Todos mis sueños, tuyos

Nos llega un nuevo título de la Editorial Stonewall, prologado esta vez por el propio director de la editorial, Diego Manuel Béjar. Todos mis sueños, tuyos es una novela de la escritora y activista LGTB Sofía Olguín, conocida en Internet como Nimphie Knox, nacida en Buenos Aires en 1989. Después de licenciarse en Letras y Edición en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Sofía fundó Bajo el Arcoíris, la primera editorial de cuentos infantiles LGBTI de Latinoamérica, cuyos libros están disponibles gratuitamente. Es además autora de Menfis (Eldalie Publicaciones) y de numerosos relatos y novelas LGBT.

Todos mis sueños, tuyos cuenta la historia de Alexis, un chico argentino con una familia absolutamente desestructurada (y perfectamente heterosexual) Hijo de prostituta loca y padre borracho (la autora recuerda, muy convenientemente, que hay un mandamiento que dice “honrarás a tu padre y a tu madre”, pero nada dicen los mandamientos sobre el amor a los hijos), la novela empieza y acaba con la muerte del padre y se desarrolla en ese círculo, como lo hace a su vez la vida del muchacho, que se conoce a sí mismo, se acepta y se prepara para la vida adulta. Un Bildungsroman en toda regla. Alexis conocerá a dos hermanos, Martín y Franco y se enamorará de uno de ellos (un amante de la literatura medieval), pero éste parece mucho más preocupado por sus ligues de Internet, que cada vez son más escasos dada la tendencia a engordar del chico. Sin embargo, nuestro protagonista adora su barriga. Y todo lo demás.

Como el susodicho no le hace caso, conocerá a Daniel (con acento en la a), un norteamericano que es un sol de hombre, y el lector no puede hacer otra cosa que tomar partido por él, pese a que queda meridianamente claro cuales son las preferencias de Alexis.

Me quedo con un pasaje: el largo viaje en transporte público al domicilio familiar, cuando recibe una llamada de teléfono para que se ponga en contacto con sus padres, tan desesperanzador, tan deprimente, que parecería que no va a terminar nunca.

Es una delicia además que la novela no haya sido “españolizada” y se presente en crudo tal y como se concibió, lo cual no representa (casi) ningún problema de lectura: más bien al contrario, el lenguaje castellano se despliega esplendoroso en expresiones a veces gloriosas y a veces brutales. Y es que Sofía Holguín adora el lenguaje, y eso se nota. No solo por las continuas referencias a su estructura sino (y eso es muy destacable) sus citas a clásicos de la literatura castellana como el Cantar del Mio Cid o el Cantar de los Cantares en versión de Fray Luis de León. Dice Béjar en el prólogo: “La lengua es un personaje más de esta novela. Las palabras que sirven para expresar el amor, pero también las que sirven para el odio homófobo y las que sirven para etiquetar, ya sea con buenas o malas intenciones.”

Pero no hay solo eso: hay reivindicación, hay dudas, hay explicaciones, hay indagaciones, hay exploraciones, hay acusaciones… con algunas no estaremos de acuerdo (siempre hay que pensar que es el protagonista el que habla), pero, en general, casi todo es impecable. Las escenas de sexo están tan bien resueltas, que a uno le llegan a provocar cierta envidia. Un verdadero acierto de Stonewall que nos invita a leer mucho más de Sofía Holguín.
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Fuckbuddies en la 2

Hace poco os hablábamos del cine de Juanma Carrillo: pues bien, este próximo martes en la 2, en el programa Versión Española se emite Fuckbuddies: dos hombres quedan para follar en el medio del campo, pero todo se tuerce, o se endereza. Y una de esas frases que pasarán a la historia del cine (“¿Me comes un poco el culo, por favor?“). Premio del público en Zinegoak. ¿Os lo vais a perder?

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