Por una huelga transmaribibollera
“Al río que todo lo arranca, todos lo llaman violento, pero nadie llama violento el lecho que lo oprime”. Bertolt Brecht
Durante los años 2005-2007, el Parlamento español aprobó la Ley de reforma del Código Civil, que permite el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, y la mal llamada “ley de identidad de género”. Ambas iniciativas respondían a las demandas de colectivos LGTB, y no a una mera buena voluntad política. Apunta nuestra colega Gracia Trujillo, que está extendida la idea de que todavía queda mucho por hacer, pero no sé si podemos llegar a afirmar si sabemos que queda por hacer. Esta duda es producto de las alarmas respecto al retrógrado recurso impuesto por el Partido Popular ante el Tribunal Constitucional. Señales que parecen expresar que el paraíso se nos escapa si este recurso triunfa, esto es, si el odio de la extrema derecha de este país vuelve a salir vencedor. Dejando clara una estricta oposición hacia estas actuaciones acerca de lo que es nuestro, podríamos preguntarnos a dónde nos llevaría esta estricta y temblorosa “igualdad formal”. Es decir, si la posibilidad de llevar a cabo proyectos de vida que merezcan la pena ser vivida es una opción real o formal. Piénsese, pongamos por caso, en las maricas y bolleras que no pueden independizarse porque no encuentran un curro que les permita tener autonomía económica y realizar proyecto de vida estables y dignos, esto es, que no pueden acceder a las condiciones materiales que les permitirían ejercer ese derecho de una forma digna y estable, sin precariedades asociadas a ejes de subordinación, dominación y explotación. Entonces, ¿Y ahora, qué? debería contestarse en una intensa reflexión, que no puede permitirse esperar, sobre cuál es nuestra agenda en un momento donde su revolución va mucho más rápida que la nuestra. Esta carta dirigida a todas vosotras, algo densa porque la cuestión lo merece, intentará contribuir a ello a poco tiempo de nuestra Huelga General contra la reforma laboral.
Quizás convendría comenzar recordando los debates dados en el seno del feminismo en torno al sujeto colectivo. Como señala nuestra compañera Justa Montero, el feminismo ha tratado de responder a la pregunta que un día se formuló Simone de Beauvoir acerca de qué significa “ser mujer” con mucho debate y llegando a entender que un sujeto “mujer”, abstracto y generalizado, supone borrar las desigualdades que cruzan las vidas de las mujeres. Hablamos de las diferencias y de opresiones de clase, sexualidad, raza/etnia o edad, que constituyen las experiencias de las mujeres de forma diferente y que no se pueden escindir unas de otras, pareciendo que somos hoy “lesbianas” y mañana “precarias”. Lo paradójico es que, siendo movimientos con tanto en común con y tantas distancias a la vez que, parece que no tengamos claro que las personas meramente “LGTB” no existen. Que cuando una chica transexual se despierta por la mañana, su cotidianidad está cruzada por la precariedad laboral, las leyes transformistas y el machismo de los varones en el espacio público. Esta experiencia del feminismo supone una idea fuerza contra el simplismo de argumentos del tipo “nosotros no vamos a la huelga, porque somos un colectivo LGTB” que, además de una clara intención desmovilizadora, tienden a borrar la problemática de maricas, bolleras, bisexuales y personas trans e intersex en lo referente a su clase social, entre otras variables. Además, nos hace más fuertes en el sentido de que abre las puertas a todas aquellas personas que se quedaban excluidas de nuestro movimiento o de las reivindicaciones del mismo. Una marica a secas no la encontramos nunca, pero una marica obrera precaria y en paro, desgraciadamente, en todos los rincones. Ante esta situación, ¿y ahora qué?
