Polémica en los Orgullos de Hamburgo y Múnich por la participación de partidos contrarios a la igualdad LGTB
Dos de los Orgullos más importantes de Alemania, los de Hamburgo y Múnich, se han visto este año envueltos en la controversia por la decisión de grupos afines a la CDU y el FDP (partidos que integran la coalición de centro-derecha que gobierna el país) de participar en las marchas organizadas en estas dos ciudades.
Hamburgo, la segunda ciudad más grande de Alemania, celebrará este año el 4 de agosto su manifestación con motivo del Christopher Street Day (CSD; denominación que recibe el Orgullo LGTB en este país, en recuerdo de la calle donde se sitúa el Stonewall Inn, origen del movimiento LGTB actual tras los disturbios de 1969). Después de que LSU (Lesbianas y Gays en la Unión), grupo LGTB afín a la Unión Democristiana de Angela Merkel, y los liberales del FDP anunciaran su participación, se desató un movimiento que pedía a los organizadores del Orgullo que vetaran la presencia de ambos, aduciendo su reciente oposición a la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo en el Parlamento alemán.
En una carta abierta, los resposables del CSD rechazaron prohibir a ninguna organización democrática su participación en los actos, pero recomendaron a los representantes de ambos partidos que «reflexionaran» sobre su decisión. Tanto LSU como el FDP han anunciado que mantienen su intención de estar presentes en la marcha. «Ahora más que nunca«, han afirmado los primeros, quienes han argumentado que «en primer lugar, LSU no es la Unión. Y en segundo lugar, la CDU de Hamburgo no es el grupo parlamentario de CDU/CSU en el Bundestag«, recordando además que ya han expresado su «decepción» por el reciente voto negativo de estos a la igualdad LGTB. Los liberales también han reafirmado su decisión, expresando su «sorpresa» por la reacción contraria que se había generado.
La controversia se ha repetido en el Orgullo de Múnich, tercera ciudad alemana por número de habitantes. En este caso, los focos del conflicto son la lectura de un discurso por parte del candidato de la Unión Socialcristiana (CSU, partido hermano de la CDU en Baviera) a las próximas elecciones municipales en la ciudad, por una parte, y la participación en la marcha de una carroza del FDP, por otra. De manera similar a Hamburgo, los responsables del CSD, que se celebró el sábado 14 de julio, han querido distanciarse de ambos partidos sin vetar su presencia.
Una portavoz de la organización recordó las «malas experiencias a lo largo de décadas» que han tenido los activistas LGTB con la CSU, partido del que opinó que tiene una «motivación electoralista» para participar en el Orgullo. La caravana del FDP, por su parte, estuvo precedida en la marcha por manifestantes que protestaron contra ellos, portando pancartas con los nombres de los diputados que impidieron con su voto la aprobación del matrimonio igualitario en Alemania el pasado junio. A su paso se escucharon también abucheos por parte de los testigos de la manifestación.
Si estos grupos están luchando contra la homofobia de sus respectivos partidos, su participación en el Orgullo podría ser un altavoz que amplificara sus demandas. Pero por lo que se ve lo que quieren es hacerse pasar por gayfriendlys en una sociedad en el que el rechazo a la homofobia se ha extendido socialmente.
Mas o menos lo que pasa aqui en Catalunya con CiU. Mientras Convergencia se quiere hacer el gracioso con sus convergais, Unio se alia con el PP y la Iglesia Catolica, cada vez que Duran i Lleida habla sobre la homosexualidad.
Pero de que estamos estrañados, si hasta el PP dice que el recurso en el TC es para garantizar nuestros derechos.
Que ambos partidos (o más bién sus areas de trabajo de temática LGTB) participen en el orgullo no es nada nuevo y lo vienen haciendo desde hace muchos anyos (no tengo enye en este teclado). La novedad es que una semana después del orgullo de Berlín ambos partidos votaron en contra del matrimanio igualitario y como consucuencia los organizadores de los ogullos de Munich y Hamburgo les pidieron replantearse su participación dada la hipocresía del FDP (llegó al poder gracias al político abiertamente gay Guido Westerwelle) y de la clara homofobía en el discurso del CDU (especialmente de los católicos del CSU). Así, mientras la mayoría de las sociedad está a favor de la igualdad de derechos, la iglesia protestante celebra bendiciones a parejas gays (no existen las bodas como tal en el protestantismo) y el constitucional alemán dio hace diez anyos su visto bueno a una posible apertura, los democristianos siguen bloqueando cualquier tipo de avance en los derechos LGTB.