El varapalo a Cameron en las municipales británicas da alas a los conservadores opuestos al matrimonio igualitario
El Partido Conservador británico ha sufrido una fuerte derrota en las elecciones municipales celebradas el pasado jueves. Aunque los analistas coinciden en relacionar el varapalo conservador con la dura política de recortes llevada a cabo por el Gobierno, no faltan los que han encontrado ya una cabeza de turco a la que culpar del fracaso: el anunciado proyecto de David Cameron de aprobar el matrimonio igualitario. Curiosamente la única alegría conservadora ha sido la reelección de Boris Johnson, primer político conservador de peso que dio su apoyo al matrimonio igualitario, al frente de la alcaldía de Londres.
La derrota conservadora en unas elecciones en las que se renovaba un tercio de los cargos municipales del Reino Unido, incluída la alcaldía de Londres, ha sido clara: los conservadores se han alzado con un 31% de los votos (cuatro puntos menos que en las anteriores elecciones en esos mismos municipios), frente al 38% de los laboristas (un punto más). En número de concejales, sin embargo, los laboristas consiguen una victoria aplastante. Los liberal-demócratas, que junto a los conservadores forman la coalición de Gobierno que sostiene al primer ministro Cameron, mantendrían un 16% de voto aunque perderían concejales. Los laboristas recuperan el control de Birmingham, Glasgow y Cardiff, además de otros municipios importantes como Southampton, Plymouth o Reading. Y han ganado además las primeras elecciones para elegir directamente al alcalde de Liverpool.
Sin embargo, y pese a lo ajustado del resultado, el siempre polémico Boris Johnson mantiene la preciada alcaldía de Londres en manos conservadoras. Considerando solo la primera preferencia de los votantes, Johnson consiguió el 44,01% de los votos, frente al 40,30% del candidato laborista, el exalcalde Ken Livingstone. La candidata verde, Jenny Jones, se alzó con el tercer puesto, con el 4,48% de los votos. El candidato liberal-demócrata, el abiertamente gay Brian Paddick, fue cuarto con el 4,16% de los votos. Al sumar los votos de la segunda preferencia de los votantes, la diferencia entre Johnson y Livingstone se estrechó, pero fue suficiente para mantener la alcaldía: 51,53% de votos para Johnson y 48,47% para Livingstone. Boris Johnson, al que algunos consideran ya un seguro candidato a disputar en el futuro el liderazgo conservador, fue curiosamente la primera personalidad relevante del Partido Conservador en mostrarse a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. Fue en 2010, durante el Orgullo LGTB de Londres.
Sin embargo, y pese a que todos los analistas consideran el descalabro conservador un castigo a la dura política de recortes propiciada por el Gobierno, el sector más tradicionalista de los conservadores no ha tardado en culpar a la propuesta de Cameron de aprobar el matrimonio igualitario de ser una de las culpables del pobre resultado electoral. Es el caso, por ejemplo, del diputado Gerald Howarth, uno de los secretarios de estado adscritos al Ministerio de Defensa británico, o de la diputada Nadine Dorries, que ha afirmado no haber conocido nunca a ninguna pareja gay que quiera realmente el matrimonio y ha acusado a la propuesta de ser «divisiva». Varios medios británicos anunciaban este domingo, de hecho, que Cameron estaba a punto de anunciar la congelación del proyecto a la espera de tiempos mejores a la vista de la revuelta que parece estar incubándose entre los diputados conservadores. Fuentes de la oficina del primer ministro, sin embargo, han desmentido a la web LGTB de noticias Pink News que dicho anuncio se vaya a producir.
Las mismas fuentes han transmitido que dichas «especulaciones» tienen su origen en el proceso de elaboración del discurso de la Reina, en el que la jefa de estado enunciará el miércoles las próximas propuestas legislativas del Gobierno. De hecho, según ha confirmado en su blog la secretaria de estado de Igualdad, la liberal-demócrata Lynne Featherstone, la propuesta de aprobar el matrimonio igualitario no formará parte del discurso. Featherstone ha precisado, de hecho, que la inclusión de este proyecto en el discurso de este año nunca había estado sobre la mesa, aunque ha insistido en que no hay vuelta atrás en las intenciones del Gobierno. La propuesta, recordemos, se encuentra en este momento en un estadio precoz, el proceso previo de consultas ante la ciudadanía, que no concluirá hasta junio.