El secretario general de la ONU ve «escandaloso» que haya estados que sigan criminalizando la homosexualidad
El 11 de diciembre tuvo lugar en la sede de Naciones Unidas un acto conmemorativo del Día de los Derechos Humanos bajo el lema “Liderazgo en la lucha contra la homofobia”. Su secretario general, Ban Ki-moon, ofreció un discurso en el que calificó de escandalosa la existencia de leyes que todavía criminalizan la homosexualidad y animó a conseguir su desaparición.
Ban Ki-moon recordó a los asistentes la larga tradición de Naciones Unidas en la lucha contra el racismo, la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres o la protección a la infancia y las personas discapacitadas, congratulándose de que los viejos prejuicios vayan disolviéndose pero lamentando que perduren con fuerza los que afectan a quienes son todavía discriminados por razón de su orientación sexual o identidad de género. El secretario general de la ONU hizo referencia al artículo primero de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que reproduciendo sus palabras “proclama ‘que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos’. Todos los seres humanos, ni algunos ni la mayoría, sino todos. Nadie puede decidir quién tiene derecho a los derechos humanos y quién no lo tiene.”
Ban Ki-moon expresó su pesar por la injusticia que supone que en 76 países aún se penalice la homosexualidad, afirmando que “es un escándalo que, en el mundo actual, muchos países sigan penalizando a las personas simplemente por amar a otro ser humano de su mismo sexo.” Abogó finalmente por la desaparición de estas leyes, aseverando que “debemos reemplazarlas con leyes que proporcionen protección adecuada contra la discriminación, incluida la motivada por la orientación sexual e identidad de género. Esto no es opcional. Es una obligación del Estado, con base en el principio de no discriminación, un pilar fundamental en la legislación internacional sobre los derechos humanos.”
Entre los asistentes al acto a quienes Ban Ki-moon mostró su especial agradecimiento se encontraban el argentino Blas Radi, militante del Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género, a quien felicitó por la avanzada normativa aprobada este año en su país; Olena Shevchenko, destacada activista ucraniana, recientemente detenida por oponerse al proyecto de ley que persigue prohibir la “propaganda homosexual”, que el secretario general aseguró deplorar porque “amenaza los derechos básicos, alimenta el estigma y ocasiona mayores abusos”; y Gift Trapence, destacado militante por los derechos humanos en Malawi, país que ha demorado la aplicación de unas leyes penalizadoras de la homosexualidad que el responsable de la ONU espera ver definitivamente derogadas. Ban Ki-moon también se felicitó por la presencia de los cantantes Yvonne Chaka Chaka y Ricky Martin, señalando la importancia de que aquellos que ostentan algún liderazgo social luchen públicamente contra la homofobia.
Para finalizar su discurso, el secretario general de las Naciones Unidas remarcó las dificultades que pueden encontrarse los distintos gobiernos en el camino del progreso, pero les recordó que “la democracia es más que la mayoría. Requiere la defensa de las minorías vulnerables a las mayorías hostiles. Se nutre de la diversidad. Los gobiernos tienen el deber de luchar contra los prejuicios, no de alimentarlos.»
Esperemos que el discurso tenga repercusiones efectivas en legislación y políticas.
Oscar De Madrid