En esta sociedad heteropatriarcal capitalista en la que vivimos, nos adoctrinan para que entendamos el curso de la historia de una forma “evolucionista”, esto es, nos hacen entender que “siempre vamos a ir a mejor” y que lo que tenemos aparece por sí solo. Así, no es de extrañar que activistas como el fallecido Paco Vidarte, hayan puesto tanto hincapié en “¡Que no nos han regalado nada, joder!” ante esa idea de que ZP nos regaló todo, lo cual resulta paradójico desde el punto de vista de cualquier activista, pues un movimiento social es aquel que actúa para la transformación social, no para recibir regalos de nadie. Esta amnesia generalizada junto a otras razones, provoca que muchas de nuestras/os compañeras/os olviden el papel de las huelgas generales en la consecución de nuestros derechos, y que, incluso, muchas se atrevan a decir que “una huelga no sirve para nada”. Una huelga es una agresión a un sistema intrínsecamente violento, una herramienta de actuación de las clases trabajadoras,y si no sirviese para nada, no existiría la campaña mediática enorme antisindical a través de comentaristas pagados a sueldo y estadísticas extraídas de supuestos expertos que a su vez se remiten a vete a saber a cuál fuente creando así un efecto de repetición eficaz para mostrar datos falsos de previsión, de asistencia a la huelga en este caso, como absolutamente verdaderos .A esto le sumamos, las amenazas de los empresarios ante el derecho a la huelga, que resulta una especie de terrorismo patronal que nunca aparece en las agenda de la clase política “dominante”. Rechazar su uso, implica, en palabras de Slavoj Zizek, que “ el hecho de no hacer nada no está vacío, tiene ya un significado: significa decir que “sí” a unas relaciones existentes de dominación” ¿De verdad queremos decir “sí” a colocarnos la cuerda al cuello con esta reforma laboral?
“Quieren acabar con todo” rezan los carteles de los sindicatos llamando a la Huelga General, fruto de una acumulación creciente de malestar así como por la reforma laboral, que ha sido la gota que ha colmado el vaso. Razones no les faltan. Hasta ahora, las negociaciones colectivas y los derechos laborales cumplían una función de protección frente a las arbitrariedades del empresariado que es el que decide, en última instancia, si una persona merece un sueldo para sobrevivir y poder ser explotada al día siguiente o no. De ahí nacen los derechos laborales. Es más, la negociación colectiva, siguiendo a los compañeros Luis Alegre y Carlos Fernández Liria, “exige el reconocimiento de la diferencia de principios entre ambas clases y de su autonomía colectiva (…) si se respetaba la voluntad individual de los contratantes, entonces se generaba de un modo inevitable unas condiciones sociales para la mayoría de la población sencillamente incompatibles con el ejercicio de ningún derecho civil o político”. ¿Qué quiere decir ésto? Pues que la reforma laboral contra la que está convocada la Huelga General de 29 de marzo nos deja desnudas frente al empresario, sin derechos colectivos frente a su poder e insta a la desorganización de las trabajadoras apostando por modelos individualistas donde tenemos todas las de perder. Hablando aún más claro, esta reforma cumple el sueño de cualquier empresario de la misma manera que el sueño de cualquier homófobo sería exterminar los colectivos de trasmaribibollerasqueer, porque ambos saben que unidas somos más.
