Nueva agresión homófoba en Bélgica
Nueva agresión de carácter homófobo en Bélgica, un país que a lo largo de las últimas semanas parece experimentar un recrudecimiento de los ataques violentos por razón de orientación sexual. En esta ocasión ha sido en Anderlecht, una de las 19 comunas que forman la región de Bruselas.
Ocurrió el lunes por la noche. Una de las víctimas paseaba su perro cuando tres individuos le lanzaron insultos homófobos. Desgraciadamente no se conformaron con la agresión verbal, siguieron a la víctima hasta su casa y le empujaron, haciéndole caer al suelo. En ese momento su pareja salió de la vivienda y se enfrentó a los agresores, que se cebaron con él: le dieron un puñetazo en un ojo y diversas patadas, hasta el punto de hacerle perder el conocimiento. Afortunadamente uno de los agresores pudo ser detenido, mientras que los otros dos se dieron a la fuga.
La agresión de Bruselas se produce a los pocos días del asesinato de Jacques Konik, un sin techo homosexual de 61 años, que fallecía en un parque de Lieja tras ser golpeado con un martillo en la cabeza por Raphaël Wargnies, de 35 años, que tras ser detenido admitió el carácter homófobo de la agresión. También en Lieja, en abril, Ihsane Jarfi, un joven gay musulmán de 32 años, fallecía tras recibir una brutal paliza por parte de cuatro hombres que lo abandonaron en un bosque, donde no fue encontrado hasta varios días después. Semanas después dos chicas lesbianas acompañadas de un amigo sufrían otra agresión homófoba cuando caminaban en actitud cariñosa en compañía de un amigo.
La muerte de Ihsane Jarfi, de hecho, produjo tal conmoción que el Gobierno belga anunció la puesta en marcha de un plan contra la homofobia y ya ha aprobado un proyecto de ley cuya finalidad es endurecer el trato penal a la violencia de carácter homófobo, del cual informábamos hace un par de semanas. Un proyecto que la casualidad quiso que se presentara apenas dos días después de que en Aalst, otra ciudad belga (flamenca, en este caso) dos hombres gays fueran víctimas de otra grave agresión homófoba.
¿Incremento de la homofobia, o mejor reconocimiento de la misma?
La acumulación de sucesos a lo largo de las últimas semanas ha reavivado el debate sobre si Bélgica, uno de los países más avanzados del mundo por lo que al reconocimiento jurídico y social de las personas LGTB se refiere, asiste a un recrudecimiento de la homofobia o más bien se trata de que ahora existe una mayor sensibilidad ante el problema. Es lo que piensa por ejemplo el activista de Arc-en-Ciel Wallonie Thibaut Delsemme. «Simplemente ahora nos atrevemos a poner la etiqueta de homófobos a fenómenos que ya existían antes», explica. Delsemme pone el ejemplo del último asesinato de Lieja, que hace unos años habría sido tratado como la muerte de un sin techo sin alusión alguna a su orientación sexual.
Edouard Delruelle, del Centro para la Igualdad de Oportunidades, cree por su parte que las agresiones homófobas que se conocen públicamente son solo la punta del iceberg, y que la mayor sensibilidad ante la violencia homófoba hace aflorar un poco más la parte visible del mismo. De ahí que a primera vista las modernas legislaciones antidiscriminatorias parezcan no tener efecto. Tanto Delruelle como Delsemme insisten en la necesidad, precisamente, de que las agresiones se denuncien para que la auténtica realidad salga a la luz. Ambos insisten además en la necesidad de conocer mejor y abordar las persistencia de bolsas importantes de homofobia en determinados grupos socio-culturales.
De ahí la importancia de que se desarrollen de forma efectiva los planes recientemente anunciados por el Gobierno belga, tanto en el ámbito preventivo como en el punitivo. Un Gobierno, recordemos, presidido por Elio Di Rupo, abiertamente gay (el único jefe de Gobierno del mundo, junto a la islandesa Jóhanna Sigurðardóttir, abiertamente homosexual).
Estoy de acuerdo con Delsemme. Ahora se denuncia más y aparece como tal. Antes se obviaba toda alusión a la homofobia. Aquí por desgracia sigue obviándose muchísimo aún.
Y yo creyendo que era más civilizado. Pero veo que no, que otra cosa es prósperar económicamente y otra cosa son los derechos humanos