Se intensifica el debate social en torno a la adopción homoparental en Italia
En las últimas semanas el debate sobre el reconocimiento jurídico de las parejas del mismo sexo en Italia se ha centrado en la adopción homoparental. A pesar de que las encuestas de opinión muestran todavía un rechazo mayoritario, destacadas personalidades y varios políticos han expresado su apoyo al matrimonio igualitario con adopción incluida. Destaca entre ellos el alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, cuyas declaraciones han desatado numerosas reacciones.
Un reciente sondeo realizado en Twitter confirma los resultados de un informe del que nos hicimos eco en junio: el 80% de los italianos se declara en contra de las adopciones por parejas del mismo sexo. A pesar de ello, varias personalidades y políticos italianos han expresado en las últimas semanas su apoyo no solo al matrimonio igualitario, sino también a la adopción homoparental. Entre ellos, periodistas como Gad Lerner y actores como Leonardo Pieraccioni y Francesca Neri. Entre los políticos, destacan los posicionamientos del líder de Italia de Los Valores (IdV) Antonio Di Pietro, la candidata en las primarias del Partido Demócratico (PD) Laura Puppato, el alcalde de Nápoles Luigi De Magistris, el presidente de la región de Apulia Nichi Vendola o el exalcalde de Roma Francesco Rutelli.
Las declaraciones que han tenido sin embargo un mayor eco mediático han sido las del alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, quien ha argumentado que “mejor tener dos padres, aunque sean homosexuales, que ninguno”. Ante la polémica desatada, Pisapia se ha sentido obligado a precisar que la suya era “una opinión personal”. Contra las declaraciones de Pisapia y la adopción homoparental se han expresado, entre otros, el exministro de Defensa Ignazio La Russa (muy conocido por su oposición a los derechos LGTB), el político católico y consejero de Hacienda del Ayuntamiento de Milán, Bruno Tabacci, y los dos favoritos en las primarias del PD: el alcalde de Florencia Matteo Renzi (que ha justificado su oposición al matrimonio igualitario afirmando que “el auténtico problema es la adopción”) y el secretario del partido, Pierluigi Bersani, que ha considerado a las familias homoparentales un “problema”.
Oposición católica
La derecha político-mediática y los sectores católicos, por su parte, han lanzado toda una ofensiva en contra de la homoparentalidad. El diario derechista Il Giornale (propiedad de la familia Berlusconi) ha vuelto a intentar despertar las alarmas al afirmar que “el lobby gay quiere el poder”. El presidente de la Sociedad Italiana de Pediatría Preventiva y Social (SIPPS), Giuseppe Di Mauro, ha denunciado ante la Autoridad Italiana de Telecomunicaciones a la cadena de televisión Canale 5 por haber organizado un debate sobre el tema. Di Mauro ha hecho público un comunicado en el que ha reafirmado su oposición a las adopciones y ha repetido los argumentos homófobos que ya utilizó en mayo, durante una entrevista en la que declaró que los homosexuales no son aptos para criar hijos y que los hijos de parejas del mismo sexo presentan un alto riesgo de sufrir algún trastorno mental. En su comunicado, Di Mauro intenta presentar sus opiniones como ciencia, haciendo en particular referencia al controvertido estudio de Mark Regnerus (de cuyas deficiencias metodológicas hablamos hace pocas semanas) que ha presentado como el único con validez científica sobre el tema. A pesar de que las académicas Chiara Lalli y Daniela Ovadia los hayan desmontado, los argumentos de Di Mauro han sido recogidos y difundidos por el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire, en un artículo titulado “¿adopciones a los gays? Hijos perturbados”.
Quizás la mejor respuesta al presidente de la SIPPS y a la ofensiva de los medios conservadores ha sido la de una niña de 9 años, hija de Giuseppina La Delfa (presidenta de Famiglie Arcobaleno, asociación italiana de familias homoparentales). Lisa Marie La Delfa ha escrito una carta a Di Mauro diciéndole que: “los hijos de los homosexuales no son raros y usted no debe insultarlos”. No hay que olvidar, en efecto, que en Italia las familias homoparentales ya existen y que miles de niños son criados por parejas del mismo sexo.
El tal Mark Regnerus estudio personas adultas, personas que crecieron en los años 90 o antes, la homofobia era fuertísima y los hijos de gais y lesbianas eran fuertemente atacados; claro que en un ambiente así se pueden afectar. Pero esto no es culpa de los homosexuales, es de la sociedad homofóbica; ustedes son los que dañan y luego culpan a los homosexuales.
Dice hijos de homosexuales sin especificar. Pueden ser hijos de homosexuales de matrimonios anteriores heterosexuales que tuvieron por la presión social; la separación de los padres, aunque sean heterosexuales, de por sí ya es traumático para un niñ@; luego de que se separaran, el otro progenitor heterosexual, ayudo a explicar sin homofobia la situación al niño, o empeoró las cosas con rencor y homofobia. También pueden ser hijo de un(a) homosexual soltero, O fue adoptado cuando ya era grandecito.
Estos son los casos que más abundan antes de los 90, y es muy fácil comparar estos con los hijos bilógicos o adoptados cuando bebes de parejas de verdaderos heterosexuales, que no se han separado nunca, y que no han tenido que lidiar con la discriminación y maltrato hacia ellos y sus hijos (como si pasa con la homofobia hacia los homosexuales y sus hijos), y tienen iglesias que les ayudan en su crianza, a diferencia del plan de destrucción que tiene las iglesias en contra de las familias homoparentales.
Pero la cosa esta cambiando, precisamente por el valor de las primeras familias homoparentales a enfrentarse a esto e ir derivando prejuicios y tabúes. Vuelvan a ser el estudio en el 2030 y luego en el 2060 y verán que no encontraran nada confirmando que esto surgía por la homofobia.
Pero esa vez comparen las familias monoparentales homosexuales con las monoparentales heterosexuales, los divorciados con los divorciados, los adoptados ya grandecitos de homosexuales con los de heterosexuales, y las familias ideales de dos padres gais o dos lesbianas que nunca se separaron y tienen sus hijos desde que eran bebes, con esa misma familia ideal de los heterosexuales.