Pregunta Paco Vidarte “¿Cuándo fue la última vez que no pensaste únicamente en el bienestar de tu coño, en la satisfacción privada de tu puto culo?». Tal vez muchas tendríamos dudas a la hora de contestar a esta pregunta, pero otras muchas evitamos exigir grados de “pureza”, porque nunca es tarde para salir a la calle y cabrearse porque vivimos en una sociedad donde se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas. Con este panorama, difícilmente se puede argumentar que está todo hecho, cuando las maricas, bolleras, bisexuales, trans y todas aquellas heterodisidentes tenemos una agenda repleta de agresiones que debemos contestar (¡ni una agresión sin respuesta!) en las universidades, centros de trabajo y calles, e incluso, en nuestras casas. Si el objetivo del matrimonio era conseguir la igualdad de las personas que no se acogen a la heteronorma, esto es, una vida que merezca la pena ser vivida para todas nosotras, aún no hemos llegado a ninguna meta. Ni somos iguales ni somos libres. No todas podemos escapar de la familia núclear radioactiva con nuestra novia porque nosotras sufrimos doblemente una precariedad laboral que no nos permite ni tener una vivienda digna ni un sueldo digno. En palabras de Judith Butler “cualquiera que sea la libertad por la que luchamos, debe ser una libertad basada en la igualdad. En efecto, no podemos encontrar la una sin la otra. La libertad es una condición que depende de la igualdad para realizarse”. Es decir, pueden existir derechos dirigidos a conseguir la igualdad y la libertad de todas las personas, pero en el marco de un sistema que imposibilita “su posibilidad material” para todas las personas, no es posible la libertad ni la igualdad. No es posible la libertad porque dependemos de otros para sobrevivir, esto es, de la CEOE mayoritariamente, ni mucho menos la igualdad, ya que ellos pueden vivir sin trabajar y nosotras no, sino que estamos obligadas a vender nuestro pellejo en el mercado laboral. Pues bien, estamos en un momento ideal para darnos cuenta de que ese sujeto consumidor liberal cuya vida se regía por los peldaños del metro de Chueca, sin preocupaciones y con una cartera llena, no existe, como tampoco las personas “meramente” LGTB. Y se sigue que, por tanto, es una necesidad, aquí y ahora, de organizarse, discutir, reflexionar y estallar para conseguir lo que realmente queremos y no lo que nos han dicho que debemos querer. Es el momento de crear alianzas políticas con el movimiento feminista, obrero, 15M.. de sumar, de defender lo poquito que teníamos, porque es nuestro, y exigir un cambio de modelo en que no nos tengamos que someter a los dictados de ninguna patronal heteropatriarcal. Porque nuestras vidas merecen la pena.
El 29 de marzo: Todas a la Huelga.
Josué González Pérez
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Vaya testamento.
La brevedad y la claridad suelen ser unos grandes valores.
Vaya artículo… Cosas que decir pero no sé por donde empezar. A ver…
No soy muy sociable que digamos pero he ido a la manifestación anterior. Quiero decir de muy sociable en el sentido de que no me veréis en fiestas de noches y eso pero no me desagrada estar con gente. Yo sido sí a la huelga general. ¿Qué les molesta la huelga general? Vamos a hacerlo, por algo será que no quieren esa huelga general. Es cierto que cada vez la gente está cada vez ya yendo por su lado en un «sálvense quien pueda». Error. te puedes salvar por esta vez pero más tarde serás pillado.
Vamos a recurrir a la naturaleza, porque somos parte de la naturaleza por más que mucha gente se de aires de superioridad. Somos animales sociales. Sí, animales y sociales y por lo tanto nos necesitamos mutuamente como humanos. Mirad los peces que se agrupan para burlar o evitar a los depredadores. Pues lo mismo se puede aplicar ahora, y anteriormente ya ha pasado con estas huelgas.
Seré más directo. Basta ya de pataletas y lloriqueos. Se acabó esas divisiones tipo «ambos somos verdes pero tú tienes la nariz larga». Se acabó. Es hora del bien común. Y ya tenemos algo en común: nuestra vida.
Personalmente no me da la gana tener un «empresario» que me despida porque le discuta una cosa o, simplemente, por ser gay. A mí ni a nadie.
Muchos temas a discutir.
Me quedo con dos frases:
¡Que no nos han regalado nada, joder!
Paco Vidarte
Es cierto que cada vez la gente está cada vez ya yendo por su lado en un “sálvense quien pueda”. Error. Te puedes salvar por esta vez pero más tarde serás pillado.
