Un asteroide llevará el nombre de Frank Kameny, astrónomo expulsado del Ejército de Estados Unidos por homosexual y activista gay
Un asteroide llevará el nombre de Frank Kameny, histórico activista LGTB que nos dejaba el pasado octubre, a los 86 años de edad. En 1957 -faltaban aún doce años para las revueltas de Stonewall- Kameny, doctor en Astronomía por la Universidad de Harvard, fue expulsado del servicio cartográfico del Ejército de Estados Unidos por ser homosexual. Ahí empezó su lucha. Su recuerdo está ahora en los cielos.
Fue el astrónomo Gary Billings el que, al conocer la historia de Kameny, lanzó la iniciativa. Varios astrónomos se sumaron a la petición, y finalmente los organismos internacionales encargados de la nomenclatura de los objetos estelares han dado el nombre de Frankkameny al asteroide 40463, descubierto en 1999, cuya órbita está situada entre la de los planetas Marte y Júpiter.
El nombre de Frank Kameny estará siempre ligado al activismo LGTB. Tras su expulsión del Ejército, Kameny proclamó orgulloso su derecho a ser gay y ciudadano con plenos derechos civiles y llevó su caso hasta el Tribunal Supremo, solicitando que se le compensara por “graves daños a la dignidad humana“. La petición le fue denegada, pero la idea de que los derechos LGTB debían exigirse como antes se había hecho con las mujeres o los afroamericanos, dentro del marco de las libertades civiles, estaba sembrada.
Kameny fue también confundador de la histórica Sociedad Mattachine y creador del histórico lema “Gay is good“, presente en muchas de las movilizaciones a favor de los derechos de gays y lesbianas a partir de los años sesenta. Otra de las grandes luchas de Kameny fue que la Asociación Americana de Psiquiatría dejara de definir la homosexualidad como un trastorno mental, algo que se consiguió finalmente en 1973. Kameny llegó a irrumpir en una de las conferencias de la asociación, hacerse con el micrófono y gritar “nosotros no somos el problema. El problema sois vosotros“. La siguiente lucha fue revocar la ley que prohibía la sodomía en Washington D.C. También lo logró, en 1995. Luego llegarían más batallas. Algunas de ellas conseguidas poco antes de su muerte, como la derogación de la política de “Don’t ask, don’t tell”, a cuya firma por el Presidente Barack Obama asistió personalmente. En 2009, John Berry, director de la oficina de personal del Gobierno, le envió una carta en la que, en nombre del Gobierno de Estados Unidos, se le pedía perdón por el trato recibido en 1957. Se da la curiosa circunstancia de que Berry es uno de los más importantes altos cargos abiertamente gays de la administración Obama.
Su archivo personal, con más de 70.000 cartas, documentos y objetos, forma parte desde 2006 de la Biblioteca del Congreso, integrando la que quizá es la colección más completa del movimiento por los derechos LGTB en Estados Unidos, según la National Gay and Lesbian Task Force, otra de las organizaciones que contribuyó a fundar.
Noticias Relacionadas
- El Orgullo lésbico, gay, transexual y bisexual llega por séptimo año a la prisión de Picassent
- En el inicio de un nuevo curso escolar, la FELGTB presenta varias iniciativas contra el acoso por LGTBfobia
- Un 15% de españoles piensa todavía que la homosexualidad es una enfermedad
- Una pareja gay de Córdoba denuncia que les niegan una adopción por su tendencia a «dar naturalidad» a su situación
- La cantante sueca Loreen, ganadora de Eurovisión, sale públicamente del armario como bisexual
Acerca del Author
Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
Produce una gran satisfacción que se vea que los gay no solo somos como los gritones de Tele 5
Gran noticia.
Siempre le estaremos agradecidos Sr. Kameny. Su vida y coraje es fuente de inspiración. Gracias.
Preciosa noticia. No conocía a este científico, como reconozco que tampoco conocía a Turing, y me alegra que se les reconozca su valía intelectual, mancillada por ser gays.
Les tengo una insana envidia, he de admitir, jaja. Me encantaría estar en el CERN haciendo historia, o estar a la altura de gente como Hubble, como Turing, como el mismo Kameny. Pero me tendré que conformar con la «aurea mediocritas». ¡Qué le vamos a hacer!!