Miembros destacados del Partido Republicano de Maine constituyen una plataforma de apoyo al matrimonio igualitario
El próximo noviembre Estados Unidos no solo decide la continuidad de Barack Obama o la nueva composición de la Cámara de Representantes, por mencionar dos de las elecciones más importantes. Otras cuestiones están en juego, entre ellas la supervivencia de leyes de matrimonio igualitario ya aprobadas o la posibilidad de que Maine, cuatro años después de negar esa posibilidad en referéndum, permita ahora contraer matrimonio a las parejas del mismo sexo. Por lo pronto, ya se ha constituido una plataforma republicana de apoyo al matrimonio igualitario en este último estado.
Maine es una espina clavada en el corazón de los defensores de los derechos LGTB. En noviembre de 2009 los electores de ese estado decidían, por un 52’8% de los votos frente a un 47’2%, rechazar la ley que hubiera permitido celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo, y que había sido aprobada en mayo de ese mismo año por el legislativo y rubricada por el Gobernador. Los sectores conservadores lograron sin embargo llevarla a referéndum a través de un proceso de recogida de firmas, y finalmente consiguieron que no llegara a entrar en vigor. Cuatro años después el proceso se ha invertido, y en esta ocasión son los partidarios del matrimonio igualitario los que han conseguido reunir las firmas necesarias para someter de nuevo la cuestión a votación.
Mucho han cambiado las cosas en este tiempo, y ahora no son pocos los que apuestan por una victoria del matrimonio igualitario, lo que supondría un importante mazazo a los grupos homófobos que hace cuatro años hicieron de su victoria en Maine, un estado de Nueva Inglaterra de tradición liberal, todo un símbolo. Un hecho que refleja bien ese cambio es la constitución hace pocos días de Republicans United for Marriage, una plataforma formada por destacados miembros del Partido Republicano de Maine a favor del matrimonio igualitario, presentada en la Cámara de Representantes de Augusta, la capital de Maine. Un acto en el que tuvo un papel destacado Stacey Fitts, representante republicano que en 2009 votó en contra de la ley que hubiera permitido el matrimonio igualitario si el referéndum no la hubiera invalidado. “Voté en contra en 2009, pero he cambiado de opinión. Ahora conozco a varias personas homosexuales, he hablado con ellos y con mi familia sobre el tema, y he pensado mucho en ello. Como marido y como padre, he llegado a la conclusión de que dos personas que se quieren deben tener la libertad de contraer matrimonio», afirmó.
Las encuestas, de hecho, arrojan una clara mayoría social a favor del matrimonio igualitario en Maine, aunque no necesariamente una mayoría social reflejada en las encuestas se traduce en una mayoría de las personas que acuden a votar cuando de los derechos LGTB se trata. Otro dato interesante que muestra el apoyo al matrimonio igualitario en Maine es el hecho de que, a diferencia de lo sucedido en otros procesos similares, los partidarios de los derechos LGTB están encontrando una mayor facilidad para financiarse: hasta la fecha habrían conseguido reunir más de un millón de dólares, casi 25 veces más que sus oponentes. Entre los donantes a la causa del matrimonio igualitario se encontraría, curiosamente, el millonario Paul Singer, también uno de los principales donantes a la campaña del candidato presidencial republicano, Mitt Romney. Singer, que tiene un hijo gay, habría aportado 150.000 dólares a la organización Freedom to Marry.
En Washington, el fundador de Amazon dona 2,5 millones de dólares
Otro referéndum que tendrán lugar en noviembre será el de Washington, estado que aprobó en febrero una ley de matrimonio igualitario, cuya entrada en vigor está congelada hasta entonces. En este caso fueron los opositores a la igualdad los que consiguieron reunir las firmas necesarias. El historial de Washington permite albergar esperanzas. Ya en 2007 aprobó una primera ley que proporcionaba derechos limitados a las parejas del mismo sexo. En 2008 procedió a una primera ampliación de derechos, y a principios de 2009 aprobó una segunda ampliación que los equiparaba a los del matrimonio. Fue entonces cuando los grupos conservadores promovieron otro referéndum, en el que sufrieron una significativa derrota: el 53% de los votantes apoyó la ampliación. En el condado de King, que alberga a Seattle, la ciudad más importante del estado, el apoyo alcanzó el 68%.
Habrá que ver si en este caso se repite el resultado, en este caso a favor de la igualdad jurídica total. Por lo pronto, también en este estado las donaciones a favor del matrimonio igualitario están resultando muy significativas. Jeff Bezos, fundador y presidente de Amazon -la popular compañía de comercio electrónico- ha decidido aportar 2,5 millones de dólares. Amazon, con sede en Seattle, se une así a otras importantes compañías localizadas en el estado que ya con anterioridad se han posicionado a favor del matrimonio igualitario, como Microsoft o Starbucks.
La donación de Bezos, sin duda espectacular, sería el resultado de la acción de una empleada de Amazon, Jennifer Cast, lesbiana y madre de cuatro niños que además es la responsable de la recaudación de fondos de la campaña pro-matrimonio igualitario. Cast envió a su jefe un correo electrónico en el que le pedía ayuda para «tener el derecho de casarme con el amor de mi vida y permitir que mis hijos y nietos sepan que su familia es reconocida como una familia ‘verdadera'», escribió. Cual sería su sorpresa cuando recibió la respuesta en forma de donación récord.
Otros referéndums
Los de Maine y Washington no son los únicos referéndums que tendrán lugar sobre el tema en noviembre. También se celebrará un referéndum similar en Maryland, otro estado cuyas cámaras legislativas han aprobado ya el matrimonio igualitario pero en el que los contrarios han reunido firmas suficientes para congelar la aplicación de la ley y llevarla a votación.
El cuarto estado que se pronunciará sobre el matrimonio igualitario en noviembre será Minnesota. Se trata de un estado cuya ley ya prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero en el que los grupos homófobos quieren elevar dicha prohibición a rango constitucional.