Nuevos ataques homofóbicos estremecen Chile
La histórica «Ley Zamudio» contra la discriminación ya está vigente, pero los casos de agresión y discriminación homófobas siguen a la orden del día en Chile. Hoy presentamos varios casos de agresiones físicas de gran brutalidad, junto a dos desagradables episodios de discriminación en una clínica.
Dos agresiones a gays
Un joven gay de 24 años fue agredido el pasado 16 de julio en Punta Arenas, al sur de Chile. El joven fue pateado en la cabeza y perdió tres dientes tras ser interceptado por la espalda a la salida del comercio donde trabaja. Al parecer, el joven, cuya identidad ha preferido mantener en el anonimato, había sufrido con anterioridad insultos en razón de su orientación sexual, por lo que la motivación homofóbica aparece como muy probable. “Es lo que nosotros pensamos”, ha declarado su jefa, una de las primeras personas que acudió a auxiliarlo al recibir una llamada de móvil. “Lo que ocurrió es muy raro, porque si hubiesen querido asaltarlo le pegan y le roban, pero claramente no era ese el objetivo”, añadió.
El 22 de julio, en Rancagua, ciudad ubicada en la parte central de Chile, varios desconocidos atacaron de madrugada a otro hombre gay, de 34 años, cuando regresaba a su casa después de haber estado en una discoteca con un amigo. El joven, identificado como C.A.R.S., sufrió fracturas en la mandíbula y en las costillas y lesiones en un ojo. “Según lo que me ha dicho, un amigo lo pasó a dejar a la casa cerca de las 4. Antes de ingresar a la casa, dos sujetos le pidieron un cigarro, lo prendió, sintió un golpe, y de ahí no se acuerda nada”, ha declarado su madre. Según afirma la víctima, despertó a las 08:30 horas del domingo a más de 10 cuadras del lugar donde fue abordado. Malherido y con sus pertenencias intactas -no hubo robo, por tanto- el sujeto se trasladó por sus propios medios hasta su casa, lugar donde lo esperaba su madre. “Pienso que está amenazado, porque no dice nada. Creo que sabe quién le pegó”, ha declarado esta.
Agresión a adolescente lesbiana
Por lo que se refiere a la joven Valeska Salazar, de 16 años, fue agredida por varias personas, familiares de otra chica con la que mantenía una relación hasta hace unas semanas, el pasado 17 de julio, primero en su domicilio y después en el hospital de Santa Juana -región del Biobío, al sur del país- donde había acudido para recibir asistencia médica. «Me pegaron entre nueve. Me pegaron dos puñaladas en la espalda, me rajaron aquí en la cabeza, y me pegaron con unas mochilas con piedras en la cara, patadas, con palos», relató la joven a televisión, con un ojo hinchado y amoratado. «Ese grupo hace ingreso a mi casa, sacan a mi hija Valeska para fuera, a combos (puñetazos) y patadas, a la polola (novia) también, y la tiran y la arrastran hasta la calle», contó su madre.
Por estos hechos han sido detenidos cinco hombres, de 19, 21 , 30, 31 y 56 años. Cuatro de ellos son familiares de la chica con la que Valeska había mantenido una relación, que al parecer estos no aceptaron, y otro un amigo de la familia. Con el respaldo y asistencia del MOVILH (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual), las autoridades han presentado dos querellas, una interpuesta por el gobernador de Concepción, Luis Santibáñez, y la otra por representantes del Ministerio de Justicia. Dos querellas que «buscan hacer justicia, así como dar una potente señal del Estado contra la discriminación, en el sentido de que no se tolerarán las agresiones contra ninguna persona en razón de su orientación sexual».
Agresión y maltrato policial a pareja de lesbianas
Una pareja de lesbianas (Nataly Meza, de 26 años, y Emperatriz Silva, de 35) fue agredida el pasado 11 de julio en un pub de San Bernardo, localidad del cinturón metropolitano de Santiago, por bailar y darse un beso. Según ha informado el MOVILH, fueron tratadas de “mariconas” por los trabajadores del local, que les dijeron que debían irse, tras lo cual empezaron los golpes. La agresión más grave la padeció Nataly, que recibió dos heridas punzantes en cabeza y pie.
Carabineros de la comisaría de San Bernardo se presentaron en el lugar y detuvieron a la pareja, permitiendo solo una hora y media más tarde que una de ellas, Emperatriz, recibiera asistencia. Uno de los funcionarios policiales la amenazó con contar a su esposo que era lesbiana tras conocer que estaba casada (aunque separada). Minutos después, siempre según el MOVILH, fueron lanzadas esposadas a una celda, y cuando Emperatriz pidió ayuda para su pareja, un funcionario policial le pegó una patada en el trasero y azotó su cabeza contra la pared. Solo entonces la pareja fue informada de que estaba detenida por un supuesto intento de homicidio frustrado contra un hombre que había recibido un corte en el cuello. Una de las mujeres, Nataly, fue además revisada por un funcionario policial de sexo masculino, cuando dicho procedimiento debe ser realizado por mujeres policías.
Tras la comisaría, la pareja pasó al Juzgado de Garantía de San Bernardo, siendo finalmente trasladada durante días a un correccional de mujeres. «Fue horrible, nos sentimos muy mal. Vivimos un infierno. Confiamos en que se demostrará que nada tenemos que ver con el ataque del que por error e injustamente nos acusan, pero ¿quién repara el daño causado? ¿Quién será sancionado porque nos golpean, insultan y hasta detienen solo por ser lesbianas?”, han declarado las jóvenes, que evaluan junto al MOVILH las posibles acciones a seguir.
Homofobia en una clínica
El MOVILH también ha denunciado dos casos de discriminación homófoba ocurridos recientemente en la Clínica Santa María, en Santiago de Chile. Uno de ellos afectó a un paciente que acudió por una hemorragia y perdió el conocimiento a los pocos minutos de llegar. Al despertar. el médico de urgencia preguntó a él y a su madre si era gay. Al recibir una respuesta afirmativa, asumió automáticamente que podía estar infectado por el VIH, haciendo constar además su orientación sexual en la historia clínica.
El segundo caso, no muy diferente, ocurrió cuando un paciente acudió a consulta de Dermatología para consultar unos cambios que había observado en una mancha de la piel. «Me revisó y me preguntó si era casado. Le dije que no y que era gay. Me miró las dos manchas y me dijo ‘esto es VIH'», cuenta el propio el afectado sobre como se comportó la dermatóloga. El paciente le explicó que la mancha era de nacimiento y que su último examen de VIH, hecho en noviembre, fue negativo. La dermatóloga insistió, argumentando que los gays eran un grupo de alto riesgo, quedando también registrada su condición de homosexual en la historia clínica.
“Resulta del todo discriminatorio y homofóbico que una persona sea consultada sobre su orientación sexual y que al señalar que es gay, se diga que pertenece a un grupo de riesgo y que, por lo mismo, tiene altas posibilidades de vivir con el virus VIH/sida. La situación es más grave cuando se constata la orientación sexual del paciente en la ficha clínica. Estos procedimientos violentan derechos humanos básicos, violentan la dignidad de las personas”, ha manifestado el MOVILH, que ha exigido a la clínica que rectifique su comportamiento.