El Ministerio de Defensa ruso recomienda buscar tatuajes que indiquen la posible homosexualidad de los reclutas

El Ministerio de Defensa ruso incluye entre sus recomendaciones a la hora de evaluar a los nuevos reclutas la búsqueda de tatuajes que puedan dar pistas sobre su posible homosexualidad. La noticia, que puede parecer disparatada, es solo una muestra más de la más que preocupante homofobia de estado que se extiende por Rusia, y que este jueves ascendía un nuevo peldaño tras la aprobación de una nueva normativa prohibiendo la denominada «propaganda de la homosexualidad», en esta ocasión en Kaliningrado.

Las directrices del Ministerio de Defensa ruso incluirían expresamente la recomendación de revisar posibles tatuajes sobre todo en genitales, trasero y cerca de la cara que pudieran hacer pensar en la homosexualidad del recluta. La idea surgiría de un texto editado en 2005 que relaciona este tipo de tatuajes con, entre otros factores, una disposición a la «sumisión». Al parecer en el terrible sistema carcelario ruso existe la tradición de marcar con tatuajes específicos a los que son identificados como homosexuales o simplemente como reclusos «débiles», que son objeto de violaciones por otros reclusos. Realidad o leyenda, lo cierto es que ello nada tiene que ver con una posible relación entre tatuajes y orientación sexual.

El mismo día que se difundía esta noticia se conocía, por otra parte, que una nueva región rusa, Kaliningrado, aprobaba una normativa homófoba similar a la ya vigente en otros territorios de Rusia. Promovida por el diputado regional Oleg Bolychev, del partido Rusia Unida, la norma está ya solo a la espera de la firma del Gobernador. Kaliningrado, recordemos, es la antigua Königsberg alemana (patria de Kant, entre otras muchas destacadas figuras del pensamiento y la ciencia) y es hoy día un enclave aislado territorialmente de resto de Rusia situado entre Polonia y Lituania. La normativa allí aprobada es similar a la vigente por ejemplo en San Petersburgo, que ya recibió a principios de octubre del pasado año el aval del Tribunal Supremo ruso. En septiembre ese mismo tribunal había dado su visto bueno a una ley muy parecida aprobada en la región de Arkhangelsk. De hecho, son ya numerosas las regiones rusas que han adoptado normas similares (además de las ya citadas: Ryazan, Kostroma, Novosibirsk, el Krai de Krasnodar, Magadán, Samara y Bashkortostán), que con el argumento de prohibir la “propaganda homosexual a menores” impiden informar positivamente sobre la realidad LGTB o celebrar eventos públicos como las marchas del Orgullo. Sorpresivamente Moscú, la capital, rechazó en noviembre seguir sus pasos.

En estos momentos, de hecho, se discute en la Duma (Parlamento ruso) un proyecto de ley que pretende extender a toda Rusia este tipo de normativa. Y aunque esta misma semana nos hacíamos eco de la suspensión indefinida de su tramitación, lo cierto es que esta ha continuado adelante.