CESIDA entrega en el Ayuntamiento de Madrid 80.000 firmas a favor de que las personas con VIH puedan ser taxistas
La Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA) ha hecho entrega en el Ayuntamiento de Madrid de las cerca de 80.000 firmas recogidas a través de la plataforma change.org para que se modifique la nueva ordenanza municipal del taxi, que impide ejercer como taxistas a las personas con VIH/sida.
La ordenanza mereció gran atención mediática hace pocas semanas, sobre todo por el hecho de que incuye como novedad la exigencia a los nuevos taxistas de haber cursado la Enseñanza Secundaria Obligatoria y les obliga a vestir de forma clásica (no podrán vestir pantalones cortos ni usar prendas o calzado deportivo y deberán llevar obligatoriamente medias o calcetines). La norma impone, recordemos, hasta el color de la tapicería del taxi, que deberá ser de “diseño discreto, uniforme en todos los asientos, sin coloraciones vivas ni motivos añadidos”.
Pero lo más sorprendente era sin duda que mantenía la exclusión de las personas que padezcan “enfermedad infecto-contagiosa o impedimento físico o psíquico que imposibilite o dificulte el normal ejercicio de la profesión”, lo que al parecer incluye a las personas con VIH. Un anacronismo que ya es grave que hubiera pervivido hasta ahora, pero que resulta incomprensible que no se haya eliminado o matizado con ocasión de la renovación de la normativa. La infección por VIH/sida se trasmite mediante relaciones sexuales no protegidas que conllevan contacto directo entre el semen o las secreciones vaginales con la sangre, pero no “se contagia” a través de la respiración, ni del contacto con la piel, ni al dar la mano, ni al compartir utensilios como vasos o cubiertos, etc., etc.
La medida desencadenó la protesta, entre otras organizaciones, de CESIDA, que promovió una petición en la plataforma change.org al Ayuntamiento para que se modificara la norma. “La ordenanza es una actualización de la que estaba en vigor desde 1980 y mantiene una discriminación propia de otro tiempo”, señalaba CESIDA en la petición, que finalmente no ha sido escuchada pese a algunas declaraciones de dirigentes municipales que daban a entender que la ordenanza sería modificada. No ha sido así, y el pasado miércoles el pleno del Ayuntamiento la aprobaba con los votos a favor del PP y la oposición del resto de los grupos.
La petición de CESIDA sigue activa. Puedes sumarte a ella si aún no lo has hecho pinchando aquí. Los destinatarios son Ana Botella, alcaldesa de Madrid; Antonio de Guindos, delegado de Medio Ambiente, Seguridad y Movilidad; y la Comunidad de Madrid. Según señala change.org, todos ellos reciben periódicamente un correo electrónico informando de las nuevas firmas que reúne la petición.
A estas cotas de ridículo sólo puede llegar el pepé.
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Pues yo ya me lo espero de cualquiera, la verdad.