Los ataques a los derechos LGTB unen a una Curia Romana salpicada por los escándalos
Los documentos hechos públicos gracias al llamado «Vatileaks» muestran la obsesión homófoba de la alta jerarquía católica. Una obsesión de la que dan fe también recientes actuaciones, como la censura a la teóloga Margaret A. Farley o el ataque lanzado contra la mayor organización de monjas y laicas católicas de Estados Unidos. Lejos de ser casos aislados, estos ataques parecen encuadrarse en toda una ofensiva de la curia contra los derechos LGTB y lo que queda del sector progresista de la iglesia católica, sobre la que intentaremos dar más información en esta entrada.
La Congregación para la Doctrina de la Fe ha reeditado recientemente su infame documento sobre la homosexualidad de 1986. Esta publicación ha sido interpretada por los vaticanistas como una evidencia de la firme voluntad de Joseph Ratzinger de combatir el avance en los derechos LGTB. No deja de extrañar a este respecto que una web vinculada al semanario italiano L’Espresso haya elogiado este documento en un artículo titulado Ese pecado de Sodoma que clama al cielo, en cuya versión italiana además se aconseja un libro del sacerdote católico francés y “curador” de homosexuales Tony Anatrella del cual el cardenal de Milán, Angelo Scola, ha firmado una entusiasta introducción. Algo que ha quedado claro también con ocasión de los recientes Congreso Internacional Teológico Pastoral y VII Encuentro Mundial de las Familias que han tenido lugar en Milán desde el miércoles 30 de mayo hasta el domingo 3 de junio. Durante este evento el Papa volvió a hacer un llamamiento en defensa de la “familia formada por un hombre y una mujer abiertos a la vida”.
Pero el Papa no ha sido el único en cargar contra los derechos LGTB durante este encuentro. Varios altos prelados católicos italianos, de hecho, han utilizado la ocasión para cargar duramente contra las familias y personas LGTB. Hemos recogido algunas de sus declaraciones.
Declaraciones del cardenal Antonelli
En una entrevista concedida a El Mundo días antes del inicio del VII Encuentro Mundial de las Familias, el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontifico para la Familia y organizador del evento, defendió el matrimonio heteronormativo y cargó contra la homosexualidad afirmando que “desde el punto de vista de la ética cristiana no debería ser necesario recordar que el comportamiento homosexual es contrario a la voluntad y al designio de Dios, como señala con claridad la palabra de Dios en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, especialmente en las cartas del apóstol Pablo”. Antonelli afirmó además que «las convivencias homosexuales deberían seguir siendo de carácter privado«, que «para formarse una personalidad equilibrada y humanamente rica, los hijos necesitan tener como referencia a la figura materna y paterna» y que “al Estado y a la sociedad les debería interesar no confundir y, mucho menos, equiparar a la familia basada en el matrimonio con otras formas de convivencia”.
Pocos días después el cardenal Antonelli volvía a cargar contra las familias homoparentales durante la conferencia de prensa inaugural del evento afirmando que “la familia ‘normal’ -compuesta por un hombre y una mujer unidos en matrimonio con dos o más hijos- es más feliz (…) Se evidenciará que este tipo de familia es más valiosa para la sociedad, porque, aunque sea en promedio más pobre, es más rica en cuanto a relaciones. Produce capital humano para el trabajo, crea y vive la fiesta y es en promedio más religiosa”. Antonelli también pidió que el estado apoye a la que define como familia “normal” con tutelas jurídicas adecuadas y ayudas fiscales.
Declaraciones del cardenal Ravasi
Durante la primera sesión del congreso, el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el mediático cardenal Gianfranco Ravasi, comparó las parejas homosexuales a la violencia en el ámbito familiar y las definió como “prácticas desconcertantes”. En un discurso confuso, el cardenal comparó la situación de la familia con una casa compuesta de varias habitaciones, la primera de las cuales es la “habitación del dolor”, es decir, de la laceración, de la incomprensión, de la violencia que, según él, corren el riesgo de minar los fundamentos de la institución familiar. “La lista de las antiguas laceraciones como los divorcios, las rebeliones, las infidelidades, el aborto hoy se extiende a nuevos fenómenos socio-culturales como (…) los sorprendentes y desconcertantes itinerarios bioéticos de la fecundación artificial, la clonación, la pareja homosexual y las adopciones por parte de parejas del mismo sexo, las teorías sobre el género, la monoparentalidad, la pornografia”, declaró el prelado.
Declaraciones del cardenal Scola
Por su parte el arzobispo de Milán, Angelo Scola, considerado uno de los principales candidatos a la sucesión de Ratzinger, dijo estar impresionado por la resonancia mediática del evento. «Es un signo del hecho de que la familia definida por los sociólogos como normal, es decir la que se basa en la relación fiel de un hombre y una mujer casados y abiertos a la vida, es el deseo de las mujeres y de los hombres de hoy”, declaró el prelado conservador.
En medio de la grave crisis provocada por el llamado Vatileaks, un escándalo que ha mostrado a todo el mundo las profundas divisiones que existen en el seno de la Curia Romana, los altos prelados católicos solo parecen recuperar su unidad gracias a su común execración de la laicidad y de los derechos LGTB.
No es difícil de entender. No paran. Es su objetivo: hacer daño a la comunidad homosexual. Es lo que hay. Son los mayores enemigos de las personas homosexuales: la jerarquía de la Iglesia Católica.
A veces es de agradecerse que la carcundia carcatólica hable, porque entre más habla más se les notan cuales son sus intenciones reales. Agradezco mucho al carcatólico Enio Antonelli por poner en la mesa la verdadera razón (una de tantas, pues) por la cual están obsesionados con la homosexualidad y empecinados en imponer el matrimonio hetero «para todos» con !!dos o más hijos!!:
«Se evidenciará que este tipo de familia es más valiosa para la sociedad, porque, aunque sea en promedio más pobre, es más rica en cuanto a relaciones. Produce capital humano para el trabajo, crea y vive la fiesta y es en promedio más religiosa”»
Eso, más negocio para las empresas que buscan mano de obra barata, pero sobre todo, entre más pobres, más religiosos y más dinero para las arcas carcatólicos. No son «designios de diosito», son más bien pasos bien planificados contra la humanidad misma por algunos cuantos vividores parasitistas.
La cúpula de la iglesia vaticana hace piña,
contra la inteligencia y la razón,contra los derechos humanos que no ha firmado,pero con su cinismo refinado ha celebrado,contra los que hemos nacido gays(por lo que dicen dios se ha equivocado y necesitamos que se nos cura) en su locura ni S. Pedro podría ser cura por estar casado y no está permitido….Eminencias, hagan piña contra la pederastia,los pobres, el hambre,el lujo,el poder…eminencias no se dan cuenta que ni los cristianos les hacemos caso?
bernardo yoel. Shalom