Malta refuerza su legislación contra la violencia homófoba y tránsfoba
Buena noticia la que nos llega desde Malta, cuyo Parlamento aprobó hace unos días incluir entre los crímenes de odio aquellos cometidos por razones de orientación sexual o identidad de género. En su momento adelantamos la iniciativa, que se adoptó como respuesta a dos agresiones homófobas ocurridas en el pequeño país.
Se trata de la primera de las alegrías que esperamos nos vayan llegando poco a poco desde Malta, cuyo ministro de Justicia anunció en abril la presentación de un proyecto de ley de uniones civiles entre personas del mismo sexo. Un proyecto para el cual el camino quedó allanado en noviembre, cuando el Partido Nacionalista de Malta, la principal fuerza política del país, se pronunció a favor. El Partido Laborista ya era favorable (ambos partidos reúnen más del 98% del voto).
Y a principios de este mismo mes se anunciaba también la presentación de una ley que facilitaría los trámites para proceder a la rectificación registral del sexo de las personas transexuales, que dejaría de requerir autorización judicial para convertirse en un trámite administrativo para el que ya no se exigiría ser una persona no casada. La ley también aseguraría los derechos parentales de las personas transexuales que modificaran su identidad registral después de ser padres o madres.
Decididos a progresar
Malta, un país en el que la iglesia católica sigue gozando de una gran influencia social (el estado es, de hecho, confesionalmente católico) está experimentando en los últimos tiempos un proceso de modernización social, que se hizo especialmente patente hace ahora un año, cuando los malteses aprobaron en referéndum por un 52% la legalización del divorcio pese a la agresiva campaña en contra de la iglesia católica.
Por lo que se refiere a los derechos LGTB, Malta -que junto a Italia y Letonia recibió 0 puntos en la valoración que ILGA Europe hizo hace algunos meses de la situación en los diferentes países de Europa- despenalizó las relaciones homosexuales en 1973. Miembro de la Unión Europea, además de firmar su Carta de Derechos Fundamentales el país se vió obligado a legislar contra la discriminación laboral de las personas homosexuales en el trabajo, pero hasta ahora no disponía de legislación específica contra los delitos homófobos ni tránsfobos y por el momento no reconoce a las parejas del mismo sexo. Las iniciativas anunciadas suponen, por tanto, un gran avance y un gran triunfo para el movilizado movimiento LGTB maltés.
Resulta interesante repasar, cuatro años después, el artículo que en 2008 dosmanzanas dedicó a la situación de las personas LGTB en Malta. Poco después entrevistamos al que fue primer candidato abiertamente gay a unas elecciones.