El viceprimer ministro de Irlanda reitera su apoyo al matrimonio igualitario y recuerda que la discusión está sobre la mesa
Tras posicionarse a favor el pasado julio, el viceprimer ministro de Irlanda, el laborista Eamon Gilmore, ha vuelto a defender el matrimonio entre personas del mismo sexo. Lo ha hecho en un discurso ante la conferencia anual de ILGA Europe, organización que agrupa a numerosos colectivos LGTB del continente, que ha tenido lugar este fin de semana en Dublín. Gilmore ha recordado que la cuestión será examinada durante el proceso de reforma de la actual Constitución.
«Hay una generación de jóvenes irlandeses para los cuales la Irlanda de hace 20 o 30 años es casi irreconocible. Miles de jóvenes LGTB, que en el pasado hubieran sentido la necesidad de vivir en otro lugar, ahora optan por quedarse en Irlanda. Enriquecen así a nuestro país y lo convierten en un lugar más tolerante. Muchos de ellos han emergido públicamente como modelos para los jóvenes LGTB, y en los últimos años las ceremonias de unión civil nos han dado momentos de gran celebración en todo el país», declaraba Gilmore. Recordamos en este punto que el laborista Dominic Hannigan se convirtió en febrero de 2011 en el primer diputado abiertamente gay de la historia de Irlanda, y uno de los candidatos a las elecciones presidenciales del año pasado fue el senador independiente David Norris, también abiertamente gay.
«Pero el viaje está todavía incompleto», añadía Gilmore. «Como ya he señalado en otros lugares, el derecho al matrimonio entre las parejas del mismo sexo no es una cuestión de derechos gays, es una cuestión de derechos civiles, y yo la apoyo. La cuestión del matrimonio entre personas del mismo sexo será considerada en nuestra futura convención constitucional», remataba. Gilmore hacía referencia al hecho de que el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo será uno de los puntos sobre los que la convención encargada de proponer una futura reforma constitucional deberá pronunciarse. En caso de que finalmente se proponga su inclusión (que goza, de hecho, de un importante respaldo en las encuestas) esta debería ser aprobada en referéndum. Gilmore, por último, expresó la intención del actual gobierno de coalición de promover una ley de identidad de género, si bien no quiso comprometerse y dar fechas.
Lo cierto es que con el paso del tiempo crece en Irlanda la corriente a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, una cuestión que hasta hace no demasiados años era tabú en un país en el que históricamente la iglesia católica ha gozado de gran influencia, y que ya dispone de una ley de uniones civiles que entró en vigor en 2011. El principal partido de la oposición, Fianna Fáil (que ha estado en el Gobierno durante 61 de los últimos 79 años) aprobó el pasado mes de marzo una moción de apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo, que podría llegar tanto por la vía legislativa como por la judicial, después de que hace unos meses una pareja de lesbianas anunciara su intención de llevar a los tribunales la legislación actual que lo impide. Y hace poco más de un mes la corporación municipal de Dublín, la capital, aprobaba una resolución de apoyo por una abrumadora mayoría de 38 votos a favor frente a solo cuatro en contra (provenientes de las filas del conservador Fine Gael, al que pertenece el primer ministro de Irlanda). También la expresidenta Mary McAleese, figura muy respetada en el país, se pronunciaba hace pocos días a favor.
Próxima conferencial anual de ILGA Europe, en Letonia
Por lo que se refiere a la 16ª conferencia anual de ILGA Europe, 235 participantes de 42 países han discutido durante el fin de semana la influencia que la actual crisis económica tiene en la lucha a favor de los derechos LGTB y han explorado los diversos caminos para sortearla.
La conferencia, que ha renovado a parte del comité ejecutivo de ILGA Europe, ha decidido además que Riga, la capital de Letonia, sea la sede de la próxima conferencia anual de la organización. Todo un espaldarazo al colectivo LGTB letón, que no disfruta de un contexto precisamente una situación fácil, y que en junio de este año celebró con éxito el Orgullo Báltico pese a las dificultades.