.teri
Esto me recuerda a Inglaterra en 1351, cuando los trabajadores sin tierras exigieron mejores salarios (escaseaban los trabajadores debido a la Peste Negra) y, sin embargo, el rey congeló los salarios con los niveles de 1346, una época de gran depresión económica debida a la Guerra de los Cien Años.
Los trabajadores con pequeñas tierras pensaron que no les afectaría; hasta que los grandes terratenientes les obligaron a ceder sus terrenos.
Añado una frase muy actual de John Ball, un sacerdote que jugó un papel importante en la revolución campesina de 1381.
How can they claim to prove that they be lords more than us, save by making us produce and grow the wealth that they do spend?
¿Cómo pueden probar que son más nobles que nosotros, cuando nosotros producimos y hacemos crecer la riqueza que gastan ellos?
feminismo…bla,bla…mujer…bla,bla…sociedad heteropatriarcal capitalista… bla,bla…hablo en femenino porque soy una feminazi…bla,bla…
¿Qué coño se ha fumado ésta? Vamos, me niego a pensar que josué es nombre de tío.
«trasmaribibollerasqueer, porque ambos saben que unidas somos más»
Con este discurso cada vez estamos menos unidos. Damos argumentos a los homófobos para que nos odien aún más. Y con un mensaje tan absurdo y churramerinista, conseguimos que los pocos heteros que nos apoyan se desvinculen de la verdadera lucha LGTB.
Mis dudas frente a la Huelga general se acaban de despejar gracias a esta marica/sarasa/invertida/bollera/camionera/o como le guste que le llamen.
heterodisidentes…familia núclear radioactiva…
Menudas perlas, yo me meo.
Cuando me bajaron a mi el 5 por ciento de mi misero suelo, nadie salió a la calle, no hubo huelga general. Debería yo ahora moverme en esta huelga?
¡Qué feo me suena eso de «transmaribollera»! y la exhortación todAs a la huelga, ¿quiénes? solo las lesbianas y las mujeres transexuales.
David, hubo movimientos de protesta desde el recorte salarial a funcionarios (las del 15M, las de la enseñanza…). ¿Las que no son huelgas generales no cuentan?
Aunque es cierto que hasta ahora los sindicatos han estado tremendamente inactivos, no podemos criticarles por no hacer nada y luego compartir su inactividad.
Quizás deberías dejar de pensar en el 5% que te quitaron y plantearte el siguiente recorte que probablemente le hagan a tu sueldo.
David, te contesto con otra pregunta: ¿Eres un trabajador? Si la respuesta es afirmativa, estás en el mismo barco. La reforma laboral ha sido para TODOS los trabajadores.
Soy demasiado mayor para que me sorprenda o me interpele lo del «transmaribollerismo».
Lo encuentro caduco, desfasado y con muy poco fondo.
Demasiado texto para los mismos tópicos de siempre que a estas alturas deberíamos tener más que superados por los miles de veces que se han repetido.
En ocasiones como esta no es necesario dar tanta vuelta:
«Gais, Lesbianas, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales (que también existen aunque ciertas teorías no les tengan en cuenta casi nunca…) estamos en el mismo barco y deberíamos seguir currando por nuestros derechos así como para que no nos arrebaten lo que ya hemos conseguido.
En ese contexto todos (sin ser en absoluto machista me niego a utilizar el femenino cuando tenemos un fabuloso genérico que funciona a la perfección para comunicarse sin equívocos*) a la Huelga del día 29. Nos jugamos nuestros derechos. También las personas GLTBI.
Información de porqué debemos ir a la Huelga nos sobra».
Mucho más claro.
Que si, que el «la sociedad heteropatriarcal», los escritos de Paco Vidarte, el coño y las teorías de Simone de Beauvoir y Michel Focault; todo eso está muy bien…las cien primeras veces…
Pero las cosas son mucho más sencillas.
