Italia: Paola Concia, la diputada abiertamente lesbiana del PD, podría ser excluida de las listas

En una reciente entrada afirmábamos que la elección de Pierluigi Bersani (líder del Partido Democrático, PD) como candidato del centro-izquierda italiano a primer ministro sembraba dudas sobre futuros avances en materia LGTB. Varias decisiones que se están tomando en el seno del PD parecen confirmar ya estas dudas. Representantes de su sector católico hostiles a los derechos LGTB tendrían garantizado ya un puesto seguro en las listas electorales, mientras que, según informaciones publicadas por la prensa italiana, la diputada abiertamente lesbiana Paola Concia podría quedarse fuera.

Los partidos políticos italianos han sido incapaces de ponerse de acuerdo sobre la reforma del sistema electoral, pese al consenso existente sobre lo inadecuado del sistema vigente desde 2006. Los italianos volverán así a votar con la compleja ley electoral que ya que fue calificada de «porcata» (porquería) por su propio autor (el exministro Roberto Carderoli, de la derechista Liga Norte). Como en España, se trata de un sistema de listas cerradas y bloqueadas, por lo que el orden elegido por los partidos es el que determina quienes tiene posibilidades reales de ser elegidos. El sistema, en teoría proporcional, prevé además un «premio de mayoría» (55% de los escaños) para el partido o coalición que consiga más votos (así funciona en la Cámara de los Diputados. En el Senado, el «premio de mayoría» se aplica a escala regional).

La selección de los futuros candidatos del mayor partido del centro-izquierda, el PD, se está revelando particularmente polémica. Un aspecto muy discutido es el hecho de que, mientras el partido asegura que acudirá a los comicios con unas listas renovadas de las que estarán excluidos los diputados presentes en el Parlamento más de tres legislaturas, se haya hecho una excepción en el caso de diez diputados y senadores. Entre los diez «indultados» se encuentra la presidenta del partido, Rosy Bindi (la misma que llegó a animar a las parejas del mismo sexo a marcharse de Italia si querían casarse), además de varios representantes del sector católico del partido opuestos a los derechos LGTB.

Entre ellos, Mariapia Garavaglia (que este verano concedía una entrevista a una web católica de titular esclarecedor: “uniones gay: no las haremos nunca”), Giorgio Merlo (que el año pasado daba la razón al entonces subsecretario de Estado de Familia Carlo Giovanardi en sus críticas a un anuncio de IKEA que mostraba a una pareja gay), Beppe Fioroni (que en octubre cargaba contra el político gay Nichi Vendola por declarar sus deseos de casarse con su novio y tener un hijo), Franco Marini (que este verano aseguraba que el PD nunca defendería el matrimonio igualitario) o Anna Finocchiaro (que en marzo respondía al diputado derechista Angelino Alfano, que afirmó que en caso de victoria la izquierda aprobaría el matrimonio igualitario, diciendo que evocaba “peligros sociales” inexistentes).

Más aún, según la prensa italiana, la presidenta del PD Rosy Bindi habría “obtenido la cabeza” de la diputada abiertamente lesbiana Paola Concia, excluida del 10% de los puestos en las listas sobre los que Bersani tiene capacidad de decisión. El restante 90% será elegido en primarias a nivel local, en las cuales Concia apenas tendría posibilidades (están controladas por los barones locales del partido).

Veremos que sucede finalmente, pero si la prensa tiene razón la elaboración de las listas se saldaría con un resultado muy favorable al sector católico del PD, no precisamente favorable a los derechos LGTB.