistas». Como si él no lo fuera… hipócrita.
holas? a todos! yo soy de brasil,pero vivo en buenos aires!!! pero estamos pasando por uno problema terrible,con este pastor diputado de los derechos humanos en brasil! un nazista, homofobico y racista!!!!
estamos intentando hacer de todo! se la comunidad mundial pudiera aydarnos con sus criticas, estoy grato!!! contra este hombre de miente enferma!!! lastimosamente la iglesia con su hipocrisia,junto a la lavaje de diñero que estes pastores quitan de la gente con problemas psiquicos!!!
es uno problema muy en serio en brasil! luchamos para quitarlo!!!