Y lo bueno si breve…
*-Si me dices: «Todas a la huelga» no iré porque entiendo que es sólo una actividad para mujeres…
El genérico existe y sirve para que no se produzcan errores de ese tipo…
Me gustaría añadir unos pensamientos más a mi anterior post con ciertos errores de expresión y gramaticales 😀 Reflexionar y escribir con sueño por la noche es muy mala idea. Lo pondré a pesar de que este tema principal sea por la huelga general.
Es bastante importante votar y más en estos tiempos. No votar por pasotismo o como castigo aunque nadie se lo crea afecta mucho. La política siempre afecta a nuestras vidas. Si uno no vota por desilusión, castigo o lo que sea pienso que es un camino equivocado que al final nos va a afectar a todos.
Vamos a poner de ejemplo práctico el palo que se ha llevado el PSOE. ¿Por qué pasó? Obviamente no le voy a echar toda la culpa al PSOE-Zapatero por la crisis actual en España pero dos sucesos claves sucedieron para este palo:
-Negación de la crisis
-Adoptar medidas nada acordes con su programa electoral, todo en un intento de arreglar los problemas causados por negar la crisis.
El resultado tristemente ya se sabe…
Así que votar. No votar porque «todos los políticos son iguales» es una falacia. IU o el reciente EQUO jamás han estado en el poder, no tiene sentido decir «todos los políticos son iguales» porque no han tenido oportunidad de demostrar su valía. Buscad alternativas, leer su programa electoral y votar a lo que va más acorde a lo que pensáis. Obviamente dentro ese mismo partido político «que ha hecho las cosas mal» u os haya dado algún disgusto votad a los candidatos que sean de vuestra confianza.
Totalmente .teri.
El discurso falaz del «todos los políticos son iguales» es una de las mentiras rastreras que sólo benefician a la derecha.
Y ya sufrimos la prueba.
Es cierto que a nivel económico la política del PSOE era bastante carca y bastante de derechas. Pero ni siquiera por ellos: las directrices económica internacionales están por encima de gobiernos aunque no nos guste.
Pero a nivel social (que no todo es economía) no hay nada que ver entre políticos de derechas y de izquierdas. Y lo estamos sufriendo, repito.
No entiendo porqué ciertos grupos «alternativos» o de izquierda radical se empeñan en hacerle la cama a la derecha con algo que, por si alguien tenía la más mínima duda, se está demostrando día sí y día también que es mentira.
No, no todos los políticos son iguales. Afortunadamente. Y gracias a la mentira del «todos son iguales» nuestros derechos se están resintiendo.
Si teneís razón, soy un trabajador. Pero cuando me quitaron ese 5%, tuve que aguantar comentarios de lo justificados que estaban esos recortes en aquel entonces. Rebajarle el sueldo a los funcionarios, incluidos los que somos mil-euristas, es aplaudido por mucha gente, tambien trabajadores.
Pues claro que haré la huelga general, tengo familiares, amigos, etc con contratos en empresas privadas. Pero tambien es cierto que aquí la gente solo se mueve cuando se toca al trabajador en la privada, si son funcionarios no nos tiramos ni un pedo.
@David: Por citar un caso entre los funcionarios.
En Madrid nos hemos manifestado a favor de la Educación Pública (funcionarios o no) muchas veces desde septiembre; de hecho, si asistes a las manifestaciones del 29 M en Madrid, verás montones de personas de la ‘marea verde’.
¿Qué se ha conseguido? Entre otras cosas que haya sido apartada la nefasta consejera de Educación, Lucía Figar, manipulando y culpabilizando a los funcionarios de los recortes que había hecho el PP.
Recortar y privatizar parte de una ideología política. Es una opción.
Una opción que ni el PP, ni CiU explican antes de ganar las elecciones (y con la que el PSOE pierde unas elecciones). Evidentemente desmantelar la Educación, la Sanidad y las Pensiones públicas es altamente impopular.
