Texas: paralizan la expulsión de un ciudadano de Costa Rica por estar casado con un estadounidense de su mismo sexo
Un juez de inmigración de Houston (Texas) ha puesto punto final al proceso de expulsión de los Estados Unidos de David González, un ciudadano de Costa Rica, por estar casado con el estadounidense Mario Ramírez. Anque no se trata del primer caso en el que las autoridades de inmigración hacen caso omiso de la DOMA (Defense of Marriage Act), la ley que prohíbe reconocer a nivel federal los matrimonio entre personas del mismo sexo, sí se trata de la primera vez que sucede en Texas, estado en el que ahora reside la pareja y que no reconoce el matrimonio igualitario.
González y Ramírez, residentes ahora en Texas, forman parte de los aproximadamente 18.000 matrimonios entre personas del mismo sexo que tuvieron lugar en 2008 en California, durante los meses previos a la aprobación de la Proposición 8, la enmienda a la Constitución californiana que restituyó la prohibición del matrimonio igualitario (una enmienda declarada posteriormente inconstitucional).
Conviene recordar que en Estados Unidos sigue vigente la DOMA (Defense of Marriage Act), que impide a la administración federal reconocer a las parejas del mismo sexo (cada vez más contestada en los tribunales y sobre cuya derogación se inició hace varios meses un proceso que parece destinado al fracaso mientras los republicanos mantengan el control de la Cámara de Representantes). En virtud de la DOMA, el cónyuge no estadounidense de un ciudadano estadounidense puede ser expulsado del país una vez vence su correspondiente visado. Una situación inconcebible en el caso de matrimonios heterosexuales, pero en el caso de matrimonios homosexuales es la norma: a efectos de inmigración -competencia de la administración federal y no de los estados- las uniones civiles y los matrimonios entre personas del mismo sexo “no existen”, pese a haberse celebrado legalmente en Estados Unidos.
La administración Obama considera que la DOMA es inconstitucional, y de hecho hace más de un año decidió dejar de defenderla en los tribunales. Por lo que se refiere a sus efectos sobre la política de deportaciones, ya en junio de 2011 las autoridades de inmigración cancelaron de forma definitiva la deportación de Henry Velandia, venezolano casado en Connecticut con un estadounidense. Previamente había cancelado la deportación del irlandés Paul Wilson Dorman, unido civilmente a otro ciudadano estadounidense en Nueva Jersey. En noviembre pasado, sin embargo, la administración Obama aprobó sus nuevas directrices sobre deportaciones y estas continuaron sin mencionar de forma explícita a las parejas del mismo sexo, aunque sí establecen una serie de nuevas circunstancias que hacen que las deportaciones pasen a ser consideradas como de “prioridad baja”, entre las que se menciona el hecho de tener “un familiar inmediato” que sí es ciudadano estadounidense. Esta condición sería un eufemismo destinado a evitar la mención a las parejas del mismo sexo, pero los defensores de los derechos LGTB consideran que obliga a ”leer entre líneas”.
Sea como sea, la decisión del juez de inmigración de Houston supone un paso de gran importancia, especialmente si se tiene en cuenta que Texas es uno de los estados cuya Constitución prohíbe expresamente el matirmonio entre personas del mismo sexo y en el que las autoridades han maniobrado incluso para evitar que la justicia pudiera divorciar a parejas del mismo sexo casadas en otros estados para evitar que fuera interpretado como un reconocimiento «indirecto» del matrimonio igualitario.
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Flick
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