La situación de la comunidad LGTB en Azerbaiyán
La reciente celebración del Festival de Eurovisión en Bakú, Azerbaiyán, ha desatado agrias polémicas. Muchos han criticado que un evento que ya forma parte de la cultura popular LGTB fuera organizado en un país que, como ha denunciado el Parlamento Europeo, no respeta los derechos humanos. Varios países han pedido incluso a la UER, organizadora del festival, que excluya o sancione a aquellos países, como Bielorrusia o el mismo Azerbaiyán, cuyos sistemas políticos no son democráticos. Sea como sea, la celebración del Eurofestival ha tenido el mérito de poner en el foco de los medios internacionales la difícil situación que vive la comunidad LGTB en este país.
Ya en 2009, también con motivo del Festival de Eurovisión, hicimos una presentación general de Azerbaiyán. En esta entrada nos centraremos en la situación de la comunidad LGTB en este país. La información es poco alentadora: las relaciones homosexuales fueron despenalizadas en el año 2000, siendo la edad de consentimiento la misma que la de las relaciones heterosexuales. Por lo demás no existe reconocimiento jurídico alguno de la realidad LGTB.
La situación legal de las minorías sexuales puede resumirse así:
- No existe reconocimiento alguno de las parejas y familias LGTB.
- Las parejas del mismo sexo no pueden adoptar.
- Las personas transexuales no pueden obtener la rectificación registral del sexo.
- No hay leyes contra la homofobia.
- No hay ninguna ley contra las discriminaciones.
- Nunca se han celebrado manifestaciones LGTB.
Vista esta situación no sorprende que Azerbaiyán ocupe uno de los últimos lugares en Europa en materia de derechos LGTB. En el último informe anual publicado recientemente por ILGA Europe, Azerbaiyán ha obtenido -4 puntos (junto a Armenia y Ucrania) en una escala que va desde los -4,5 puntos de Rusia y Moldavia hasta los +21 del Reino Unido.
Una realidad marcada por una fuerte homofobia social
Perosi algún elemento marca la realidad LGTB en este país es sin duda la existencia de una homofobia social muy fuerte. Pocas personas se declaran abiertamente homosexuales. Uno de los pocos que lo ha hecho, el artista abiertamente gay Babi Badalov (que contó en una reciente entrevista las amenazas de muerte recibidas por parte de su familia) ha tenido por ejemplo que abandonar el país y vive exiliado desde su salida del armario. Una homofobia social que confirma el activista por los derechos humanos Yadigyar Sadykov, que ha declarado que “si una familia decidiera matar a un pariente homosexual, la mayoría de la gente lo aprobaría (…) Nunca he encontrado una persona abiertamente homosexual aquí”. Hasta las contadas organizaciones que luchan por los derechos LGTB, como Gender and Development, prefieren no incluir referencias a la orientación sexual en sus siglas.
En 2009 la publicación de la novela Artush y Zaur, del escritor azerí Alekper Aliyeb, desató una enorme polémica. Ninguna editorial del país quiso editar la novela, que trata de la historia de amor entre dos chicos gays, uno armenio y otro azerí. Algunas dijeron que la historia era vergonzosa, otras afirmaron no hacerlo por miedo, según el autor. Al final una casa de Ulan Bator (Mongolia) accedió a publicarla. Aliyeb afirmó entonces que lo que le motivó a escribir la novela fue un deseo de “luchar contra los estereotipos petrificados” y que la difícil situación de los derechos LGTB en su país le animó aún más a hacerlo. “No hay dictadura política en Azerbaiyán, la sociedad misma es la dictadora”, afirmó. Algo que parece cierto por lo que a la realidad que vive la comunidad LGTB concierne.
En próximos días dedicaremos una tercera entrada a Armenia, con la cual concluiremos este breve repaso a la situación de los derechos LGTB en las repúblicas de Cáucaso meridional. Hace pocos días revisábamos la situación en la vecina Georgia.