También rastrero, además de los recortes, es culpabilizar a los funcionarios por vagos o ineficaces. Unos recortes, repito, a los que ‘obliga’ su ideología.
Sin embargo, el gobierno de Aguirre sigue empeñado en mentir sobre el trabajo de los funcionarios.
Para su ideología, los funcionarios son parásitos. (Casualmente Aguirre, lo primero que hizo en su vida fue aprobar una oposición y asegurarse un futuro. Tanto que lo critica, es una mujer que lleva viviendo del Estado toda su vida. Vergüenza ninguna, claro.)
Son políticos que han perdido el miedo al ridículo para los que mentir no tiene ninguna consecuencia.
Pues bien, ahí tenemos que aguantar Intereconomías, Razones, Mundos, LibertadesDigitales, ABCés, etc. etc. explicándonos lo privilegiados que son los funcionarios.
[¿Os acordáis cuando parecía que Intereconomía era un programa de humor hasta que descubres que van en serio y la gente se cree sus mentiras?]
La técnica, de nuevo, es dividir a la sociedad entre los que tienen trabajo y los que no. Algo especialmente rastrero.
‘Divide y vencerás’, que decían los antiguos.
Ya no. Como bien dice despotorramientoferoz:
¿Eres un trabajador? Si la respuesta es afirmativa, estás en el mismo barco. La reforma laboral ha sido para TODOS los trabajadores.
Son políticos, son medios de comunicación, que han perdido el miedo al ridículo para los que mentir no tiene ninguna consecuencia.
Veréis cómo tachan a todo manifestante de antiespañol, de perroflauta y violento contubernio judeomasónico. Sí, somos el enemigo.
Pero el enemigo no es la ciudadanía. El enemigo es la violencia, la usura, la esclavitud y la corrupción.
David: con ese discurso creo que indirectamente beneficias precisamente a quien te ataca con esos recortes. Yo soy autónoma y créeme: eso sí que es no saber lo que son los «derechos» laborales (y ojo, que no me quejo: es lo que he elegido, lo mismo que imagino que tú has elegido ser funcionario). Sin embargo, el 29 haré huelga, dentro de mis limitadas posibilidades (que no son muchas, porque mi actividad no afecta a casi nadie). Pero no iré a comprar, no usaré el transporte público… Aunque sólo sea por solidaridad con aquellos otros a quienes sí les afecta.
Por otro lado, hablar de «el empresario» en términos tan abstractos en un país donde más del 80% del tejido productivo es pequeña y mediana empresa… Lo que una empresa pequeña o mediana quiere y necesita es trabajar, no destruir empleo ni echar a la gente. Hablo de lo que conozco a mi alrededor: un «empresario» es Florentino Pérez y también también el pequeño autónomo que tiene a una persona contratada en su oficina.
Lo que una empresa pequeña o mediana quiere y necesita es trabajar, no destruir empleo ni echar a la gente.
Esa es una idea bonita. Ojalá se cumpliera.
Pregunta a todas las pequeñas y medianas empresas que aceptan colaboradores sin sueldo y aquellas que contratan a profesionales altamente cualificados con sueldos de becario.
¿Luego hay fuga de cerebros? Aquí ni siquiera te pagan el formol.
Y, por supuesto, hablo de mi caso particular.
Mi primer trabajo remunerado me lo ofreció una universidad americana.
Aplausos, aplausos, aplausos.
Pero antes de la huelga, los trabajadores y trabajadoras de Asturias y Andalucía y la gente decente «tenemos una cita en las urnas»:
NO VOTAR AL PP
Y quienes además pertenecemos al colectivo LGTBI por motivo doble.
Lo más importante que podemos hacer: no votar al PP, como dice el post anterior. Si paramos esta derecha reaccionaria y homófoba muchas cosas mejorarán, sobre todo nuestros derechos. Y el 29, yo sí paro, seguro.
Despues de leer los comentarios pense que estaba leyendo «publico» en lugar de DM