Acoso a la familia de la pareja ugandesa del mismo sexo que se casó en Suecia
Jimmy Sserwadda y Lawrence Kaala contrajeron matrimonio el pasado mes de enero en Suecia, y se convirtieron en noticia por ser, probablemente, la primera pareja ugandesa del mismo sexo en hacerlo. Ahora, Sserwadda ha denunciado que su familia, residente en Uganda, está siendo acosada desde que la noticia de su enlace fue dada a conocer en el país africano.
Según relata Jimmy Sserwadda, su madre ha sido increpada en público: “Básicamente me acusaron de ser homosexual y de avergonzar con ello a Uganda”. Tras el incidente, la madre tuvo que ser ingresada en el hospital tras sufrir una subida de tensión. También ha tenido problemas el hijo de Sserwadda, fruto de una anterior relación heterosexual. Compañeros de universidad se burlaron de una fotografía de su padre que el joven tenía en su habitación, al haber reconocido en ella a uno de los protagonistas de las portadas de los tabloides. “Le preguntaron si también era gay. El dijo que quería mantenerse al margen de todo eso”, ha contado Sserwadda, añadiendo que el joven está muy preocupado por el tono empleado por los estudiantes, que juzga peligroso.
El ugandés dice no comprender la reacción de sus compatriotas: “Realmente no lo entiendo. Estas personas dicen que están en contra de los homosexuales debido a su religión, cultura y a los ‘valores africanos’. Algunos incluso comentan que los políticos europeos nos han pagado para avergonzar a Uganda «. La presencia en la ceremonia nupcial de la ministra de Asuntos Europeos sueca Birgitta Ohlsson ha alimentado esta última acusación. “Si estuviéramos interesados en el dinero nos habríamos casado con otras personas. Ninguno de los dos tiene una situación boyante”, argumenta Sserwadda. A pesar de todo, el ugandés no se arrepiente de haber tomado la decisión de casarse con Lawrence Kaala: “El amor no tiene leyes, ni fronteras, ni restricciones”, asegura, “así que no me arrepiento de lo que he hecho. Primero, porque quiero a mi marido. Segundo, porque tenía que salvarlo. Tercero, porque esto es lo que soy”.
Su marido, Lawrence Kaala, se enfrenta a la posibilidad de ser repatriado a Uganda, al haberle sido denegado el permiso de residencia. Si así sucediera, y dada la situación de los derechos LGTB en su país natal, Kaala podría enfrentarse a una detención inmediata. En estos días, tras la boda, ha presentado una nueva solicitud en la Dirección General de Migraciones sueca, que espera que se resuelva en las próximas semanas.
Se reanuda el proceso de aprobación de la ley homófoba
Precisamente en Uganda, y tras la pausa navideña, el Parlamento ha vuelto a reunirse. Entre las cuestiones que aparecen en la agenda de los próximos días está el proyecto de ley que persigue endurecer el tratamiento penal de la homosexualidad. Aunque la speaker del Parlamento Rebecca Kadaga había prometido ofrecer la aprobación de esta ley como “regalo de navidad” para sus compatriotas, el trámite tuvo que aplazarse hasta la reanudación de la actividad parlamentaria.
El proyecto, recordamos, contempla penas de cadena perpetua para las personas que mantengan relaciones homosexuales, así como la persecución de aquellas personas u organizaciones que den cobertura a las personas homosexuales. También considera la pena de muerte para los homosexuales infectados por VIH que mantengan relaciones, o cuando se establezca que ha habido “violación”. A pesar de que algunos informes aseguraban que la pena capital se había retirado de la propuesta normativa, la realidad es que aún continúa apareciendo en el borrador del proyecto de ley de acceso público.
Realidad de las personas LGTB
En Uganda las relaciones homosexuales, conviene precisarlo, son ilegales. Reina, además, una fuerte homofobia social. Allí fue asesinado en enero de 2011 el activista gay David Kato (su asesino fue condenado a 30 años de cárcel, una de las pocas noticias positivas que nos han llegado de aquel país). Kato era uno de los 100 ciudadanos homosexuales cuyo nombre y fotografía habían sido publicados por Rolling Stone (una publicación local), acompañados de la leyenda “Hang Them” (“a la Horca”).
El 31 de diciembre fue detenido Joseph Kawessi, acusado de cargos como “conocimiento carnal contra el orden de la naturaleza” y “reclutamiento de jóvenes para la homosexualidad”. Días más tarde también fue arrestado su compañero Najibu Kabuye, cuando acudía a visitarlo a la comisaría. Estas detenciones se producían tras el asalto a la sede de la organización de defensa LGTB Sexual Minorities of Uganda (SMUG), en el que fueron robados ordenadores que contenían datos sensibles de los miembros de la organización.
Y pese a todo, los activistas LGTB siguen al pie del cañón, como demostraron en junio de 2012, cuando miembros de Ice Breakers Uganda inauguraron en Kampala la primera clínica del país dedicada a las necesidades del colectivo, con un enfoque especial sobre VIH/sida y otras infecciones de transmisión sexual. Más recientemente Uganda ha sido también protagonista en dosmanzanas por la campaña de activistas informáticos boicoteando las redes de gobiernos africanos que persiguen a sus minorías LGTB, entre ellos el ugandés.
Uganda sumergida en la ignorancia y en el fanatismo religioso, menos sectas y mas libertad para sus ciudadanos.Una sociedad represiva no puede hablar de felicidad ni bienestar. y mucho menos de dios, dudo que Uganda tenga gente feliz
mas bien tienen amargados ya que se burlan y condenan al diferente por tanta represión.
Uganda? por favor, que se espera de ese lugar, que se queden en suecia (y que el tema de papeles les salga todo bien) y se oviden de esa gente.